1. 7-Demonio

5.1K 439 34
                                    

Arriba les dejo el vídeo de la cancion Wherever You Will Go para que lo disfruteis mientras leen.

Demonio

-He dicho, ¿Qué haces aquí hijo?- Grace, que inoportuno y más oportuno momento. Pensé que era Ana y ahora que íbamos con buen pie.

-nada madre-coloque el dibujo encima del cuaderno y gire disimuladamente.

-¿Qué tienes en tu espalda?-me interroga

-nada, solo encontré la puerta abierta y una luz encendida. Solo iba apagarla-ella abre la boca para decir, ciertamente que mi excusa no es válida, pero prosigo-además tengo que ir a ducharme-le sonrió y salgo de allí con normalidad. Voy a mi habitación y me ducho con rapidez, al salir escucho los murmullos de personas llegando en el piso de abajo. Busco algo elegante y simplón. Una camisa blanca y un traje formal gris y zapatos de charol, sin corbata. Me coloco el bóxer cuando unos brazos me cubren el cuello por la espalda, sonrió unos pocos instantes, pero desaparecen al escuchar esa suave voz que tanto reconozco, giro con violencia y quito sus brazos de encima de mí.

-¿Qué haces aquí Leila? ¿Deberías estar...? ¿Qué ha dicho Flynn de esto?- ella solo ronronea y trata de acercarse a mi como una fiera en celo, pero lo que no sabe es que está tratando con el león.

-quería verte-susurra. Lleva un vestido corto negro con estampado. ¿Cómo ha entrado aquí?

-sal de aquí y después hablamos-digo con seriedad y ella solo sonríe con burla, parece que todo lo que le digo es una simple broma. En ese momento la puerta se escuchó abrirse y Anastasia quedo perpleja ante la imagen de la chica parada frente a mí y yo casi...desnudo.

-disculpen, yo no...

-Ana, espera no es lo que...-baja la mirada y cierra la puerta de un golpe estruendoso.

-¿Quién es ella?-dice burlonamente, mientras se abalanza a mi brazo.

-déjame. Lo hablaremos después-tomo mis cosas y me meto al baño, enseguida llamo a Flynn y discuto con él. Esta es la quinta vez que se escapa de la institución. Pago todo en gastos y es así como me paga. Quiero lo mejor para ella, quiero que sea libre, algo de lo que no tengo placer y desearía tener, se lo que se siente estar loco. Leila fue una de mis primeras sumisas, me conecte con ella y mucho más cuando la convertí en mi sumisa, ese fue nuestro modo de alejar los demonios de nuestras mentes. Una manera de mantener a salvo a nuestros seres queridos de nosotros mismos. Pero ella un día me dijo que quería algo más y allí todo acabo.

Salí del baño y ella aún seguía allí. Se había dormido sobre mi cama y le coloque las sabanas, salí de allí y cerré con llave la habitación para asegurarme que no salga y haga algo de lo que se arrepienta después, no quiero que mi familia la vea. Flynn llegaría en cualquier momento a llevársela. Ahora era la parte complicada, hablar con Ana de lo que sucedió allí dentro. Baje las escaleras y me encontré con mi madre en un bello traje, un suéter rojo con cuello de tortuga y una falda de color negro, papa está de traje, Lelliot está indagando con Ethan sobre el juego de futbol de esta semana y al parecer Mía ni Anastasia han bajado aun.

-mi hermana llegara pronto-dijo Ethan y todos los presentes asintieron.

-hijo, ve por Mía y Ana. Ya se están tardando demasiado y Dothea ya tiene la cena lista-observa a Elliot, afirma y se levanta.

-espera, yo iré...-dije repentinamente y sin pensar. Tal vez sea la oportunidad que necesito. Todos me sonríen y mi madre me guiña el ojo. Giro por sobre mis talones y me quedo quieto y asombrado al ver a Anastasia con aquel vestido azul echo a medida, resaltando su pequeño cuerpo. Al etéreo, delicado y ligero, es como algo fuera de este mundo, un sueño efímero. El vestido es largo de la cola y enfrente luce un espléndido escote hasta su muslo y un bello escote corazón.

Esta malditamente hermosa y condenadamente perfecta. No sé cómo puedo expresarlo, es algo inefable lo que observo y no creo.

-Estas uff...-estoy excitado y no sé qué decir.

-nunca te había escuchado decir eso hermanito, pero cierto y todo gracias a mis secretos para resaltar la belleza femenina.

-la verdad me siento incomoda-se abraza a sí misma. Mía le sujeta el hombro para darle confianza y se retira primero. Ella me mira por un segundo y luego me evita para proseguir al comedor. La sujeto del brazo y hago que gire cayendo sobre mi pecho.

-no quiero que te vayas sin antes darte una explicación

-no me importa, además no somos nada-y siento un insípido sabor en mi paladar al escuchar esas palabras.

-lo sé-afirmo sus palabras-pero no quiero que pienses mal las cosas-aseguro

-suéltame-hago lo que dice y expira con violencia. Da un paso hacia atrás y la siento tan lejos de mí en este enorme lugar.

-esa chica es alguien de mi pasado, alguien que fue mi sumisa y dejo de serlo. La he cuidado durante unos años y...-me es difícil decir algo más, no quería que Ana se enterara de esto y menos de otras cosas peores que hice en mi pasado, es suficiente con saber que soy un monstruo.

-te dije que no me importa, pero como quieras-dice secamente y relaja el rostro-pero te creo y no sé porque rayos te creo-rueda los ojos y sonrió viendo como batalla en su mente sobre que pensar de mí. Aún recuerdo el dibujo y embozo una enorme y mucho más grande sonrisa que puedo dar-¿Qué pasara con ella?

-alguien vendrá por ella no hablemos más de eso, ¿sí?-no quiero que empiece a indagar más. Ya empezaba a conocerla, intrépida, orgullosa y muy curiosa. Pero solo tres palabras la definen mejor, una chica inteligente, valiente y hermosa. Asiente y me acerco mas cómodo, susurrándole al oído:

-Esta noche quisiera dibujar con mis dedos tu piel, mis ingenuas, tímidas y más perversas intensiones-se detiene en seco y ladea la cabeza para observarme con descaro y con una sonrisa mala que no puede ocultar.

-tienes la mente muy sucia-afirma

-no tengo la mente sucia solo una imaginación sexy-le guiño el ojo y nos hacemos presentes durante la cena.

-sí que se tardaron los tortolos-yo frunzo el ceño fingiendo estar ofendido delante de las palabras de Elliot y Ana se ruboriza. Se ve tan linda cuando lo hace. Nos sentamos en el comedor y todo fue burlas y platicas banales. Nunca me había divertido tanto antes. Termino la cena y Grace ordeno que nos enviaran el postre a la sala, donde está el piano para cumplir la promesa de Mía.

Hace mucho que no lo hago, estaba nervioso. Pero todo desapareció cuando Ana se inclinó sobre el piano y observo con esa mirada que dejaba al desnudo todo de mí y no sé cuando comencé a tocar, pero parecía que mis dedos se movían solos al ritmo de la música. Tocaba Wherever You Will Go de Charlene Soraia y comencé a cantar y dejarme llevar sin dejar de verla, se muestra como una luz tenue y en tonos rosados, algo increíble como justo cuando aparece la salida del sol. Un nuevo amanecer.

No sé qué sucede conmigo, que nos sucede a ambos. Porque siento cosquillas en el estómago, porque cuando estoy con ella me siento tan emocionado de ver su sonrisa y cuando ella se aleja tengo la necesidad de saber lo que piensa de mí, de explicarle las cosas, de decir lo siento en cada momento y ella siempre me perdona, hasta una simple tontería y solo quisiera besarla hasta que ambos busquemos una salida para tomar aire.

-¡Christian!-escucho de nuevo la voz de Leila detrás de Ana y todos voltean, la música se detuvo en un frenético y ensordecedor sonido agudo y grave a la vez-¡Que tiene ella que no tenga yo!-y se desmaya desplomándose al suelo.

-¡Leila!...

¡FELIZ HALLOWEEN!

Ahora a llegado la psicópata y loca de Leila Williams. (bu bu)

¿Que sucederá?

Hasta el próximo capitulo

Laters babys

-Jossy

Prisionero entre las Sombras ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora