Capítulo 3

16K 897 497
                                    


Me encontraba caminando con los chicos de Slytherin

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me encontraba caminando con los chicos de Slytherin. Íbamos por uno de los largos pasillos que constituían el colegio, según Draco Malfoy, la casa de Slytherin se hallaba ubicada en las mazmorras de Hogwarts.

—El lugar es cómodo, un tanto húmedo pero acogedor —me aclaró Theo, sin parar de sonreírme.

Frenamos frente a un muro de piedra. Para entrar era necesario decir una contraseña, la cual permitía el acceso a la sala común de Slytherin.

—Sangre Pura —murmuró el rubio platinado. En el muro de piedra apareció una puerta, que se abrió dejándome ver la sala común.

La estancia se encontraba iluminada por lámparas de techo de color verde con sillones de cuero negro, sillas y mesas de madera tallada cubiertas de elaborados manteles. Tras las ventanas de la sala podía ver una especie de lago oscuro, que le daba una tonalidad verdosa a la habitación. Era un lugar bastante frío.

Menos mal que había guardado mis calcetines de lana.

La sala se encontraba llena de estudiantes que conversaban en voz baja. Parecía un lugar asombrosamente callado y tranquilo. Había un fuego crepitante en la chimenea, donde había sillones puestos en semi-círculo pero no había nadie sentado en ellos. Parecía ser un sitio reservado.

Debía haberme quedado mirando ese sitio por mucho tiempo porque Theo, que se encontraba a mi lado, me miró con diversión. Tomó un mechón de mi cabello castaño y comenzó a jugar con él, sin parar de sonreír con astucia.

—Ese el lugar de Malfoy. Nadie se atreve a sentarse ahí, únicamente está permitido su uso para los amigos del Príncipe de Slytherin —murmuró con voz delicadamente seria. Sentí una mirada clavada en mi nuca así que me giré para toparme con un par de ojos color plata. Esos ojos me miraban sin pudor, analizándome.

Volví a girarme, tratando de no sentirme incómoda. Sin mucho éxito.

— ¿El Príncipe de Slytherin? —Pregunté con un deje de burla en mi voz—. Estás de broma, ¿cierto?

Theo se rió muy bajito, sin dejar de jugar con el mechón de mi cabello.

—Así es conocido. Es considerado un orgullo para la casa entera —me respondió con elegancia aunque pude notar burla en su voz—. La familia Malfoy es una de las familias más poderosas, prestigiosas y adineradas de todo el mundo mágico. Todos los miembros de ésa familia fueron pertenecientes a la casa de Slytherin... —el discurso de Theo se vio interrumpido por un grito ansioso proveniente de una muchacha de cabello color castaño oscuro que se encontraba en uno de los peldaños de la escalera que suponía, conducía a los dormitorios.

Tenía unos ojos castaños, tan oscuros como su cabello, y poseía una nariz un poco torcida. Era bastante atractiva.

— ¡Draqui! —Bramó con voz chillona mientras salía corriendo en dirección a Draco. En el trayecto se encontró conmigo pero, sin darme un ápice de importancia, terminó empujándome, logrando que acabase en el suelo alfombrado. Respiré profundamente, cerrando los ojos con molestia—. ¡Te extrañé tanto, Draqui!

¿Descendiente de Salazar Slytherin? ➀ ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora