O

718 106 9
                                    

Su niñera le esperaba con su bolso de ensayo y su abrigo, Jongin tomó la mano que le ofrecía su niñera, aprendo el agarre. Caminaron juntos por la acera, Jongin le contaba sobre giros y saltos, sobre cómo era capaz de hacer varios giros a la vez, su emoción era palpable cada que le debía ir a clases. Su niño tenía un brillo opaco, pero brillo al fin.

La escuela donde JongIn tomaba clases de danza no sólo era de las mejores, sino también se especializaba en arte en general. La institución era de gran tamaño, se dividía en secciones, la sección de danza está entre el edificio de teatro y canto. Jongin se emocionaba para subir de nivel en danza, siempre mostrando esfuerzo y dedicación. Amaba el ballet, pensaba que así podría ser como el patito feo que se convirtió en cisne, para así poder volar lejos del dolor que manchaban sus alas de negro. No sólo llevaba clases de ballet, no, Jazz, Tap, entre otro tipo de géneros. Según su niñera, era mejor empezar todo desde pequeño para que sea grande a futuro.

De camino a la institución, Jongin pudo identificar la pequeña figura, aún más pequeña que la suya propia, correr hacia la puerta del establecimiento. Su figura se perdió en la entrada y la curiosidad volvió a brotar como las pequeñas flores de primavera. La mujer dejó a Jongin a cargo de su maestra al retirarse.

Las horas pasaron, y la clase ya había terminado. Los brazos de la niñera le esperaban para recibirle con un cálido abrazo. Jongin corrió y abrazó a la mujer, mientras ésta frotaba su cabello con delicadeza. La pequeña figura vista con anterioridad, se quedó observando la escena que expresaba calidez, la figura extraña acomodó su gorro y bufanda para seguir su solitario camino hacia el automóvil de su padre. Jongin sintió un exquisito aroma al ver pasar al pequeño extraño, pero sólo logró ver la gran mochila que cargaba en la espalda. Hizo caso omiso y caminó hacia casa junto a su mamá.

Ya en casa, Jongin cenó junto a su madre, sólo se escuchaba el sonido de los cubiertos al rozar la loza y la respiración de cada uno. A Jongin se le dificultaba el uso del cuchillo, al querer cortar un pedazo de carne. Harto del esfuerzo decidió coger la carne con la mano y llevarla a su boca sin percatarse de la atenta mirada de su madre. Ésta al ver el comportamiento de quien era fruto de un contrato, optó por lanzar la servilleta en la mesa y dar un fuerte golpe con su palma. Jongin al darse cuenta de que cometió un error, trató de disculparse, abriendo la boca con la carne aún dentro. Su madre sólo se limitó a decir "¡¿Debo llamar a un entrenador de perros para que sepas cómo comportarte?! hace falta que te entrenen adecuadamente" Jongin sólo bajó la cabeza susurrando "Lo siento, mami" logrando que su madre le lanzara una mirada aún más cargada, ésta se levantó de la mesa, dando por finalizada la cena. La niñera se acercó al pequeño, tocando su cabello como si tocara la seda más fina. Jongin lloro de camino a la ducha, su niñera le arropó y prometió que el siguiente día sería mejor.

Hay tantas almas que claman ayuda como la suya.

En la mañana, la rutina de siempre fue repetida.bañarse, lavarse los dientes, desayunar, e ir camino a clase junto a su niñera. Jongin se mostraba contento pero la mujer sabía que no era así. Jongin comentaba lo que había hecho en la clase de danza y un "La maestra dijo que soy el mejor de la clase, mamá" se escapó de su boca. La mujer guardó silencio, el ambiente se tornó silencioso y la despedida fue incómoda para el pequeño.

Jongin se dirigió a su solitario asiento, suspiró y hundió su rostro entre sus cruzados brazos. El maestro de turno indicó el inicio de clases no sin antes anunciar la llegada de un nuevo compañero. Jongin levantó la cabeza por mera curiosidad, dirigiendo su vista hacia la puerta que en esos momentos estaba siendo lentamente abierta. Un pequeño ser entraba por ella, a paso lento, el profesor le dijo que no tuviera miedo y se presentase ante la clase. Jongin continuó mirando al niño porque le resultaba extrañamente familiar.

GoodbyeWhere stories live. Discover now