22-(¿Aceptas mi plan de vida?)

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-Bien, ya dinos que ha pasado.- Dijo impacientemente molesto padre luego de unos minutos de estar sentados en el living.
-Bueno, pero... no se enojen.- Mi padre me tiró una mirada agotada.- Lo que pasó es lo siguiente: yo estaba esperando a que abran las puertas del instituto en la acera junto a Patrick. La noche anterior yo había discutido con Luck y entonces cuando lo vi acercarse no supe que hacer para molestarlo así que besé a mi niñero- mi padre negó con la cabeza haciendo que me intimide.- al parecer algún alumno fotografió el momento justo. Se lo entregó a los del periódico escolar quienes estaban trabajando en un archivo sobre el mal comportamiento de los alumnos del establecimiento. Publicaron fotografías como las de niños fumando o vestimentas inadecuadas y junto a ellas estaba la del beso. Me enfadé porque no me habían pedido permiso para hacerlo. Así que antes de ir a clases me metí en la oficina donde preparan todo de ello y busque en papeles informativos los números telefónicos de quienes trabajaban allí. Imprimí esos números junto sus caras y otras palabras a referencia de que se prostituian, los pegué en toda la ciudad y... nada. Eso fue lo que hice.
-Alex, tu sabes que yo...- Mi madre masajeo sus sienes.- yo te amo pero esto es demasiado.- Suspiró.- ¿Entiendes que lo que hiciste no tiene sentido? Publicaron una foto tuya en un periódico, ¡Cosa que no esta nada mal! Porque hiciste algo que estaba prohibido y ¿Te ofendes?.
-No pidieron mi consentimiento. Mamá.- Apreté mis puños.
-¡Te lo merecias!
-No es tu problema ni el de ellos.- Gruñi.
-¿Que haz dicho?- Notaba como mi madre se convertía en el increíble Hulck.
-Mira, vieja, yo resuelvo esta cosas así. No te vengas a hacer la madre fatal, la madre educadora de un momento a otro porque cuando Luck me engaño, cuando corte con el, cuando lloré y sufrí no estuviste para mi. Ni tu.- Miré a mi padre.- Así que les pido, por lo menos, no vengan con la falsedad de buenos padres. Cuando son puras estupideces. Siento que no tengan la hija perfecta pero soy así y quiero ser como soy. Si les molesta pueden escribirlo en un papel y meterselo por donde les cupa.- Gritaba mientras me dirigía a mi habitación. Mi madre estaba furiosa, me había seguido todo el recorrido hacia arriba por lo que cerré mi puerta en su cara y la trabe con llave. Estúpida anciana ¿Quién se cree? Tu madre, tal vez.
Además ¿Qué tanta molestia? si ya había pasado. Ya me habían regañado y ya me habían suspendido. Aunque sigo creyendo que no debieron hacerlo. Estaba molesta, furiosa y confusa como una estúpida.
Estaba molesta con Patrick por nuestra infantil discusión, furiosa con mis padres y confundida por mi frustración y ganas de llorar de bronca. Como si fuese algo hormonal. Hormonal. Hormonal. Hormonal.
-¿Hormonal?¡Hormonal!- grité asustada. Bañada en pánico tome una almohada y la puse sobre mi rostro gruñendo hasta sentir mi rostro caliente.
Tome mi móvil y marqué al idiota de mi novio, metiendome dentro de mi armario y dentro de un ropero para que nadie escuche mi conversación.
Primer tono.
Segundo tono.
Tercer tono.
-¿Mh?
-Patrick...- Hablé con la voz temblorosa.
-¿Alex? ¿Qué ha pasado? ¿Te encuentras bien?- Negué con la cabeza mientras caían lágrimas por mis mejillas. Solloze sin intención de hacerlo.- Alex, contesta.
-No, no estoy bien.- Confesé con un hilo de voz.- Me siento mal, estoy confundida. No sé que me sucede. Creo y espero que sea algo pasajero. Pero estoy asustada porque...
-¿Por qué...?
-No nos cuidamos.- La línea quedó en silencio. Un silencio inquietante para mi. Necesitaba que me diga algo, palabras sabias como las de un psicólogo tal vez. - ¿Patrick?
-To-todo estará bien.- Se apresuro a contestar- No te preocupes. Todo estará en orden y si sucede... nos haremos cargo de la situación, seremos responsables pero sobre todo nos cuidaremos entre ambos dos ¿Entiendes?
Sabia que aquello lo decía para tranquilizarme pero aún así estaba jodidamente asustada.
-¿Y qué pasará? ¿Cómo viviremos? ¿Dónde? Es todo tan difícil.
-No lo es, nena.- hablo calmado- Es simple. Yo si quiero ahora consigo un trabajo como abogado, podrías venir a mi departamento y quedarte a vivir aquí. Es más fácil de lo que crees.¿Quieres que vaya allí?- Negué con la cabeza sin notar que el no me veía.- Ire allí, te veo en...
-No, he discutido con mis padres fuertemente.
-¿Por... mi causa?
-No, es que... mi madre me dijo que lo del periódico me lo tenia merecido y los mande a la mierda... les insulte de una manera que no debi.
-Entiendo.
-Lo siento, en serio me gustaría verte.
-Tal vez puedas ir a la casa de los padres de Dave en la noche y te recojo allí.
-No lo sé, si te ven y te descubren, te meteras en problemas.
-No importa...
-Hagamos algo...- Sorbi mi nariz-, a la 1 te espero en la esquina de mi casa ¿Quieres?
-¿Y si te descubren?
-No lo harán, ellos a las 11 ya estan en el quinto sueño. Saldré por el sótano.
-Bien.
-Okey.
-Entonces...- El silencio apoderó la linea nuevamente.
-Si...
-Oye...
-Claro...
-S-Si t-tu estuvieras embarazada, no sería tan malo- Sonreí reconfortante.
-Me asusta que sea como yo.
-Sería hermoso o hermosa si es como tu.- Reí botando una lágrima.
-¿Cómo nos haremos cargo de la situación?
-Alex... ni siquiera sabemos si estas embarazada o no, no te preocupes por ello ahora.
-No creo que sea el caso- Admiti mientras secaba una lagrima con la palma de mi mano.
-Al parecer quieres tener todo planeado ¿Qué sentido tiene la vida si esta planeada?
-No es así, pero Patrick esto no es un juego.
-Lo se, bueno, mira, de acuerdo. Si quieres un plan de vida te lo resumiré. Mañana hablaré con mi padre así me meten en su despacho, en unas semanas visitaremos al médico sin que tus padres se enteren y veremos si un mini Patrick esta nadando allí, si es que eso pasa. Si tu quieres, puedes venir a vivir aquí viviremos de mi sueldo y compraremos cosas para Lucy.
-Se llamará Bella.
-¿Bella?
-De Isabella.
-Mm... puede ser,- Bromeó- pero no me gusta.
-A mi me encanta.
-¿Y si es niño?
-Roy. Amo ese nombre...
-¿Y Patrick?
-¡No! Ese nombre es horrible.
-¡Tu ombligo lo es!- reí, era cierto. De vez en cuando mi ombligo se salía para fuera.
-¿Y que tal Patroy?
-No. Ese nombre es muy ridículo.
El silencio me hizo concentrarme y noté de lo que estabamos conversando. Como si fuera algo cotidiano.
-¿Ves que es algo mas simple de lo que crees?- Mire mis manos en la oscuridad del ropero- ¿Aceptas mi plan de vida?- Cerré los ojos con la esperanza de que ello me ayudara a pensarlo mejor.
-Si, acepto.
-Te veo a la una mi vida.
-Adios Patroy.- Rió y colgo la llamada.

Mi Niñero.Where stories live. Discover now