Capítulo 12: Te encanta hacer el ridículo.

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Me aclaro la garganta en un intento de digerir —literalmente— lo que está pasando.

Técnicamente Harry Styles está secuestrándome.

Una sonrisa divertida surca su rostro al ver mi expresión de sorpresa mezclada con terror. Fija su vista nuevamente hacia las calles mientras yo sujeto con fuerza el cinturón de seguridad que me sujeta. Comienzo a sentir un cosquilleo en mis manos y una presión en mi pecho, debido a la ansiedad y los nervios que el hombre a mi lado me hace sentir. No sé a qué lugar va a llevarme y estoy muriendo por saberlo y también muero de nervios.

— ¿Quieres calmarte? —Replica dando una minuciosa vista en mi dirección—. Actúas como si tuvieras miedo de que llegara a matarte.

—Me obligaste a subir al auto contra mi voluntad y no tengo idea de a qué lugar vas a llevarme. La verdad es que estoy comenzando a sentir un poco de miedo ahora.—mi voz sale con un ligero temblor al final, pero espero que haya sonado como un comentario sarcástico como lo había planeado, aunque creo que fracasé como siempre.

Una risa brota de los labios de Harry y me hace sentir aliviada a la vez que un poco aturdida de que la situación le cause risa. Dobla hacia la izquierda y mientras veo por la ventana comienzo a notar que nunca había estado por estos lugares alguna vez, aunque ciertamente no me sorprende. Los únicos trayectos de los que tengo memoria y conciencia son el de mi casa a la escuela y el de la escuela hacia mi casa. Ahora de mi casa a la universidad. No me gusta salir mucho la verdad, y las veces que he salido han sido gracias a Dalia.

¡Dalia!

Me reprendo mentalmente por no haber pensado en ella antes y me recuerdo a mí misma que tengo que llamarla para saber en dónde demonios está.

— ¿Sabes patinar? —la pregunta de Harry me saca de mis cavilaciones de una manera tan abrupta que me hace soltar una exclamación incoherente y aturdida.

Harry ríe: —Te pregunto que si sabes patinar—repite, mirándome.

Recuerdos de mi papá prometiéndome que me llevaría a patinar sobre hielo algún día surcan mi mente pero los trato de apartar tan rápido como puedo, antes de que un nudo se instale en mi pecho debido el tormentoso recuerdo, pero no puedo evitar frenarlo del todo. Esa promesa nunca pudo ser cumplida debido a que mi padre nunca tenía tiempo debido a su trabajo, y cuando tenía días libres la escuela me mandaba montones de tarea y trabajos que tenía que hacer, por lo que nunca tuvimos la oportunidad de ir a patinar como él prometió.

—No —respondo lo más casual que puedo, pero el intento me sale fatal. Mi voz ha salido ronca por el intento de aminorar el nudo que se ha formado en mi garganta salga a flote, junto con el montón de lágrimas que me trae el recuerdo de mis padres ausentes.

Trato de no mirar a Harry. No quiero llorar, no frente a él. No quiero que me pregunte la razón por la cual me siento así, no quiero que se entere de que soy una chica que no tiene a nadie más que a un hermano con problemas de alcohol y una amiga despreocupada de la vida. Una chica cuyos demonios a veces, la molestan demasiado.

Harry parece aparcar frente a un edificio al cual no le presto mucha atención. Apaga el motor del auto y el silencio parece apoderarse de la instancia por un segundo antes de que Harry lo rompa por completo.

—Evan, ¿todo está bien? —el tono cargado de preocupación en la voz de Harry hace que me voltee a mirarlo por una fracción de segundo antes de que vuelva a poner mi vista fija en mis manos sobre mi regazo.

—No pasa nada. Sólo me dieron ganas de bostezar pero las reprimí —miento. Me vuelvo para mirar a Harry pero él no parece convencido con mi respuesta y eso me pone nerviosa.

𝐁𝐎𝐎𝐊𝐒: Como si me leyeras ☕︎︎ 𝐡.𝐬Where stories live. Discover now