Ve por él

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Eren se sentó en su cama luego de encontrar la peineta roja para poder alisar el cabello de Mina Carolina.

-Ven, nena -le dijo para que se sentara en el banquito blanco- tienes los ojos de tu padre

-¿Quién es mi padre? -pregunto ella con su vocabulario todavía mal pronunciado

-Nadie -el ojiverde se mordió la lengua por haber mencionado a esa persona.

A medida que peinaba el sedoso cabello negro de la pequeña recordó que ya era tarde y Levi debería de haber venido hace media hora como lo hacía desde hace cuatro años. Cada fin de semana a las siete de la noche.

-Mikasa está trabajando -dijo Eren amarrando una coleta- y Levi vendrá a verme, creo que te quedaras con Marco y sus gatos. ¿Te gustan los gatos?

-Si -Mina acaricio su vestido celeste- Eren ¿qué es prostituta?

El castaño termino de amarrarle el cabello pensando algo ingenioso para responder.

-Una persona que vende su cuerpo a cambio de algo

-¿Mi mamá es prostituta?

-Si

Mina dejo de preguntar, se entretuvo mirando el cuarto del ojiverde y los cambios que eran visibles desde que tenía memoria. Las grullas de papel dobladas en cada rincón que aumentaban su número con el paso de los días y la iluminación más clara que Eren le pidió a Annie.

-¿Tomaste tus pastillas? -su mirada se detuvo en la cómoda donde descansaba el vaso de agua y varios círculos pequeños de color rojo que Eren solía meterse a la boca como si fueran dulces.

-Lo olvide -el ojiverde sonrió con sinceridad- que haría sin ti -le pellizco la mejilla a la pequeña y se puso de pie para llevarla con Marco.

Al volver por el pasillo, vio la figura de Levi esperando en la puerta, llevaba el traje caro de siempre y una mirada sombría. Bajo la mirada hacia su mano adornada con un anillo dorado que el pelinegro escondió entre los dedos.

-Tardaste -le dijo a modo de saludo- ¿Cómo está el clima ahí arriba?

-Como una mierda -el pelinegro miro las manos de Eren, vacías- y tú ¿estás bien?

-No te he engañado, si a eso te refieres -entraron al cuarto- tengo la medicina suficiente, desde que me compraste Annie me dijo que ya no era necesario venderme. Solo algunos bailes.

Apenas entraron el ojiverde se lanzó a los brazos de Levi, quería sentirlo, lo necesitaba en verdad. Cuando la necesidad de hacerlo con alguien lo atacaba y las pastillas no eran suficientes solo pensaba en Levi, una y otra vez.

El pelinegro a su vez lo acorraló contra la pared aferrándose a su cintura y repartiendo besos por su mejilla hasta llegar a los labios del menor, sus lenguas se encontraron reconociéndose a su vez para entrelazarse con hambre. A Eren le gustaban los besos de Levi, eran frescos y le quitaban el aliento, pero sus mordidas sabían a gloria.

Esos mismos labios se apartaron para bajar a su cuello y lamer con frenesí, a su vez Eren bajo las manos rápidamente desabotonando la camisa del mayor hasta casi arrancársela.

Lo necesitaba, estaba desesperado.

Lo amaba y lo necesitaba.

Desde la primera vez que lo hicieron, cuando Eren por fin pudo quitarse todos los anillos y tirarlos, cuando se sintió libre y se entregó al pelinegro al principio con miedo porque él mismo consideraba su cuerpo repugnante y sucio pero Levi lo tranquilizo diciéndole que le enseñaría la mecánica del amor. Como hacer el amor.

GRULLAS DE PAPEL (Levi X Eren/ Riren/ Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora