La buena obra del día.

1.3K 105 19
                                    

Esa noche había dormido como un bebé. A pesar de que mis cortes ardían y mi vida seguía siendo una mierda; ya me estaba sintiendo mejor. Lo curioso es que todo era gracias a ese rubio, a Ross. No sé qué es lo que había hecho, pero funcionó. Creo que el hecho de 'tener un amigo' me alegraba inmensamente. A pesar de que aún no confiaba plenamente en él, y no le contaría cada detalle de mi vida. No, sólo somos amigos. O mejor dicho: "él me considera su amiga. Yo lo considero un conocido". ¡Sí, eso es!


Desperté y me dí una ducha, teniendo cuidado de no pasar a llevar los cortes. Cuando terminé me sequé y me hice una coleta alta, para luego ponerme el uniforme. Cuando baje vi una nota de mi madre, en la mesa del living. La cual decía: 'No olvides que hoy cumplen años tus primos. Tienes que ir, nos veremos ahí'. Bufé y tiré la nota a la basura, si pensaba que iría, no me conocía en lo más mínimo. ¿Tendría que ir? ¿En serio? Uy si. ¿Caer en su trampa de cada año? Ella siempre me dice que irá, y después nunca va, y me tengo que aburrir escuchando tantas tonterías. ¿Les digo algo? No siento afecto por mi familia.


Estaba lista para ir al colegio, cuando tocaron la puerta.


—¡Voy! —grité desde adentro. Al abrir me encontré con una gran sorpresa en la puerta. Una sorpresa muy atractiva —¿Ross? ¿Qué pasa aquí?

—Se dice "¡Buenos días!" —respondió fingiendo estar sentido.

—¡Buenos días! —sonreí irónicamente. ¿Qué tenían de buenos? Era un día común, igual que todos los demás. No veo porque hay que alegrarse tanto —¿Qué haces aquí?

—Sucede que tú lindo vecino y amigo —rodé los ojos, hablaba con mucha alegría. Demasiada para mí gusto —¡Te llevaré al colegio en auto!

—Mm... ¿en auto? Agradezco que vinieras, pero puedo ir a pie al colegio, o en una micro. Estoy muy acostumbrada a ello.

—¿No prefieres ir en auto? ¡Es algo muy cómodo! Además... ¿A quién le gusta tomar micros?

—Suena tentador. Lo admito. Y también admito que las micros no son cómodas, y los olores que hay, son asquerosos. Pero no me gusta la idea de...

—¡Somos amigos Laura! Tengo todo el derecho del mundo a ayudarte si así lo quiero —me interrumpió —¡Anda! Además somos vecinos. ¿Qué problema puede haber?

—Bueno. ¡Iré contigo! —sonreí. Él también lo hizo —Pero no creas que es porque amo los autos, o porque me encanta estar con otras personas. ¿Entiendes? Simplemente no me gusta andar en micro, y creo que sería genial ir al colegio en un auto.

—¡Bueno! No tenías que ser tan directa —respondió —Pensé que eras una chica tímida, que no le gustaba hablar con nadie.

—Digamos que cuando confió en alguien, puedo hablar. Pero no es con todos, ya que muchas personas... —bajé la mirada sin querer.

—¿Muchas personas...?

—¿Quieres olvidarlo? —bufé —Vamos a tu auto antes de que me arrepienta y me vaya a pie.

—¡Oh, no! No quisiera que pase eso.

—Entonces. ¡Come on! —reí. Él también rió.

—Tienes buena pronunciación con el Inglés —dijo mientras yo abría la puerta de la casa, para ver su hermoso auto. Realmente era un auto muy atractivo, ni muy grande ni muy pequeño, y de color negro. ¡Hermoso era!

—Gracias. He estado practicando.


Ross y yo subimos a su auto, los primeros minutos, todo fue silencio. Pero después de un momento, él encendió la radio. Puso una música en Inglés, con la cual no entendía nada. ¡Era demasiado rápida! Yo puedo entender el Inglés, pero cuando es más lento.

You are Beautiful.Where stories live. Discover now