— Te extrañaba.— Susurró.

Haeyeon sonrió al escucharlo. Se giró, enfrentándolo y fue esta vez que ella tomó el poder y lo besó en los labios apasionadamente. Yoongi cerró los ojos disfrutando aquella ardiente, emocionante y prohibida sensación. Eso no le impidió tomarla de los muslos y elevarla hasta dejarla sentada en el buró. Conocía perfectamente y cada rincón de ese lugar, igual que a ella.

— Te extrañaba también. No tienes idea de cuánto, Suga.— Dijo sobre sus labios.

Amaba que lo llamara así, era la única que lo hacía y la única que dejaría. Era un nombre especial, dado por ella misma.

Sujetó sus piernas con más fuerza, apretándolas. Haeyeon soltó un casi audible gemido por eso. Enroscó sus piernas alrededor de la cintura de Yoongi y él aprovechó para elevarla y dar pasos atrás hasta llegar a la cama. Chocó con el limite del colchón y sin dejar de besarla, se sentó. Yoongi tiró de su cabeza para atrás debido a la diferencia de altura que había ahora. Haeyeon lo besaba mientras acariciaba del cabello. Traviesa, dejó abandonada y bajó al cuello de Yoongi, dando pequeños besitos en sus partes débiles. Yoongi gimió. Un gemido roncó que carraspeó en su garganta. Esto era lo que necesitaba. Y era lo que iba a necesitar toda su vida.

Sus manos viajaron el cierre del vestido de Haeyeon y con habilidad lo bajó, se separaron un poco para que la prenda dejara de estorbar y cayó hasta la cintura de ella. Yoongi miró expectante su pecho y clavículas, se veía hermosa ante sus ojos con aquel sostén negro de encaje, el cabello ahora alborotado y labios hinchados. Primero besó su cuello justo como ella lo hizo. El placer de ella era el placer de él. Sus manos tomaron delicadamente sus mejillas y acercó sus labios a los de ella, besándola, besando su labio inferior y después el mansjs, probando ese dulce sabor al cual era adicto. Haeyeon empezaba a acariciarlo bajo su camiseta. Se sentía jodidamente bien.

La alejó. Necesitaba verla de nuevo, necesitaba ver a aquel ángel. Haeyeon cruzó miradas con él. Sonrió, una sonrisa traviesa y juguetona, caliente en todos los sentidos. Yoongi se quedó sin aliento... Por primera vez, el ángel que él solía presenciar siempre, se había convertido en el mismo diablo.

Y eso, no pudo saber si le emocionaba y excitaba o lo asustaba y ponía en estado de alerta.

— ¿Qué pasa?— Preguntó ella al verlo tan perdido.

— N-nada...— Apretó los ojos y volvió a mirarla, pero no hubo tiempo. Haeyeon lo empujó, la espalda de él cayó sobre el colchón. La chica se inclinó sobre él y lo besó mientras tiraba de su camiseta.

Yoongi tenía que saber si su ángel en verdad era un diablo.

La mano de Hayeon acariciaba sus mejilla y sus labios ahora pasaban por su cuello otra vez. Hubo un momento en el que cruzaron miradas, Yoongi tenía una mirada tan profunda que Haeyeon no fue capaz de apartar sus ojos. Es ahora o nunca. Tragó en seco, más decidido que nunca.

— Hayeon... Te amo.

Como lo temía, el ambiente se volvió incomodo al instante. Hayeon lo miró un par de segundos y después desvió la mirada. Se reincorporó y con torpes movimientos bajó del cuerpo de Yoongi. El chico sentía como su todo se estaba alejando y tal vez nunca volvería.

Después de todo, Satanás fue un ángel también.

— No sentimientos de por medio, ¿lo recuerdas?— Haeyeon se escuchaba molesta. Yoongi lo había arruinado.— Lo mejor será que esta sea nuestra última vez viéndonos. Hemos llegado demasiado lejos.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Sep 05, 2016 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Hotline Bling ➳ YoongiWhere stories live. Discover now