Mi héroe

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Se despidieron con un beso en la mejilla y ella se fue a casa, en el camino estaba inundada en sus pensamientos, se acordaba de todo lo sucedido esa noche, de todas las cosas que se había enterado, no podía creer que se hayan encontrado ahí y justo con él, parecía como si todo estuviera planeado, el día, la fecha, la hora, el lugar, ¡que ocurrente el destino!, como es normal cuando estas con alguien que te agrada el tiempo se te pasa volando y las horas se vuelven minutos, eran las doce y ella no lo había notado, seguía concentrada hablando consigo misma hasta que escuchó un pequeño ruido tras ella y voltió pero no había nadie aunque le había parecido ver una sombra, creyó que era idea suya y se colocó los audífonos a máximo volumen y puso una de sus canciones favoritas Just the way you are - Bruno Mars, se dió cuenta que tenía que cruzar un pasaje para poder llegar más rápido a su casa y no tener que bordear toda la cuadra, con un poco de temor se atrevió a cruzarlo, cuando estaba por la mitad del pasaje aparecen en dirección contraria a ella dos tipos morenos, altos y encapuchados con pinta de... rateros :( por un momento Gimena se paralizó y sintió una sensación de escalofríos que salía de su barriga y subía hasta su mente, tenía tanto miedo que le hagan algo, ella sola a medianoche, las manos le sudaban, por un momento pensó en correr pero luego pensó en actuar normal, mientras pensaba en qué hacer cada vez se iba acortando más la distancia que la alejaba de ellos.

Por su parte Franchesco estaba pensando en todo lo que había sentido esa noche y tenía curiosidad por saber más de ella, dónde vivía por ejemplo, así que la siguió, caminaba encorvado y escondiendose tras los árboles y autos estacionados, -¡Tonto!- se dijo a sí mismo cuando tropezó sin querer con un bote de basura e hizo un pequeño ruido que ante la soledad de la noche fue un graan ruido, corrió a esconderse detrás de un auto pero Gimena voltió, él no estaba seguro de si lo había visto o no, pero ella siguió su camino, la vió colocarse sus audífonos y entrar en un pasaje, cuando estaba a punto de llegar más cerca a ella y no perderla de vista su teléfono empieza a vibrar, no quería contestar pero al ver que era su madre lo tuvo que hacer

-Aló, hijo, ¿dónde estas? Ya es tarde
-Mamá ya voy para allá, en 20 minutos llego

Colgó rápido para no perder a Gimena, cuando llegó al pasaje se escondió atrás de una maseta con una planta gigante y voluminosa que no permitía que lo vieran cuando se dió cuenta que dos tipos tenían a Gimena, uno le tapaba la boca cargándola y otro amenazándola con un cuchillo, al instante se puso muy pálido, se colocó la capucha, era hora de aplicar todos sus conocimientos de Karate, por las puras no había estudiado desde los 7 años esa disciplina.
-¡Hey! Eso no se le hace a una dama

Los dos tipos voltearon y se rieron al ver a un chico sólo y aparentemente inofensivo hablandoles, a Franchesco no se le notaba el rostro por lo que Gimena no lo reconoció.

-Hagamos esto por las buenas, dejen a la señorita libre y no les pasará nada, hay que evitarnos problemas.
-Ambos soltaron una risotada
Era increíble que nadie pasara por ahí, ni el bendito serenazgo. El del cuchillo se le acercó riéndose y dijo: -¡eres un idiota! ¿Por esta p*** vas a sacrificar tu vida? Imbécil
Franchesco tenía miedo, era un cuchillo y podí matarlo aunque tambien le desconcertaba que el tipo se refiera a Gimena como si la conociera.

El tipo dió el primer golpe y se rió tanto junto a su cómplice que se descuidó y Franchesco le devolvió el golpe y botó el cuchillo de una patada, el tipo se asustó, sin su cuchillito no era nada, Franchesco siguió dándole golpes tanto que lo dejó tirado, su cómplice se amargó tanto que dejó a Gimena a un lado, con el corazón en la boca miraba aterrada la escena, esto de ponía más difícil, el otro tipo era más corpulento y tenía conocimientos de lucha ya que era uno de los mejores en box de su barrio, Gimena lo sabía, conocía muy bien a ese chico y su barrio, sabía cómo era él y le aterraba lo que le podía hacer a su defensor.

Franchesco se puso en posición cuando con toda su furia se acercó el tipo corpulento y le metió un puñete tan fuerte que lo tumbó en una, Gimena lloraba y al mismo tiempo gritaba: - ¡Ayuda! Por favor !Ayúdenme!, ¡lo van a matar!
Le dió duro, cuando parecía que todo estaba acabado Franchesco sacó fuerzas, ¿de dónde? No lo sé y él tampoco, pero fue ella, sus ojos llorosos y sus gritos desesperados de ayuda que lo motivaron, se levantó del suelo y el tipo le dijo
- A ver que tienes, ¡señor imbécil!
Con toda su furia contenida le dió un puñete tan fuerte que lo dejó en el piso y le tiró patadas en el estómago hasta que llegó el serenazgo enterados de la situación por unos vecinos anónimos que llamaron.

El serenazgo tomó a ambos tipos y los subieron al auto enmarrocados.
-¿Srta. está bien? - Preguntó el sereno
-Creo que si - dijo Gimena
-Mi compañera la llevará a su casa, tranquilizese, en estos días estaremos en comunicación con usted
Gimena no tomó atención a ninguna palabra, estaba en shock, cuando voltió para agradecer a su defensor él ya no estaba
-¿A dónde se fue?, gritó, ¿dónde está?- dijo Gimena
-Srta. cálmese por favor, vamos a su casa
-¿No lo entiende? Él salvó mi vida, debo agradecerle
-Nadie está aquí, no sé que habrá pasado pero por lo que veo la persona que la ayudó ya se fue, necesita descansar, entre al auto.

Gimena se dirigió al auto, totalmente perdida, como en otro mundo, todo lo que le había pasado era de no creerse.



Gimena no sabía quién era su héroe, ¿quién habría sido tan valiente para salvarla y luego huir? Muchos misterios...
Acompañenme en el siguiente capítulo.
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Si tuviera un Infinito contigoWhere stories live. Discover now