Boda de luna (Cherik)

Capítulo tercero

La llegada de Erik no solo había sido la única sorpresa, también traía con el un "Rehén", o mejor dicho una, fue presentada ante el trono como una bestia amarrada por seis cadenas y seis guardias, pero al verla Charles enterneció, no era mas que una muchacha de dieseis años, piel de un color celeste suave, cabello largo y alborotado blanco cual conejo entre la nieve y sus ojos, llenos de ira de un fuerte tono carmín rosado, gruñía cual bestia tratando de zafarse del agarre de los guardias, sus ropas andrajosas y sucias se destruian mas a cada movimiento que hacía, sintió lastima por ella.-

-¡Deténganse! ¡La están lastimando!-Gritó a los guardias.-

-Charles.-Recibió una mirada desaprobatoria de su marido sentado a su lado.-

-J-Joven Príncipe, esta mujer, atacó al señor Magneto en plena noche, ella es una metamorfa, no debe fiarse.-Se atrevió a comentar uno de ellos.-

-No me interesa, la estáis lastimando, soltadla, yo me encargaré de mantenerla bajo control.-

A medida que le soltaban, el consorte del futuro rey llevó sus dedos a su sien y bloqueó mentalmente cualquier movimiento que la muchacha quisiese hacer, y aprovechó de leer en ella todo lo posible, tenía razón, no era mas que una muchacha perdida que creyó hacer lo correcto.-

-Ya no estas presa Vanessa.-

-Así que un telépata, veo que el futuro rey ha pescado un pez gordo a la primera.- Contestó de manera venenosa la muchacha.-

-¿Telépata?.-Preguntó Erik estupefacto.-

-Vaya, que bien conoce a su marido mi rey.- Un cuchillo voló a la garganta de la mujer de la habitación, pero ella mantuvo su expresión de desprecio hacia los monarcas.- ¿Va a matarme? Brillante idea, traerme hasta aquí solo para derramar mi sangre en su alfombra, pues tengo una noticia para usted, mi mutación también incluye un factor recuperativo así que.- Hizo una mueca.- Técnicamente no puedo morir.-

-Podríamos probar cuando duras antes de querer morir por el dolor.-Susurró Erik con odio impreso en sus palabras.-

-¡Erik! 

Ambas miradas se encontraron con Charles, el cual tenía su ceño completamente fruncido a su consorte, tratando de comunicar con su mirada de que no había nada bueno en torturar a sus rehenes, además era solo una chica, inclusive menor que su propia hermana.-

-Esposo mio, esta muchacha es una huérfana debido a las guerras que tu... nuestro reino han producido en los últimos años, tiene solo dieciséis años de edad, perdió a sus padres y hermanos hace cinco, esa es la razón por la cual buscaba darte muerte, por venganza, es solo un chica extraviada del buen camino, permíteme ayudarla, déjame darle una nueva oportunidad, Havok la vigilará de cerca.-

-Sería un honor su majestad.-Complementó Alex.-

Las miradas de ambos se cruzaron, Alexandre miró con algo de angustia a la joven mujer en el suelo de la habitación, ella se retorció como su aquella mirada color avellana le quemase la piel, gruño en voz baja mientras veia la batalla de miradas entre los dos futuros gobernantes del reino maximoff.-

-Francamente, prefiero la idea de la tortura hasta desear morir.-
-Querida no hay razón para ser hostil, prometo que tendrás mi protección absoluta ante cualquier hombre o mujer que ose atacarte dentro de este reino.

La conversación terminó ahi con Havok escoltando a la muchacha de cabello blanco a sus nuevos aposentos, la habitación quedo en silencio unos segundos hasta que el magnético lo rompió con rabia en su voz grave.-

-Has pasado sobre mi autoridad... Eres telépata y ni siquiera te dignaste a comunicármelo ¡Soy tu marido y tu futuro rey!-
-¡Tampoco tu me lo preguntaste! Nuestro matrimonio solo es un acuerdo político y mientras tu manchas tus manos de sangre y pólvora yo tendré que cuidar de tu pueblo como la reina que me han elegido tus padres para ser oh y si no lo sabes a tu padre le quedan pocos días de vida.- Se levantó colérico y se marchó de la sala de trono dejando a su marido atónito, hasta donde el sabía el hombre con el cual se había casado era una rata de biblioteca sumisa por donde se le mirase.-