Capítulo 27

4.5K 250 40
                                    

Podías llamarla de cualquier manera, pero "cobarde" no era una opción.

El ritmo de los latidos de su corazón le recordó a la última vez que había robado en Tentation. Desde ese día no había dejado de correr, escondiéndose de ciudad en ciudad y tratando de llevar una vida normal por el nacimiento de Madison.

Por suerte, pertenecer a Tentation tenía sus benditas ventajas. Después de pasar una gran temporada en los centros de concentración, había adquirido muchísima valentía. Sabía controlar cada sentimiento, pero sobre todo el miedo. Manejaba con exactitud la manera de relajarse ante una situación desventajosa. Varias veces había escuchado la sirena de la policía detrás suyo, para entonces ya no perdía la concentración y conseguía seguir centrada hasta escapar y terminar la misión con éxito.

Pero entonces, llegó el momento en el que tuvo que memorizar cada táctica y llevársela consigo para huir lejos. No podía seguir robando con un embarazo de cuatro meses. Sus estados físicos y emocionales cambiaron totalmente. No se sentía en la capacidad de seguir descifrando códigos y huyendo de la policía. Y Tentation no podía cambiar esto. Era algo que en realidad nadie podía manejar. Temía por su hija, y era un miedo grande y fuerte que se extendía por cada parte de su ser, cada día más. Tenía que irse antes de que los demás notaran que estaba embarazada. No quería que nadie lo supiera y se burlaran de ella como ya lo venían haciendo por el simple hecho de ser mujer. O peor aún, que esos jodidos hijos de puta le hicieran daño por algún motivo estúpido. Entonces no se trataría solo de ella, que varias veces le habían jugado bromas pesadas, se trataría de Madison que crecía día a día dentro de ella.

A pesar de que Harry siempre le había ofrecido una protección absoluta, no podía seguir atándolo... este era su lío y debía manejarlo ella misma y a su manera.
Terca y decidida, había huido a Washington, donde Madi había nacido. Gracias al cielo la mujer que le había ofrecido trabajo ahí, le había podido ayudar en los primeros meses después de dar a luz. Pues sin conocimiento de nada y sin ayuda de absolutamente nadie, la historia hubiera sido radicalmente distinta.

Entonces todo había tomado color. Era bastante satisfactorio ver a Madison recién nacida. Era más que una simple niña. Era la muestra de toda su valentía, hazañas y todo lo que había tenido que hacer para poder tenerla. Y sí... después de mover y recorrer cielo y tierra, por fin podía tenerla entre sus brazos. Era suficiente. Era más que suficiente.

Harry la visitaba de vez en cuando. Y sus visitas se hacían cada vez más continuas. Al principio había temido acercarse a esa niña. Era la primera vez que veía un bebe o un simple humano que no le provocara golpear o follar. Era un sentimiento puro. Algo que jamás en todos sus años había experimentado. Una pequeña niña que ni siquiera podía hablar le producía sonrisas inexplicables. Era estúpido algunas veces. Estúpido para él, que no podía entender cómo es que de todas las personas del mundo, una sola y con simplemente meses de nacida podía ablandarle el corazón.

Se encariñó con ella, si podía decirse. Aunque seguía conservando esa pinta de malo y fumaba algunas veces en la misma habitación que ella. ¿Pero qué podía hacerse? Era la naturaleza de Harry y al parecer la de todos los chicos malos. Es más, le costó un poco admitir que de verdad le importaba esa niña, pero al hacerlo, empezó a frecuentar más a _________________.

Al mismo tiempo sus sentimientos hacia ella se hicieron cada vez más fuertes. __________________ Peterson era sexy, inteligente, valiente y preciosa. La combinación perfecta encerrada en un cuerpo. No podía dejarla ir, e irse a las misiones de Tentation cada vez se le hacía más difícil. Se estaba volviendo dependiente de dos mujeres. ¿Pero cómo coño se le llamaba a eso? En algún momento pensó estar volviéndose loco. No podía estar así por una mujer y una... que ni siquiera lo era todavía.

Tentation 3 | Zayn MalikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora