Capítulo 3.

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Disculpa, ¿Nos conocemos?

~Ian en miltimedia~

Me levanté a como pude del suelo, viendo directamente a los ojos del chico.
Corrí escaleras abajo para tomar la tarjeta que habían dejado los de seguridad para marcar el número, claro que al correr por ella, tiré la mesa de centro y todo lo que había sobre ella quebrando un jarrón y pareciendo tonta tratando de pasarle por encima.

-¡No te me acerques!.-grité apuntándole con el tenedor que tomé del plato de los espaguetis de ayer, él levantó ambas manos.-

-No es justo. Yo estoy desarmado.-sonrió con arrogancia y bajó los brazos cruzándolos frente a su pecho.-

-¿Quien eres?.-me alejé lo más posible de él.-

-Bueno, ¿Que tal si tú me lo dices primero?.-alzó una ceja-.

-No. Tu...¡No sé como lograste entrar!.-grité.-

-Yo tampoco sé como pudiste entrar tú, tomando en cuenta que ésta es mi casa.- bajé el tenedor haciendo que mi boca se abriera.-

Tiene que ser una broma.

-¿T-tu...eres?.-no terminé de hablar.-

-Ian, Ian McNally.-extendió su mano.- ¿Cual es tu nombre?.

-¡Se supone que estarías aqui hasta abril! ¡¿Porque volviste?!.-le grité y el me miró confundido.-

-¿Ya nos conocemos?.-negué.- Bueno, estoy aqui porque...no me gustó New York, y decidí volver.-se encogió de hombros.-¿Ya me dirás tu nombre y porqué estás aqui?.-

Suspiré.

-Maddison Kauffman, y mi papá y tu papá son amigos. Escuché que tu padre tiene un...

-Proyecto de construcción, de un hotel, en Miami. Si lo sé, continúa.-terminó por mi.-

Lo haría si no me interrumpieras idiota.

-Bien...mi padre estudió arquitectura y tu padre lo contrató, como vivíamos en un departamento y estábamos atrasados con la renta, tu padre me ofreció quedarme ya que se suponía que tu estarías en la ciudad y no volverías hasta abril y yo podría estar aqui...

-¿Y que piensas hacer?.-me preguntó.-

-No sé, llamar a tu padre.-asintió y se alejó para llamar.-

Ian McNally. Estoy en la casa de Ian McNally, por dios, ni siquiera sabía que éste chico existía. Ahora no podré hacer lo que quiera, ni comer lo que quiera, ni tardar lo que quiera en la ducha.

-Me parece que no hay nada que hacer.-se encogió de hombros.-

-¡¿Que?!.-me levanté del sofá.-

-Vamos, no será tan malo. ¿Que puede tardar diseñar un hotel?.-sonrió.-

-Cinco meses.- le informé y el borró su sonrisa.-

-Bueno...tal vez un poco.-

-Mi padre no estará contento.-pensé en voz alta.-

-Pues, también hablé con él. Sólo me dijo que me asegurara de que no trajeras chicos después de las ocho.-

Rodé los ojos.

-Ya que estamos en esto.- se frotó ambas manos.-Hay varias reglas aqui.-me giré hacia el alzando una ceja.-

-Te escucho siempre y cuando pueda dar mi opinión si no estoy de acuerdo con alguna de ellas.-el asintió.-

He is Ian © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora