V - La Revelación

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A pesar de sentirse bien al lado de Zara, aquella situación era inusitada y surreal. Si era verdad, no había nada que hacer. ¿Cómo podría huir de la nave sin enfrentarles? Y peor aún, ¿cómo volvería a casa? Le restaba continuar con su aventura y esperar la mejor oportunidad para escapar.

Zara decidió cuidar de él con cariño, dándose cuenta de su inseguridad. Sabía que él necesitaba un tiempo para creer en todo lo que le era dicho.

Ella le abrazó de modo acogedor, mientras él observaba la vastedad del cosmos. A pesar de esa situación surrealista, se sintió atraído por esa mujer que lo enamoró por primera vez en su vida.

En cuestión de segundos la Luna fue creciendo y se volvió cada vez más próxima. Estaba clara, iluminada por el Sol, con rayos de luz brillando a su alrededor. ¡Era una imagen maravillosa!

Al muchacho ya le gustaba admirar el satélite natural los días de Luna llena, incluso de lejos. ¿Imaginas así tan cerca? A la derecha, podía ver el planeta azul que llamaba casa, gigante hogar de millones de seres humanos. Se sentía como un astronauta y entonces supo cuán eufóricos ellos se ponían al ver, por la primera vez y por un ángulo tan privilegiado, nuestro planeta y su satélite.

Vio sus cráteres enormes y grisáceos, como en un gran desierto arenoso, sin ninguna alma viva. Pudo ver las llanuras oscuras con depresiones formadas por cráteres que sufrieron impactos de asteroides y cometas por millares de años. Miró de lejos, viendo las regiones más claras formadas por montañas.

La nave dio una vuelta a la Luna y cuando el chico se vio en el famoso lado oscuro, empezó a prestar atención a cada detalle. Abruptamente, la nave paró; posó en el lado claro de la Luna, después de viajar, Nícolas sintió su cuerpo y alma relajarse un poco.

Su sueño, por fin, se hiciera realidad, y era mucho mejor de lo que había visto en libros y películas. Por la primera vez en su vida, él era capaz de observar la grandeza del cosmos de cerca. Miró rápidamente al sol y vio su brillo, se fijó en los planetas del sistema solar y en las estrellas distantes. ¡Todo era magnífico!

Se entusiasmó con la idea de ser tal vez el único ser humano a ver las estrellas de un modo tan extraordinario, dentro de una nave espacial dotada de alta tecnología. Lo único que no sabía es si saldría vivo para contar la historia.

En seguida, dejó la admiración a un lado. Se apartó de Zara, volviendo a pensar en el objetivo de aquel contacto.

"¿Qué será lo que estos seres de otro planeta quieren de una persona como yo, un simple estudiante que no tiene conexión con investigaciones científicas o tecnológicas? ¿Será que están diciéndome la verdad? ¿O será que me van a disecar como ocurre con los ratones de laboratorio?"

Buscó en los ojos de Zara la verdad; tenía que aclarar muchas dudas que oscurecían su mente. Ella le sonrió dulcemente, como si entendiera sus pensamientos. Nícolas respondió con una sonrisa, pero en el fondo estaba asustado y desconfiado.

Sivoc, enseguida se aproximó y empezó a explicarle cuál era la finalidad de la misión.

— Nícolas, yo sé que parece muy extraña la manera en cómo nos aproximamos y, principalmente, el hecho de haberte traído dentro de la nave sin mayores explicaciones. La verdad es que necesitamos que nos ayudes a resolver un problema serio en nuestro planeta.

"¿Cómo puedo ser útil a estos seres con tamaña tecnología?"

Nícolas no entendía nada. Todo aquel misterio no tenía sentido para él. Siempre había soñado en conocer el universo; sin embargo, nunca pretendiera viajar a otros planetas, principalmente, en compañía de quien mal conocía.

En cuanto a Zara, ya no sabía si era la mujer que imaginara. Se sentía engañado, decepcionado. ¿Hasta dónde los sentimientos de ella para con él eran verdaderos?

— Varios de nuestros antepasados ya posaron aquí en la Tierra — Drako entró en la conversación. — Tenemos informaciones de que los gobiernos de tu planeta intentaron aprisionarles para obtener informaciones sobre nuestra tecnología y conocimiento, lo que representaría un avance en la carrera económica y armamentista mundial. Por eso, el recelo de un contacto abierto y directo. Antes de cualquier cosa, estamos aquí en misión: tenemos que proteger nuestro planeta y tú puedes ayudarnos.

Fue entonces cuando Nícolas se puso aún más confuso. "¿Cómo puedo obtener éxito en proteger su planeta? Ellos tienen mucha tecnología y mucho conocimiento. Más que yo seguro."

Mientras el chico se quedaba perdido en sus dudas, algo ocurrió entre Sivoc y Zara. Ella miró al comandante, porque había recibido un mensaje en su mente.

— ¡Zara, es mejor ser directo con Nícolas! Él necesita confiar en nosotros, y la verdad sobre nuestra misión le mostrará que nuestras intenciones son las mejores posibles y que actuamos de buena fe. En primer lugar, vamos a contarle nuestra principal meta, después revelaremos toda la historia desde el principio, para que nuestro visitante comprenda mejor por qué estamos aquí y cuál es nuestra relación con el planeta. Además, sabemos que él está en peligro. La otra nave de nuestro mundo, que también le busca debe venir y no van a tener compasión por Nícolas.

Entonces se aproximó al joven y le dijo:

— Vivimos en el siglo 641 por la cronología de tu planeta, pero conseguimos viajar en el tiempo debido a los avances tecnológicos de nuestra época. Hemos encontrado brechas en el espacio-tempo, a las que los físicos de tu planeta llaman "agujeros de gusano". Con esto, podemos pasar por grandes distancias entre nuestros mundos rápidamente.

Aquellos instantes dentro de la nave parecían horas; era como si el tiempo se hubiera detenido. En este momento Nícolas se sentía más confortable. Tal vez fuera también efecto de la respiración de oxígeno puro, que le hacía sentir como si nada más alrededor importase.

Era una experiencia singular, no entendía lo que estaba pasando, pero estaba atento a las informaciones. Después de saber algo tan espantoso, necesitaba saber más y Zara continuó:

— Los seres de nuestro planeta siempre han venido aquí, a fin de intentar prolongar la vida y mejorar la situación de la Tierra, haciendo intervenciones con la finalidad de ayudar a tu pueblo que aún está en el camino de la evolución. Así evitamos que vosotros toméis medidas catastróficas, lo que representaría nuestro propio fin. Al mismo tiempo, no podemos alterar el pasado creando paradojas temporales que perjudiquen la vida de los seres humanos del futuro. Hacemos un trabajo de observación, interviniendo preventivamente y, si la humanidad camina a su destrucción, la redireccionamos para autopreservación.

La cara de Nícolas era de puro pánico; se sintió mal y con ganas de desmayarse. Era mucha información para un simple estudiante... Y Zara concluyó.

— La gran verdad es que nosotros somos la humanidad del futuro.

—  La gran verdad es que nosotros somos la humanidad del futuro

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Los Hijos del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora