Desde mi otro lado del cielo <<SEGUNDA PARTE>>

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-No pareciera que en serio el tiempo no te importa. –Dijo el señor mirando mi reloj.-

-Es que hoy es un día que he estado esperando por mucho tiempo, es un día especial. –Sonreí impaciente.-

-¿Tienes una cita? –bromeo y reí con él.-

-La verdad es que sí.

-Debe de ser hermosa como para tener así. –bromeo nuevamente pero esta vez interrumpí.-

-Es hermoso, la mejor persona que he conocido en la vida.

-Mmm,¿ y por qué esperarte hasta hoy para esto?

-Cometimos muchos errores. –Medité un momento.- Sobre todo yo, era un idiota, comenzando por el hecho que solía ser un hijo de puta.

-No creo que sea una historia tan trágica y demasiada dramática, eres demasiado joven.

-Ese es el error de los adultos. Creen que los jóvenes no podemos tener problemas. Somos estúpidos, nada nos hace realmente feliz. No es que creamos que después de un problema se acaba el mundo. No somos tan vacíos de mente como para creer eso. Es sólo que no queremos acabar con ellos porque la no tiene sentido a mi edad, ¿para qué acabar con un problema si la vida está hecha de ellos?

-Quizás con los años nos olvidamos como se sentía ser joven.

-Quizás. –Dije en seco-

-Cuéntame tu historia.

-No creo que sea necesario.

-No lo es...

Me sonreí a mi mismo, me mentía, recordar esos tiempos no era algo que me provocara una sonrisa . Me atormentaba, me hacía recordar lo mierda que podía llegar a ser a veces y lo mierda que puede ser la vida para algunas personas.

Hice una mueca, llevando mi mirada hacia el pasto.

-Lo llamas mala suerte.- preguntó el hombre con cierta afirmación en sus palabras.-

-La mala suerte no existe, me lo enseñó Luke.- le dije mientras dejaba escapar una pequeña sonrisa.- Él siempre decía que las cosas pasaban por algo, que así el destino lo quería. Que si las cosas pasaban era por algo y si no pasaban también eran por algo.

Los meditamos en silencio. Yo por mi parte trataba de recordar a Luke aunque había olvidado su voz, su olor, pero no sus gestos ni mucho menos su mirada.

-Entonces esperas a Luke,¿no? – preguntó.

-Sí.- respondí

Un nuevo silencio incómodo se apoderó del lugar. Dudé nuevamente en si contarle mi historia... nuestras historia.

-Yo no estoy seguro a qué edad fue que mi hermana dejó la casa. –comencé y el hombre sonrió al darse cuenta que entonces hablaría.

-Ella llegaba a casa y solía odiarlo todo. Cada rincón del hogar, cada segundo de su vida y yo no entendía el por qué. Yo sólo la quería un montón y hallaba protección en ella pero la última noche que la vi ella fue a mi cuarto. –tomé una pausa para tomar aire.- Recuerdo que lloraba un montón y no paraba de abrazarme. Yo no lo dije nada, no entendía mucho tampoco pero sólo la abracé fuerte y esa noche durmió junto a mí y no sé cómo lo habrá hecho pero al día siguiente ella ya no estaba por ningún lado.

A papá le importó más culpar a mi madre que buscarla. A mamá le importó llorar más que buscarla.

Probablemente yo tenía unos 12 años. Recuerdo que la tarde del día siguiente que mi hermana había desaparecido fui donde mi vecino de enfrente; Luke.

Al otro lado del cielo; cake hoodingsWhere stories live. Discover now