Veinticinco🌻

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Jesús quería llevarme a casa como el buen caballero que era, pero antes de eso, teníamos que devolverle la moto a Kian.

-Recuérdame en qué momento te hice caso para hacer esto, menuda estupidez. -susurré mientras caminaba detrás suya, estábamos entrando al garaje sigilosamente.

-Oye, mi plan era dejarte en casa y luego venir yo solo a devolver la moto, pero me has tenido toda la tarde en la biblioteca, asi que de alguna forma me lo tenías que pagar, Heaslip. -susurró con un tono irritado. -Además, si nos pillan por lo menos estás tú aquí, si llego a estar solo probablemente llamarían a la policía.

-Así que me estás utilizando. -espeté.

-Bueno, tu has hecho lo mismo conmigo, estamos en paz.

Reí sarcásticamente. -Si no me gustaras mi puño estaría ahora mismo en tu nariz, ¿sabes?.

Jesús se quedó quieto y giró su cuerpo hacia mi, me miró por unos segundos y luego sonrió.

-Perdona, ¿has dicho que te gusto o ha sido solo impresión mía?

Me sonrojé un poco. -Ha sido impresión tuya claramente. -eso ocasionó una carcajada por su parte.

-¡Oh venga ya!¡Déjame disfrutar de ese momento! -elevó tanto su voz que las luces de la habitación de Kian se encendieron. Los dos nos quedamos mirando con los ojos abiertos como platos y nos faltaron segundos para salir corriendo de allí, soltando la moto y haciendo que esta cayera al suelo.

-Mierda, Jesús, la moto -susurré como pude mientras corríamos.

-¡No mires atrás, Heaslip! -gritó mientras nos alejábamos de la casa.

-¡Eh! -escuchamos la voz de Kian detrás nuestra. -¡Ladrones!¡Mi moto!

Juro que no me había reído tanto en toda mi vida.

Cruzamos la esquina y nos paramos a respirar. Jesús se tiró al suelo rendido y yo fruncí el ceño.

-Eres un dramático, ¿lo sabías? -me senté a su lado.

-Te dije que las risas no iban a faltar. -sonrió mirándome, yo reí recordando la escena.

-Siento haber arruinado nuestra cita... -le miré, el se incorporó, sentándose a mi lado.

-Ha sido una de las mejores, créeme... -rió. -Además, nos queda toda la vida para tener citas. -acarició mi mejilla con la dorsal de sus dedos. -Por lo menos has confesado que te gusto.

Puse los ojos en blanco y reí, ¿cómo se podía ser tan creído? por el amor de dios.

-Si, lo he dicho, ¿contento? -dije y el asintió como un niño pequeño. -Vámonos a casa, antes de que me castiguen de por vida... -me levanté y le ofrecí mi mano para que se levantara él también.

El camino a casa siguió con risas, contándonos anécdotas y chistes que se nos iban ocurriendo, de vez en cuando nos cogíamos la mano inconscientemente y cuando nos dábamos cuenta la soltábamos antes de que pudiéramos decir nada. Lo que yo decía, dos tontos enamorándose.

Cuando llegamos a la puerta de mi casa Jesús se despidió con un beso en la mejilla y un "buenas noches". Miré como se desvanecía por el final de la calle y mordí mi labio, me encantaba como me hacía sentir. A sus ojos me veía como alguien único y súper importante, y ahí comprendí que nunca debería sentir menos que eso.

Metí la llave en la cerradura pero no hizo falta ni darle la vuelta. La puerta se abrió y allí estaba Calum, mirándome con los ojos como... ¿apenados?

-Hola... -salió por mi boca. -¿Todo bien? -Pasé adentro y cerré la puerta detrás de mi.

-Creo que tenemos que hablar May... -dijo y acto seguido se sentó en el sofá, apoyando los brazos sobre las rodillas, y la cabeza en sus manos. -¿Por qué no confías en mi?

Aquello me tomó por sorpresa. Sabía que se refería al tema de Jesús, aún no estaba preparada para hablar de ello, pero ya no podía evadir el tema, a mi hermano se le veía frustrado de verdad.

Me acerqué al sofá y me senté con él, mirando mis manos y esperé que alguna palabra saliera de mi boca.

-No quería que te enfadases, Calum -suspiré. -Entiéndeme... es tu mejor amigo... sé que te va a doler, no estaba preparada para decírtelo, además que nos estamos conociendo, aún no tenemos nada serio.

-Pero igualmente, Maya. Estás quedando con él, os estáis viendo, y todo esto a mis espaldas porque lo sabe todo el mundo menos yo.

-Si no fueras tan protector, esto habría sido de otra manera. -me miró y proseguí. -Calum, eres la persona más importante en mi vida y a la que más quiero por encima de todo. Pero lo complicas todo muchísimo. Me quitaste el móvil cuando te enteraste de que estaba hablando con alguien. -le oí suspirar. -¿Cómo quieres que te diga que estoy saliendo con tu mejor amigo?

-Está bien, el malo sigo siendo yo.

-No te estoy diciendo que seas el malo, no cambies mis palabras. Sé que quieres mantenerme guardada en una cajita para que nadie me haga daño. Pero conoces a Jesús, ¿Crees que él me haría daño? -negó muy decidido. -¿Entonces?

-Solo me duele que no hayas confiado en mi para decírmelo... solo eso. -nos quedamos callados unos segundos. -No más secretos, aunque sepas que me vaya a doler.

Asentí. -No más secretos...

Whatsapp [#1]✨ [Jesús Oviedo][editando jeje]Where stories live. Discover now