Capítulo 24

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Max's PVO

Me volvieron a meter a aquella pequeña habitación, me quedé observando por la pequeña ventana, tal vez si alguien pasaba por ahí, podría gritar y pedir ayuda.

Escuche que la puerta se abrió, pero no me importo.

–Sabes debería de darte tu castigo por portarte mal.

–Muérete.

Seguía viendo por la ventana.

–Eres hermosa cuando te enojas. Porque no bajas y me das un beso, tal vez así te perdone y te traiga comida, no has comido desde la mañana.

–No tengo hambre y si tengo que besarte para conseguir comida, prefiero morir de hambre.

Él se comenzaba a desesperar, lo podía notar.

–Escucha. –Dijo elevando la voz.

–No, tú escucha. – Me baje de la mesa y quedé en frente de él. – No sé para qué me tienes aquí, pero de algo estoy segura, jamás te querría de nuevo, por favor déjame ir, este no eres tú.

–Tú me convertiste en esto.

–Yo te dije la verdad, además tú me engañaste con Aurora, tú fuiste él que la cagaste, no vengas ahora a echarme la culpa.

–Fue un error que lo pague caro.

–Exacto, yo no perdono ese tipo de cosas, si lo hiciste una vez lo harás otra vez.

Él se quedó callado, me senté en la cama y me tape con el cobertor, había bajado la temperatura.

– ¿Estas seguras de que jamás me querrás?

–Segura. – Dije con firmeza.

–Muy bien, si no eres mía, no serás de nadie.

Él salió de mi habitación, me lancé hacía la puerta pero era inútil, ahora si tenía mucho miedo, sé que haría algo, me podría matar o me podría mantener oculta hasta que pasen los años...

De tan solo pensar en ello hizo que la piel se me erizara.

Me subí a la mesita de nuevo y vi por la ventana.


Abby's PVO.

–Muy bien, ¿Todos saben el plan?

–Sí. – Dijeron todos.

Me baje de la camioneta y camine hasta donde estaba el hotel, pude ver la entrada, entre por ella y comencé a gritar.

– ¡MAX!

Subí las escaleras y no había nadie.

– ¡ABBY!

Subí las escaleras lo más rápido que pude, me paré en una puerta.

– ¿Max, estas aquí?

–Sí, sácame de aquí.

Trate de abrir la puerta, pero alguien me tapo la boca, abrió la puerta y me metió a la habitación donde estaba Max.

Cuando me soltó perdí el equilibrio, caí junto a Max.

–Muy bien, hola Abby, bienvenida al hotel, ahora las dos se quedarán aquí para siempre. Disfruten su estancia.

Él se fue dejándonos solas.

–Max.

–Abby, ahora estamos atrapadas.

–No, esta es la fase uno.

El desastre de mi vida.Där berättelser lever. Upptäck nu