Y es que estaba en un desierto. El galpón parecía abandonado en medio de la arena y de unas plantas secas, como cactus o demás. Estaba congelándose con su ropa. Solo tenía un short color crema roto, una remera roja pegada al cuerpo y unas zapatillas negras.

Y todo estaba cubierto de sangre seca.

La niña investigó para ver que parte tenía lastimado y le sangraba tanto, pero estaba ilesa. Lo único que sentía era dolor por debajo de la piel, en los músculos y la cabeza. En especial la cabeza, el cuello y las piernas.

Caminó por horas esperando llegar a lo que sea, una carretera, un pueblo, una ciudad, una persona, alguien. Pero estaba a poco de amanecer y no encontraba a nada ni a nadie. Aún así ella no se dio por vencida.

Estaban filtrándose los primeros rayos del sol y la temperatura empezó a aumentar considerablemente cuando divisó su salvación a lo lejos. Una carretera.

Se arrastró como pudo hasta ella y allí se quedó, esperando a que alguien se apiade.

Estaba medio adormilada y sudando de calor, había esperado un tiempo, no tan largo como antes, pero lo suficiente para que el calor del desierto aumentara y hiciera sudar a la chica.

Tenía los labios secos de la sed.

Estaba a punto de dejarse ir cuando divisó a la lejanía algo que se acercaba en la carretera por en lado derecho. El contorno del aire caliente le hizo desdibujarse un poco pero era obvio que era un camión. Se levantó como pudo y hizo señas de que estaba allí, hasta que calló. Solo esperaba que la viera en medio de la carretera tirada y no la aplaste por error.

Cerró los ojos deseando que la persona que llegó a distinguir bajarse le ayude.



Se despertó y lo primero que pudo divisar fue el foco de luz de la lámpara a su lado, un foco de luz que no alumbraba mucho la verdad. Se levanto del lugar duro donde estaba recostada, pensando que era un piso, pero era un colchón viejo y mugriento.

Dio una mirada a su entorno. El lugar era oscuro pero ciertamente más iluminado de la pesadilla que escapó hace unas horas. Había una ventana en ese pequeño cuarto, revelando que era casi de noche y estaba a punto de salir la luna. Lo cual significaba que se quedó dormida, o mejor dicho desmayada, todo el día, o más de un día, dependiendo de cuanto tiempo pasó luego de que fuera ''rescatada''.

Se acercó a investigar una especie de cocina, cuando se acercó vio un vaso lleno de agua sucia. No era importante el contenido, si no que este se estaba moviendo. Se acercó a la ventana, subiendo encima de un estante de ''la cocina'' y vio que efectivamente se estaban moviendo por una carretera, estaba en un camión.

La niña se bajó de este y siguió buscando entre las cosas. Todo estaba sucio, desordenado y asqueroso, olía feo. Olía a sudor, polvo, mugre y demás. El colchón incluso era un simple colchón fino y con agujeros tirado en el piso. En la sección de la cocina había platos y utensilios sucios desprendiendo olor.

Había solo dos lámparas que iluminaban un poco. No siquiera había baño en el lugar, era solo del lado derecho la cocina, del otro lado un colchón. Y una pequeña pila de ropa sucia a los pies de este último. Toda la ropa era de hombre.

Aún así, la niña se dio cuenta que estaba más arreglada que antes. Tenía su misma ropa sí, pero la sangre seca que tenía antes por debajo de las uñas, la suciedad en el rostro, las piernas sucias y con sangre pegada... todo se había ido. El pelo estaba no tan sucio como antes, pero igual sucio, y estaba seco.

La niña no sabía nada de ella, ni siquiera como era su aspecto, por eso se sorprendió al ver, con la poca luz que tenía, un pelo rubio rojizo y hermoso. Aunque siga un poco sucio, se notaba que era liso pero con un poco de curvas en las puntas.

She Is Something - Stiles Stilinski {1° Temporada - TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora