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¿Hay algo peor que un alma vacía? ¿Un corazón lastimado? ¿Una sonrisa rota? Ser el cascarón llamado cuerpo que está más hueco que un alcornoque, ser la persona más vacía que su corta existencia puede llegar a comprender. Si, él.

¿Es un niño capaz de odiar con todo su ser? ¿Es el odio de un niño es más fuerte que cualquier odio? ¿Existe alguien que pueda llenar su vacía existencia?

"Vivimos en un mundo de sombras, vivimos el sueño de un sueño atrapados en una pesadilla común. Una pesadilla compartida por todo ser que respire o se mueva. "

Dos personas, dos corazones, dos peces, dos almas, dos cuerpos.

*****

"¿Si cierro los ojos y dejo de respirar me dejara de doler el corazón?" se pregunta un pequeño niño, en un patio vacío, con el césped pulcramente podado acompañado de las grises nubes y su fiel amiga "La soledad"

"Mi niño se va a resfriar ¿Qué hace usted ahí?" exclama una voz dulce y cálida, desde la puerta corrediza. "¿Quiere chocolate caliente?"

"Mamá, tengo frío." contempla a la pequeña mujer de sonrisa de ángel.

"Mi niño no me llame de esa manera."

"Pero tú eres mi mamá"

"No, no lo soy."

La pequeña figura se mueve, camina unos cuantos pasos hasta llegar donde está el pequeño, se detiene a mirarle con fascinación impregnada en los ojos. Ese pequeño es tan triste. Sus ojos le miraban con súplica, unos ojos tristes que fingían alegría al mundo exterior a su casa. Lentamente la mujer se recuesta a su lado y envuelve sus brazos alrededor del cuerpo del pequeño. Está tan frío.

"Mi pequeño ya no tendrá frío ahora" susurra.

"¿y por qué siento frío aquí?" el pequeño niño lleva su mano y la estruja contra su pecho, señalando el lugar donde se encuentra su corazón.

"No lo sé pequeño, no lo sé." Sus brazos no son lo demasiado cálidos para transmitir tan siquiera una pizca de calor hacia el pequeño corazón de un joven abatido.

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En la gran casa de los Kim no sé permitían los gritos ni mucho menos los disfuerzos, si una mosca pasaba se podría escuchar su zumbido. La casa de los Kim era como un santuario de oración. No sería de extrañar que se escucharan los pensamientos de cada persona en la casa.

-Mami...

-...

-Mami, ¿Me escuchas?

-...

-¡Mami!

-¡Deja de hacer ruido, no ves que estoy leyendo!

-Pero mami yo sólo quería dec-

-No me interesa, anda a jugar por ahí, y nada de mami ya estás grande para esas cosas.

-Perdón...

Como animal sin refugio corrió a esconderse en cualquier lugar que le proporcionará oscuridad, para poder ser tragado por ella. Corrió hasta el sótano, las telarañas se le pegaron al cuerpo y el polvo colmó su nariz. Tropezó con alguna silla vieja que se interponía entre él y el demacrado ropero. Su rodilla se lastimó y su pantalón sufrió en gran parte de las consecuencias. Empujó a la silla hacia un lado haciendo que esa chocara contra una pila de libros viejos, llenos de polvo y quién sabe qué más. Un libro, no tan pesado cayó en su cabeza, provocando que las ganas de llorar incrementaron. Esquivo los siguientes libros que caían como meteoritos a la tierra. Corrió como pudo y abrió la puerta del gran ropero, al entrar se sentó y abrazó sus piernas, permitiéndose sollozar. Sus lágrimas caían en su pantalón y en la pequeña herida en su rodilla. Su pantalón mostraba gotitas húmedas, gotitas grandes y pequeñas, gotitas sabor a tristeza.

GoodbyeWhere stories live. Discover now