Capítulo 38 - La gota que colmó el vaso

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-Te quiero pequeña.

-Yo también, vete ya a duchar.- Digo prolongando las vocales. Sé que a Cole ahora mismo no le importaría coger el teléfono y llamar a su jefe con la escusa de estar enfermo para quedarse conmigo.

Cierra la puerta del baño y suspiro. Me llevo las manos a la cabeza, asimilando todo, absolutamente todo. Me siento sobre la cama y me intento arreglar un poco el pelo, debido al estropicio que era. Cojo mi teléfono y tengo cuatro mensajes de David y seis llamadas perdidas. Mierda.

*Jane, ya estoy en la habitación, ¿Dónde estás tú?*

*Jane son las once y treinta y cinco de la noche, contesta a mis llamadas Jane.*

*Jane donde coño estás, ya me estoy preocupando bastante. ¿Necesitas algo?*

*Jane mañana quiero hablar contigo, son las dos menos cuarto de la mañana*

Obviamente no le voy a contar lo que hice ayer por la noche y el motivo por el que no llegué a la suite del hotel. Me pongo la misma ropa de ayer y le dejo una nota a Cole.

Cole lo siento, tengo que volver a mi habitación. David está preocupado. Mucho. Nos vemos esta noche en la piscina a la misma hora. Te dejo mi teléfono.

Te quiero. Jane

Dejo la nota sobre la mesilla y me voy corriendo mientras me peino por el camino. Llego a la puerta y me aliso la ropa. Encuentro la tarjeta de la habitación y bajo la cabeza antes de poner el pie en mi habitación. Encuentro a un David despeinado, y solo con uno pantalones. Tenía unas ojeras bastante pronunciadas. Me mira con furia pero también con alivio, no sé si sea posible pero es lo que él demuestra. Se acerca con pasos rápidos hacia mí y cierra la puerta. Me coge la mano y me mira de arriba abajo inspeccionando si estoy bien.

-Jane me has asustado ¿Dónde estabas?

-Yo estaba...

-¿Y tu teléfono?

-Calma, ya estoy aquí, me encontré a una vieja amiga y se nos fue el tiempo hablando. Mi teléfono se quedó sin batería. Estoy bien de verdad.

-Vale, pero avísame la próxima vez. No veas cómo estaba de preocupado.

-¿Por qué te preocupas tanto por mi?

-Porque sí, me veo en la necesidad de cuidarte.

-No tienes porqué.

-Lo sé.

Suspira y me lleva hasta la mano. Se sienta en la cama y me mira, creo que intentando averiguar mis pensamientos o emociones.

-Jane, yo se que dije que iba a dejarte en paz sobre lo nuestro, pero no puedo. Te has metido en mi cabeza de una forma en la que nunca nadie lo ha hecho y no puedo sacarte de ella.

-Si no estoy contigo es por Diana, ella no se merece esto por un maldito contrato de tu padre. Lo que me molesta es que, por todo el amor que dices sentir por mí, no le plantes cara a tu padre. Dime, ¿Qué vas a hacer cuando tu padre firme el dichoso contrato? ¿Decirle la verdad a Diana? ¿Seguir con ella? ¿O venir a mis brazos diciendo que todo se acabo y que podemos tener algo? Tu padre está organizando tu vida y nada te garantiza que, aunque seas mayor de edad, te vuelva a usar para otro contrato, y que a lo mejor es con una señora de cincuenta años o un chico. No estoy molesta contigo por estar con Diana. Si no por estar jugando con ella por una decisión de tu padre.

-Jane te pido que esperes, lo voy a arreglar. Confía en mí.

-No es por confianza, no siempre voy a estar sola por ti, por esperarte, y ahora mismo estoy con alguien al que quiero con locura y tú con Diana, lo que hagas o no en tu vida no es cosa mía. Por lo que la en la mía tampoco quieras meterte.

-Espera, ¿Estás con alguien?

-Sí

-¿Quién es?- Sin responderle me levanté de la cama y me fui a la puerta para salir cuando oigo:

-No hace falta que uses a un chico para olvidarme ni darme celos.

Esa fue la gota que colmó el vaso. Me giré bruscamente y me acerque hasta quedarme enfrente suya y sin esperarlo, le di una bofetada de esas que te pica mucho la mano cuando terminas de darla. David ni se inmutó, solo se me quedó mirando y la mejilla que recibió el impacto empezó a enrojecerse.

-Ni se te ocurra volver a repetirlo, uno yo no tengo por qué darte celos y menos buscarme a un chico para olvidarte, y dos no sé qué quieres que olvide si nunca tuvimos nada. Agradece que solo ha sido una bofetada, más vale que encuentres alguna forma de pedirme perdón o si no, por más que te ame, nunca dejaré que tengamos algo.

Con una cara de pocos amigos me fui de la habitación y cerré la puerta con un sonoro portazo. No sé muy bien por qué pero las lágrimas salían de mis ojos sin descanso y yo no sabía dónde ir. Cerca de la piscina encontré un lugar apartado y solo, justo el que en ese momento buscaba.

Me quedé ahí por no sé cuánto tiempo hasta que sentí el sonido de unas hojas secas rompiéndose, sabía que había alguien, no sabía quién era simplemente cerré los puños por si en algún momento tenía que utilizarlos. No me tranquilicé hasta que no sentí esos brazos arropando mi cuerpo por detrás y esos besos que él me daba en la oreja.

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UFF tanto tiempo sin subir, concretamente 14 días, pero como podréis comprobar los capítulos son más largos a diferencia de los otros, por eso me toman tanto tiempo.

 Este capítulo me costó escribirlo y no fue por no tener ideas, si no porque la primera parte de este capítulo. Quería plasmar esa idea de forma en la que no suene como una escena de cincuenta sombras de Grey, por eso me tomó un tiempo.

Gracias por leer

Besos:Pili


Corazones destinadosWhere stories live. Discover now