Capítulo 9.

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Una semana.

Lunes de nuevo.
Otra semana aqui.
Tres semanas con esto.
Y una semana estaré sola.

Creo que sentiré extraño que Ian no esté rondando por la casa buscando algún cachivache que se le haya perdido o desaparecido de su habitación, que obviamente, el perro era el encargado de eso.

También sospecho que será demasiado silencioso ya que los tres se irán. No he visto mucho a Millie desde que salió con Tyler.

-Señorita Kuffan. ¿Dígame que es lo que acabo de decir?.-dijo la profesora trayéndome nuevamente a la realidad.-

-Es Kauffman. Y no estaba poniendo atención.-respondí.-

-Salga de mi clase.-fruncí el seño.-

-¿Que? ¿Porqué?.-pregunté.-

-Por su grosera contestación.-dijo totalmente indignada.-

-Pero yo no...- bufé y tomé mis cosas para salir de esa porquería de clase.-

La verdad, es que odio la materia de cálculo, es tan...estresante. Usualmente no tomo esas clases y salgo a pasear por el campus. Pero mis notas han bajado notoriamente en dicha materia, así que me vi obligada a empezar a tomarlas.

-¡Maddie!.-me giré viendo a Millie corriendo hacia mi.-

-Ey ¿Que pasó?.- dije saludando.-

-Nada fuera de lo común...Pensé que le dirías a Ian que te trajera.-me estremecí.-

-Hmm...no, el se irá unos días con Robbie, Jared y su padre...una semana.-respondió tratando de mostrarle una sonrisa.- Se van hoy, así que faltó hoy a la escuela porque necesitan preparar todo.-

-Oh, pues...si quieres puedo quedarme contigo.-sonrió cálidamente.-

-No te preocupes, se suponía que yo estaría sola desde el inicio.-reí.- ¿Como te fue con Tyler?.-pregunté.-

-¡Oh!.-dijo abriendo los ojos como si acabara de recordar algo.- Por cierto, la familia de Tyler llegó este fin de semana, por eso me invitó a comer, tiene un primo en realidad guapo así que le dije que podríamos salir ¿Tú que dices?.- asentí asimilando la idea.-

-Me parece bien, ¿Cuál es su nombre?.-pregunté.-

-William.-respondió.- es alto, pelo castaño y ojos verdes ¡Perfecto para ti!.-dijo sonriente.

Millie, desde mi última ruptura que fue hace meses, intenta conseguirme un novio...su sueño de siempre ha sido que salgamos en una cita doble con nuestras parejas, obviamente no se ha podido cumplir debido a que cuando yo estaba en una relación, ella pasó por tres chicos distintos, y ahora que parece que tiene a alguien que si cumple los requisitos necesarios para conquistarla, yo me encuentro sola.

-No te desanimes, ya llegará el indicado.-palmeó mi hombro, una vez que llegamos a la cafetería.-

-Siento que me estás consolando porque sabes que estaré sola el resto de mi vida.-dije mirándola.-

-Claro que no.-me reprendió.-Por algo quiero presentarte a William. Es un buen chico.-asintió.- ¿Porqué estás fuera de clase?.-preguntó.-

-La profesora Michaels me sacó.-bufé.-

-Esa vieja trae algo en contra tuya.-dijo tratando de evitar una carcajada.-

Me encogí de hombros.

-Lo mismo digo yo. ¿La maestra Seller te calificó el proyecto?.-dije sacando mi cuaderno para repasar algunas anotaciones.-

-Ñeh, la pelona también trae algo en contra mía. Me calificó como fuera de tiempo y me puso ocho.-dijo rodando los ojos.-¿Quien entiende a los maestros de ahora? Son tan...odiosos.-dijo resoplando.-

La odiosa campana nos sacó de nuestra charla.

-Mh...bueno, tengo gimnasia.-dije y Millie me lanzó una mirada de lástima.- ¿Que?.-pregunté.-

-Hoy es Lunes.-dijo.-

-Ya lo sé, ¿Y?.-pregunté guardando mis cosas.-

-Hoy toca quemados.-dijo poniéndose de pie.-

No puede ser.

Lunes + Gimnasia + quemados = Maddison adolorida y golpeada toda la semana.

Y no está Ian para levantarme si me tropiezo en la escalera.
Ni para ayudarme a bajar mis cereal de arriba del refrigerador.

¡¿Que desayunaré toda esta semana?!

-Dile que te duele el estómago y te quedas en la banca.-dijo Millie asintiendo.- Yo me voy.-me dio un abrazo y se marchó.-

Repito:

Lunes + Gimnasia + quemados = Maddison adolorida y golpeada toda la semana.

Puta vida.

Caminé con lentitud hacia los vestidores me puse el uniforme para dicha actividad y salí a la banca.

-¡Kauffman! ¡Taylor! ¡Freddicskon!. ¡Adentro, hoy serán delanteros!.-gritó el profesor haciendo sonar su silbato.-
(No tengo ni idea de como se jueguen los quemados, así que no sé si los delanteros o algunas de estas posiciones existan, así que...sólo...no sé, hagan como que sí Xd)

¿Delanteros?

¿Eso se come?.

Pasé al frente para recibir el primer balonazo en el costado de mi cara, haciéndome caer completamente tendida en el suelo, provocando que todos rieran.

-¡Kauffman! ¡¿Se encuentra bien?!.-preguntó el profesor a lo lejos.-

Levanté mi brazo con el pulgar alzado.

-Claro, todo perfecto.-susurré levantándome.-

(...)

Abrí la puerta de la casa lanzando mi mochila lejos.

-¡Ian!.-grité.-¡Ian!

Fui a la cocina a buscarlo ya que necesitaría ayuda para subir la escalera. Pero lo único que encontré fue una nota en la nevera.

Madd.
El vuelo se adelantó, tuvimos que salir más temprano. Le compré un costal de comida a Donito, recuerda dejarlo entrar a la casa si hace mucho frío en la noche. Por cierto, ya bajé tú cereal de encima del refrigerador. Emh...¿Que más?...¡Oh sí!, las llaves de mi auto están en la entrada, puedes usarlo para ir a la escuela o sí Millie no pasa por ti, pero por el amor de dios, cuídalo como a tu vida. En fin, nos vemos en una semana, cuídate y no metas personas a la casa.

P.d: Creo que donito se quedó en tú habitación cuando salí.
P.d 2: No le abras la puerta a desconocidos.

Te extrañará pero no te extrañará.

Ian.

Di una respiración profunda y me encaminé a las escaleras.

Vamos Maddie, tú puedes. ¿Que son ocho escalones?.
No puede ser tan difícil.

Media hora después.

-¡Sí! ¡Por fin!.-dije poniéndome de pie al arrastrarme por el último escalón.-

Caminé con una mano en mi cadera hacia mi habitación, pero cuando entre...

Las almohadas estaban desplumadas, mi ropa por todas partes, las cremas corporales que deberían de estar en mi mesita de noche estaban mordisqueadas, en el suelo y vacías. Y en mi cama, el perro con el hocico lleno de crema blanca.

Estoy segura de que ahora tenía un tic en el ojo, y tenía mirada de psicópata, mirando al perro con odio.

Decidí no ir a estrangularlo porque odio la violencia animal, y amo a los perros.

Me dirigí a la habitación de Ian, y me tiré sobre su cama.

Tomé una decisión.
Toda la semana dormiría allí, hasta que él regresara y limpiara mi habitación.

Sí, buena idea.


He is Ian © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora