MCU Shot's

Clintasha "Nunca te dejare solo de nuevo"

—Nat, si en verdad lo amas, tienes que hablar con el... Bien, tengo que dormir, buenas noches linda, espero que lo pienses — Sintió como uno de sus hombros era apretado por una mano y sonrío al darse cuenta que su amiga siempre la reconfortaba, siempre estaba ahí para ella.

Se quedó pensando un poco en lo que su amiga le había dicho "Tienes que hablar con el" Eran las cinco palabras que resonaban en su cabeza, y en verdad tenía que hablar con él, ni siquiera tenía noticias de él, hacía dos semanas que no sabía nada de Clint, siempre le preguntaba a Furia, pero su respuesta solamente era "No sé nada del agente Barton" Por supuesto que ella no se tragaba esas palabras, ella sabía perfectamente cunado su jefe le estaba mintiendo. Después de unos minutos de debatirse si localizar a Clint o no, decidió que lo mejor era que sí, en verdad lo necesitaba, estaba lista para empezar desde cero, o reanudar los dos años que tenían juntos, que eso era lo más lógico, nunca se puede empezar desde cero con una persona que ya tuviste algo.

Camino hasta sus backpack en busca de su móvil, y en el momento que lo encontró noto que habían varias llamadas perdidas de números desconocidos, lo más seguro es que llamarían de nuevo, prefirió dejarlo así, y si era tan urgente lo que tenían que decirle la localizarían.

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Natasha Romanoff

Eran ya las tres de la mañana, y no podía dormir, maldita sea, como lo necesito, todo lo que cruza por mi cabeza es Clint, todo es relacionado a él, y si no tiene nada que ver yo me las arreglo para relacionarlo, mis parpados pesan, pero no puedo cerrarlos, mi cuerpo cerebro se siente cansado, pero no puedo dejar de pensar, mi corazón duele, y ni siquiera lo tengo a mi lado para que deje de doler, me siento a mitad de la cama mientras tomo mi móvil, no volvieron a llamar, por alguna razón estoy preocupada, fueron demasiado llamadas, por favor, llamen de nuevo, prometo si contestar esta vez, por algún motivo lagrimas comenzaron a caer de mis ojos, estaba demasiado preocupada, algo me decía que esas llamadas estaban relacionadas con él, ¿Le pasaría algo? Mi sexto sentido nunca me fallaba, y estaba nerviosa, esperaba que esta vez fuera la excepción, escuche como mi celular privado sonaba, lo tome y mire un número desconocido, no dude en aceptar la llamada, pero sin embargo deje que aquella persona hablara primero.

— ¿Natasha? Soy Nicholas — Lo supuse — Tienes que venir a la sede, es urgente — Eso también lo supuse, pero ni siquiera quería imaginar que había pasado.

— ¿Paso algo con el equipo? — Ni siquiera se apresuró a contestarme, hasta creía que ni siquiera iba a hacerlo.

—Solo ven, tienes que venir — Sentí como mi corazón bajo hasta mis pies, pesaba demasiado, sentía un dolor horrible. Me levante de mi cama para comenzar a cambiarme, en menos de diez minutos ya estaba lista, corría hasta el elevador pinchando el botón de la planta baja, rogaba por que fuera más rápido, pero era imposible. Al llegar a la planta baja busque las llaves de mi motocicleta en las bolsas de mi pantalón, 'Maldita sea, no pudiste haberlas olvidado' ¡Bingo! Exclame al encontrarlas en el bolso trasero, le pedí a JARVIS que ni siquiera le comentara a Virginia que salí a las tres de la mañana en mi vehículo personal, estaba segura de que se preocuparía, odiaba que usara mi motocicleta.

Después de aproximadamente veinte minutos llegue a la cede, pase mi identificaciones por el escáner y las puertas se abrieron, mire como algunas personas pasaban de un lugar a otro, note como Maria caminaba a mi lado, de inmediato me transmitió tranquilidad, respire profundo como si se tratara de diez años sin hacerlo.

— ¿Por qué me hicieron venir de esta manera? Sabes, por poco y me mato — Deje salir, ella solamente me sonrío y comenzó a caminar hacía la sala de enfermería, y ahí iba de nuevo esa inquietante preocupación, Maria me llevaba a un cuarto en específico, y al entrar lo mire, estaba dormido, conectado a esas malditas maquinas, después de dos semanas lo mire completamente diferente a como lo había dejado, mi corazón se comenzó a hacer pequeño, sentía como si lo aplastaran por dentro, Maria noto mi reacción y de inmediato, intento tranquilizarme.