Capítulo 6

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Después de aquella cena, al subir a mi habitación, me sobresalté al ver una lechuza parda posada encima del alféizar de la ventana

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Después de aquella cena, al subir a mi habitación, me sobresalté al ver una lechuza parda posada encima del alféizar de la ventana. En su pata llevaba amarrada una hoja de pergamino. Era la respuesta a mi carta dirigida a Remus y Sirius, pero lo que más me sorprendió era lo corta y sencilla que había sido la contestación. En mi opinión, un gasto de pergamino y tinta innecesario.

La corta sólo ponía tres sencillas palabras:

"Mantente alerta siempre."

[...]

Jueves por la mañana. Otro día en el mundo mágico. Otro día de mí atolondrada vida. Me dirigía a clases de Defensa Contra las Artes Oscuras con el profesor Moody. Caminaba por los pasillos del castillo junto a Scorpius, Theodore y Blaise. Ellos estaban sumidos en un cómodo silencio, pensativos.

Blaise y Scorpius no tenían la mejor de las relaciones de amistad. A Scorpius le parecía totalmente desagradable y a Blaise, mi mejor amigo le parecía letal y peligroso.

Entramos al aula de clases donde Theo y Blaise tomaron asiento juntos, dejándome de lado, como los buenos amigos que eran. No había sabido nada de Draco desde el día anterior... excelente, ¿con quién me iba a sentar?

Terminé sentándome sola junto a Scorpius, en una de las mesas de enfrente.

El profesor Moody entró en la habitación, logrando que todos dirigiésemos nuestras miradas hacia él. Detrás de él se encontraban Draco y Severus.

Arqueé las cejas, mirando con curiosidad al chico de cabello rubio que, al ver que le miraba, bajó la vista con un ligero rubor cubriendo sus pálidas mejillas.

¿Qué estaba sucediendo?

—Buenos días, alumnos —Severus arrastraba las palabras con sus ojos fijos sobre mí. Su cabello grasoso brillaba por la luz que se colaba por las ventanas del salón—. Señor Malfoy, tome asiento —le ordenó a Draco, quien no dudó ni un segundo en colocarse en el puesto libre, a mi lado—. Hoy, el profesor Moody se encargará de enseñarles las maldiciones imperdonables. Pero, junto al profesor Dumbledore, hemos decidido que esta clase será impartida especialmente para la señorita Slytherin. Ya no tendrán compartir clases con la casa de Ravenclaw. Serán individuales, sólo por éste año, así que será mejor que no se acostumbren. Me encantaría quedarme pero debo irme —soltó rápidamente, caminando hacia la salida del salón—. Agradézcanle al señor Malfoy.

Moody se aclaró la garganta, llamando nuestra atención.

—Maldiciones imperdonables. Varían mucho en forma y en gravedad. Según el Ministerio de Magia, yo debería enseñarles las contra-maldiciones y dejarlo en eso. No tendrían que aprender cómo son las maldiciones prohibidas hasta que estén en sexto año. Se supone que hasta entonces no serán lo bastante mayores para tratar el tema. Pero el profesor Dumbledore tiene mejor opinión de ustedes y piensa que podrán resistirlo, y yo creo que cuanto antes sepan a qué se enfrentan, mejor. ¿Cómo pueden defenderse de algo que no han visto nunca? Un mago que esté a punto de echarles una maldición prohibida no va a avisarles antes. Es por eso que les enseñaré... aunque lo más indispensable es estar siempre en ¡ALERTA PERMANENTE! —Me encogí en mi lugar. Maldición, ¿por qué diablos debe alzar la voz? —. Señor Crabbe creo que necesita conseguir un mejor lugar para colocar su goma de mascar.

¿Descendiente de Salazar Slytherin? ➀ ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora