Capítulo 1

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Ya pasaron dos semanas desde el incidente con mi vecino. Lo más frustrante es que nunca supe su nombre.

- ¿Wendy, estas bien? - Me pregunta Holly.

- Si. Sólo que no entiendo biología. -Digo frustrada.

- ¿Y también porque no entiendes a tu vecino? -Pregunta juguetona.

- Me hubiera gustado aplicar lo que imagine. -Le digo triste.

- ¿Lo del café? -Pregunta confundida.- No creo que sea buena idea.

- ¿Por que no? -Pregunto confundida.

- Porque es mayor. De seguro le gusta el alcohol. -Dice muy segura.

No se que pensar. No creo que una persona usando una playera de Star Wars, sea fanático al alcohol.

Timbra para cambiar de salón y yo sin querer estar sin hacer nada, comienzo a inventar historias. Pero en lugar de ver a la primera persona que cruce mi camino, escojo a mi vecino.

Pensé en que podía llegar a mi casa y que estaría sentado en su porche. En eso me vería y lo saludaría. Hablaríamos y al final le invitaría un café.

Noto que Holly me veía fijamente, lo cual me tomo fuera de lugar.

- Piensas en otra forma de invitarle un café. ¿Cierto?

No le respondí por lo que se ríe y luego reía con ella.

El día paso volando y aprendí que un plano cartesiano tenía un origen, una abscisa, una ordenada y cuatro cuadrantes. Una clase bastante interesante de geometría.

Al llegar a casa, volteo hacía la casa de mi vecino. Claro mis historias nunca se hacen realidad, pero espero que al menos le pueda invitar un café algún día. De seguro tiene novia.

Pero eso no detiene mi imaginación. Entro a mi casa y lo primero que hago es ir a mi refrigerador. Tenía mucha hambre y como era temprano decidí hacer una obra maestra para comer. Pero al abrir mi refrigerador, veo que casi no tenía nada.

Genial. Tendré que ir de compras. Tomo mis llaves, mi bolsa que llevo cruzada y dinero. Al salir de mi casa, camino hacia la parada del autobús.

El viaje fue un poco largo, pero me dio tiempo para ver que historias inventaría en ese rato. Y tome a la víctima justo cuando tome uno de los asientos del autobús.

Un señor un poco mayor. Una historia de fantasía, en la que el señor tenía el poder de unir agua y aceité, haciendo una mezcla, la cual puede aventar a través de una máquina pegada a sus lentes. Combatía a los demás ancianos del asiló.

Eso ultimo me saco una sonrisa. Me imagine a todos los ancianos con bastones medio caminando y lanzando esa mezcla a través de sus lentes.

Al llegar a mi destino, osea el supermercado baje y camine por el amplio estacionamiento hasta el inmenso lugar.

Tomo un carro, y comienzo la búsqueda de la lista de compras. Primero fui por las cosas de la comida, que fueron un poco de carnes, verduras, fruta y lácteos.

Luego de tomar lo que era de la cocina, busque lo que me faltaba en el resto de la casa. Tome un paquete de rollo de baño, pasta dental, shampoo y justo cuando tomaba mis toallas femeninas, le pego a alguien con mi carro.

- Lo siento... -Digo desafinando.

Nunca historie algo como esto. Que hacía mi vecino aquí. Y que hacía en el lado de las toallas femeninas... los desodorantes también están en este pasillo. ¿A quien se le ocurrió mezclar cosas personales de hombres con las de mujeres? Es obvio que si ven a un hombre en el pasillo se siente una incomoda por ello. Más si es tú vecino, el cual es guapo. Traía un pantalón de vestir y una camisa de vestir verde, la cual rimaba con sus ojos.

¿Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora