19-(No lo sé)

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-¡Alex, baja un segundo!- pasé el cepillo plástico una vez mas por mi cabello mojado.
Mientras bajaba los escalones descalza aseguré la bata de toalla blanca que traía puesta con otro nudo. Al llegar a la entrada miré a la izquierda, la cocina, y a la derecha, el living.
Vi una sombra en movimiento allí y me dirigí a ese lugar, a la derecha.
-¿Si?- Dije con una pequeña sonrisa desde la puerta.
-Sientate, por favor- mi padre hizo seña con su mano abierta al sofá que se encontraba frente a su sillón, donde el permanecia sentado. Confundida asentí y cumpli con lo pedido. Incentive a mi padre a seguir hablando con un movimiento de cejas.
-Ayer...- tomó aire con la boca abierta, tensionado. Algo no andaba bien.- Ayer...
-Ya, papá me estas asustando.
-¿Por qué? ¿Hay alguna razón para que estes asustada?- Preguntó alteradamente curioso. Negué con la cabeza ni bien termino la pregunta. Temerosa.- Lo siento es que...- Masajeo su frente con su mano derecha- Estoy comprendiendo que ya no eres una niña y... no se como hablar de esto- Rodé los ojos irritada.
-Papá, si estaras así toda la noche mejor iré a dormir.
-No, no. Quédate.
-¿Y bien? Papá si quieres saber si estoy drogandome o algo parecido, no lo hago ¿Okey?
-No es eso...- Me miro apretando lo labios- ¿Eres virgen?- Lo mire con los ojos saltones asombrada por su pregunta.
-Tristemente si...- suspiró con alivio y luego me observo con confusión. Me pellizque castigandome.
-¿Tristemente?
-Papá las chicas normales de mi salón ya se han acostado con medio equipo de fútbol y yo aún sigo siendo virgen. Me siento una idiota.
-Pues... pues siéntete original- Atacó nervioso. Reí tapando mi boca con mi pelo.
-¿Eso es todo?
-No. Mira ya esta lo diré asi... hija hay muchas enfermedades que se clasifican en transmisión sexual. Además de los embarazos y de más. Yo creo que esta charla ya la habras tenido con muchos profesores- asentí- pero no con ninguno de nosotros, o sea yo y tu madre.- negué- Bien, entonces lo que yo quiero decir es que por favor...
-Papá no me vengas con las estupideces de usar casco porque ya lo sé. Lo tuve que estudiar para mi materia de educación sexual tantas veces que hasta juraría que me repugna. No lo juró porque no es verdad, gracias a las películas que lo hacen ver bien. En fin, no quiero enfermarme ni embarazarme si eso es lo que quieres saber ¿Algo mas?- me miró anonadado. Ladeo la cabeza y luego asintió. Lo miré agotada.- Desembucha.
-Es notario que sales con alguien.- Juguetee con mis dedos.- Si no quieres decirme quien es, no hay problema. Pero quiero asegurarme de que estes segura, a salvo con el.- Asentí mirando el suelo.
-Solo te diré que mamá le tiene un aprecio importante y se que sospecha pero no se como decirselo, ni a ella ni a ti. Es... complicado.
-¿Debo preocuparme?- Fruncí el ceño negando con la cabeza.
-En verdad... me quiere mucho.
-Dijiste lo mismo de Luck.- Levanté la mirada encontrado sus ojos preocupados.
-Papá- hablé con la voz rota- no vuelvas a decir eso mientras yo este presente- No había notado lo mucho que me afectó su oración hasta que mi vista se volvió nublada. Hasta que dos lágrimas calleron de mis ojos.
-¿Por qué sales con alguien si no haz superado a otro?
-Tu no sabes lo que dices.Te lo diría, en serio, pero...
-Pero no me lo dices...
-Es que...
-¡Nada, Alex! Quieres que te entienda pero ni siquiera me explicas.
Me pregunté con cuidado si era lo correcto contarle a mi padre sobre la verdad, sobre lo que había sucedido entre mi ex novio y mi mejor amiga, mejor dicho ex mejor amiga. Observe atenta la alfombra con textura suave, de color roja. No sabía si decirle lo que había pasado o si decirle nada. En verdad no lo sabía, simplemente me aterraba que mi padre se enojara conmigo por haber sido tan idiota con respecto de las infidelidades de Luck....maldito idiota si no fuese por él yo no hubiese pasado ese muy incómodo momento.
-Luck... Luck me engaño papá. Con muchas. Tantas, que hasta perdí la cuenta. Una de esas muchas, fue Sophia.- Los labios de mi padre se separaron levemente y pude oír un chillido detras de mí. Cuando me giré mi madre tenia su boca tapada con sus manos por el asombro.
-Me obligan a recordar algo que no quiero.- Frunci el ceño y me puse de pie, con impotencia.
-Hija... lo siento.- Escuché decir a mi padre a lo lejos.
Hasta ese momento también yo lo hacia y habian pasado meses.
Sentía mucho lo de Luck no tanto como los primeros días las cosas habían cambiado ya tenía mi nueva pareja, mis nuevos pensamientos, mis nuevas intenciones, o sea planes para el futuro y todo pero no sería fácil superar el primer amor de una jodida adolescente.
Varios días después; mejor dicho el sábado siguiente, Patrick me invitó a su casa por primera vez y aunque no me emocionaba visitar por primera vez su casa, me emocionaba el hecho de que estabamos progresando como pareja, ese sábado le comenté sobre la charla con mi padre, omitiendo la última parte, era lo que menos quería en ese momento. Que se enojara.
Me dí cuenta antes que los idiotas de Patrick y mi mejor amigo de que vivían solamente separados por tres pisos; bastante tonto para sus edades. El departamento de Patrick era muy parecido a él, lo que quiero decir es que representaba mucho su personalidad: su amor por la música, la guitarra ante todo, y el cariño a los gatos, sus preferidos eran los de la raza esa que son todos calvos que no puedes encontrar un solo cabello en todo su cuerpo ni con un microscopio, me aterran. Prefería a los perros.Discutimos en varios meses muy pocas veces solamente era por mis padres ¿Cuándo le diría sobre nuestra relación? ¿Cuándo haríamos una cena de presentación? Y cosas por el estilo con las que yo fantaseaba y él lo veía muy infantil pero mi madre lo vería muy respetuoso de parte de Patrick. Y eso sumaría muchos puntos para él, me alegraría el alma.
De ambos de mis padres el único que había cambiado, luego de cambio de estilo de vida, fue mi padre ya no era más que un maricón sino el hombre de la casa. Me aliviaba el saber que cada vez mi familia se volvía un poco más normal. Todos quieren ser diferentes al resto, yo ser una oveja de las blancas. Ojalá que no suene racista lo que quiero decir con normal. Si tendría que ser una familia conservadora lo sería con tal de pasar desapercibida. No me gusta llamar la atención, aunque mi popularidad en el instituto decía lo contrario.
-Ya sería hora ¿No crees?
En si tenía razon y la razón casi siempre es verdadera. Tal vez por eso me molesto su comentario. Como medio que me ofendí. Y por otra parte me sentí una jodida virgen.
-No lo sé.- fue lo unico que mi cerebro pudo encontrar para hacer referencia a mi miedo.
-No haré nada que no quieras, Alex. Pero los hombres tenemos ciertas,- apunto con sus dedos índices hacia su parte baja, a su pene-... necesidades.
Gatee sobre el sofá por arriba de su gato feo. Hasta llegar a besar su mejilla.
-Siento mucho ello, pero necesito un poco mas de tiempo. Tal vez unos días para prepararme mentalmente.- Blanqueo los ojos. Me dieron ganas de pegarle una bofetada.
-No me refería a ahora.
-Ohh... si, lo sé, pero, es que...  es un tema con el que tengo que lidiar...
-Con los problemas se tiene que lidiar ¿Acaso es un problema esto?
Mire mis manos sin saber que contestar; juguete con mis dedos preguntándome la respuesta a mí misma. Nunca me había preguntado eso ni siquiera en mi intimidad.
Me pregunté por qué nunca podía estar segura de nada y por qué siempre dudaba de todo.
-No lo veo así.
-¿Cómo... entonces?
-No lo sé.- Expiró por su nariz de manera molesta, el estaba molesto.
-¿Por qué nunca sabes nada?- Miró a la nada delante suyo.
-No lo...- Suspire intentando formular una oración sin las palabras no lo sé. Imposible. Para mi.
-Me estas poniendo los pelos de punta- sentí rechazo y me entristeció sentirlo.
Sentí miedo. Miedo de mi. De ser así siempre.
-También me pasa, Patrick. Me enoja mucho mi forma de ser ¿Qué crees? No eres el único que tiene que lidiar conmigo. Me voy.
Tome mi mochila que estaba a mi lado y me puse de pie, caminando hacia la puerta con ganas de que el me detuviera. Lo sé. Idiota¿Verdad?
Bajé las escaleras provocando un eco por paso en todo el edificio, que se encontraba molestamente silencioso.
Cuando llegue a la planta baja Patrick me esperba ahí. Frunci el ceño con confusión.
-Allí hay un ascensor- Señaló a mi derecha. Era cierto. Que tonta. Asentí e intenté pasar por su lado para llegar a la puerta principal. Me tomo por la cintura.- Ya, lo siento. Es que estoy un poco frustrado, el sexo es una necesidad en los humanos ¿Sabias?
-La verdad nunca he prácticado el sexo y sigo viva.- Dije mirando su hombro para no mirarle a la cara, enojada.
-Lo sé. Y ojalá lo sigas estando pero... Alex, estas a punto de cumplir 18 ¿No crees que es hora?- Lo mire a los ojos, el era mas alto que yo por lo tanto a veces me sentía inferior aunque por mi enojo, esa vez, no.- se que estas enojada conmigo y...
-No estoy enojada contigo- Frunci el ceño volviendo a ver su hombro.- sino que conmigo.
-Respecto a lo que dije arriba, no me hagas caso. Tu eres perfecta y el hecho de que no...
-¡No digas eso!-Grité. El me miró sorprendido- ¡No digas que soy perfecta, ni siquiera me acerco a serlo! Soy una maldita virgen que es tan cobarde que ni siquiera se quiere imaginar su primera vez por miedo.- Puse ambas manos entre mi cabello uniendolas por detras de mi cabeza- Miedo a lo que pueda pasar luego de ello ¿Y si no te gusto? ¿Y si luego de eso ya no me amas? ¿Y si no te parezco suficiente y vas en busca de otra mejor que yo?
-No digas eso...- Me abrazó acunadome contra su pecho.- Yo te amo virgen o no. No eres una maldita virgen- Acarició mi cabello.- Quizás no seas perfecta, pero si, perfecta para mi.- Tomó mi rostro en sus manos y beso mis labios unos segundos. En sus labios me tranquilicé, me calme. Gracias a el.
-¡¿QUE RAYOS?!- Me giré hacia mi espalda y mis rodillas temblaron.

Mi Niñero.Where stories live. Discover now