CAPÍTULO 6

55 4 6
                                    

Al igual que ayer, la alarma sonó de una manera molesta haciéndome maldecir.
Me levanté de la cama no muy convencida hacia el baño. Una ducha relajante suele ayudarte a despertar por las mañanas.
Salí después de unos minutos con el pelo mojado y rodeado con una toalla.
Me vestí con unos leggings, una camiseta ajustada de tirantes y una sudadera con cremallera por encima. Me até los cordones de las zapatillas y salí corriendo de casa.

Me detuve justo a las seis en punto delante de Danny, que al igual que ayer, estaba esperando en la entrada del gimnasio.

- Vas mejorando. Lo primero es la actitud. No lo olvides.- Tras una breve pausa añadió.- Vamos entra, hoy trabajaremos dentro.

Abrió la puerta y me permitió entrar primero. Todo estaba muy oscuro hasta que encendió las luces, que de repente iluminaron mi alrededor.
Metí las manos en los bolsillos de mi sudadera I empecé a hechar un vistazo al lugar. La última vez que entre, el aire estaba impregnado de sudor y había mucho ruido . Ahora, se respiraba bien, con un ligero aroma agradable.

- Antes de empezar, con que propósito quieres hacer esto? Lo que quiero decir es que, ahora mismo podrías estar tranquilamente durmiendo, sin embargo estas aquí. Debe haber una buena razón. - Soltó captando mi atención.

- La verdad es que no lo se, supongo que para descargar la ira que estoy conteniendo.

- Todo depende de la perspectiva, la ira puede ser algo bueno, o algo malo. Tu eliges como canalizarla. Que vaya a tu favor o en tu contra.- Se acercó y abrió un armario que estaba al fondo del lugar. Sacó un par de vendas para volver a estar delante de mi segundos después.- Siéntate.
Obedecí y me sente en el suelo, se unió a mi cogiendo una de mis manos para venderlas con delicadeza. Me estremecí bajo el tacto de sus dedos.
Hizo lo mismo con la otra mano antes de coger los guantes y ponerlos con cuidado.
Nuestras miradas se encontraron durante un momento hasta que el incomodo silencio rompió el contacto visual.

Cogió dos planchas y se puso una en cada mano.

- Golpea dos veces con la mano derecha, una con la izquierda y de nuevo dos con la derecha.- hago lo que dice.- Vamos, derecha, derecha, izquierda, derecha, derecha, esquivas golpe. Otra vez.

*** Tres semanas después

GOLPEO. Esquivo, patada, golpeo, patada Esquivo.

- Quien diría que habrías mejorado tanto, en tan poco tiempo.- Dijo Danny notablemente cansado.

Estaba dando saltos con los guantes aún en las manos en modo de defensa.

- Supongo que me has subestimado.- Y corriendo hacia el esperando noquearlo, me deja K.O en un momento.

- La próxima vez que intentes noquear a alguien, evita ser tan previsible.- Soltó ofreciéndome la mano para ayudarme a levantarme.

Cogí su mano y tire de él fuertemente haciendo que se caiga sobre mi y girando al mismo tiempo para estar a horcajadas sobre el y tener el control de la situación.

- Y ahora? He sido previsible?- Empecé a reirme a carcajadas estirandome a su lado. El se unió a mi y nos quedamos un rato así. Solo con los focos del gimnasio iluminando nuestros rostros y el único sonido audible de nuestras respiraciones agitadas.

Después de un largo momento, los dos nos levantamos y nos dirigimos a la puerta mientras el silencio nos acompañaba.

- Hasta mañana supongo.- Dije antes de abrir la puerta.

- Hasta mañana.

Cuando Danny cerró la puerta, puse rumbo a mi casa parabpoder ducharme y dirigirme a la misma rutina de siempre: El instituto.
Desde que empecé a entrenar con Danny, todo empezó a ser más soportable.
Mi madre recuperó la vida que solía llevar antes. Estaba allí para nosotras. Que era lo que realmente importaba.
Empezó a salir con otras personas y después de mucho tiempo se le veía feliz.
En casa había un ambiente tranquilo. La casa volvió a ser un hogar.
Todo volvió a ser lo que era, solo que esta vez, el no estaba en nuestras vidas. Y por el quería decir al cerdo que nos abandono sin decir ni pío.

Por la pereza que me daba hacer el recorrido largo, acabe decidiéndome por coger un atajo.
Aún estando de día, la calle causaba escalofríos solo de pasar por allí, pero aún así, seguí el camino para no hacer el habitual que era más largo.

- Debiste haber aprovechado la oportunidad cuando la tuviste.- Me detuve en seco.
La voz de ese hombre hacia se me pusiera la piel de gallina.

Me escondí detrás de un contenedor, sin darme cuenta que seria la mayor estupidez que habría cometido jamás.
Me asomé un poco para ver un hombre vestido todo de negro apuntando con una pistola a otro que estaba agachado en el suelo.

- Juro que no volverá a suceder, dejame enmendar mi error. Se lo suplico.- El hombre parecía realmente asustado. Y creo que seria lo más normal teniendo en cuenta que otro le apuntaba con una pistola.

- No hay lugar para segundas oportunidades.- Dicho esto el hombre saco un silenciador instalándolo a la pistola y disparando segundos después.
El cuerpo cayó desplomado contra el suelo mientras la sangre que salía de su frente mojaba el frio suelo.

Un grito ahogado salió de mi boca junto a una lágrima resbalarse por mi mejilla. Intente darme la vuelta y salir corriendo, pero tropecé con algo que hizo un ruido que captó la atención del hombre al que acababa de ver matar a sangre fría a otro.

Aún con un poco de valor en mi asustado cuerpo, me dispuse a correr todo lo que mi organismo podía permitirme.
No tuve que girarme para saber que me estaba siguiendo y apuntandome a la vez.
Oí otro disparo pero no me detuve, corrí, y corrí durante minutos con los ojos llenos de lágrimas.

No me podía creer lo que estaba sucediendo. Lo que acababa de suceder. He visto con mis propios ojos ver a una persona morir delante de mi.
Esto no me podía estar pasando. No a mi. Que había hecho mal en la vida para merecerme esto?
No era justo.
Sentí un dolor extremadamente fuerte en mi muslo que al final me hizo detenerme cuando estuve segura de que dejó de seguirme. Me escondí detrás de la pared de un edificio y me apreté el muslo con fuerza.
Dolía. Dolía cómo el mismísimo infierno. No fue hasta entonces que me di cuenta de que estaba sangrando.
Cuando miré mis manos temblorosas cubiertas por el líquido rojizo lo supe. Había logrado dar un tiro certero.
Las lágrimas empezaron a derramarse sin ningún control.
Que iba a hacer? Y si me encuentra?
Tengo que salir de aquí... Tengo que salir de aquí...
Y cuando quise darme cuenta estaba delante de Danny. Su cara de preocupación y confusión fue lo último que vi antes de desplomarse contra el suelo.

NOTA:

Como habéis podido ver, la historia ha dado un giro totalmente inesperado. Me he dado cuenta de que se estaba poniendo un poco aburrido así que he decidido ponerle un punto de intriga.
Aún y teniendo pocos lectores, la historia debería mantener viva la esencia.
En fin, también quería decir que tengo dos noticias. Una buena y otra mala para las que seguíais REVENGE.
La mala es que dejará de ser publicada (ahora os estaréis riendo de mi porque no he actualizado en más de dos años).
La buena es que añadiré parte de la historia A esta misma.
AHORA, prometo publicar varias veces a la semana para terminar el libro cuanto antes.

Y sin nada más que añadir, me gustaría conocer vuestras opiniones.
Un saludo.



ROMPIENDO LAS REGLASWhere stories live. Discover now