Danger [Jimin-BTS]

Capitulo 8. Te odio.

POV Natalia

Me había asustado demasiado ver el mensaje de Jimin pues Michelle se encontraba detrás de mí, pudo notar mi nerviosismo.

-¿Pasa algo?

-Am... no, es solo un mensaje de Hoseok.

-¿Qué te dijo ese idiota ahora?

-No lo llames así, quiere verme.

-¡No me dejes sola!

-Te veo en la escuela ¿sí?

-¿Cómo piensas ir hasta allá sin tu moto?

-Ah cierto, ¿podrías llevarme?

Michelle acepto a regañadientes pero logre que me llevara de vuelta por mi bebe, me despedí de ella y la vi marcharse, llame a Jimin de inmediato, tenía ganas de verlo, quería besarlo.

-Chica mala, ¿Por qué me llamas?

-¿Estas ocupado?

-No...

-¿Puedo verte?

-¿Quieres verme?

-Está bien, si no puedes...

-Sí, sí puedo.

-Voy a tu casa entonces.

-Aquí te espero.

Llegue a la casa de Jimin, una casa grande, típica de niño con dinero, baje y le mande un mensaje para que abriera su puerta, minutos después lo vi atravesar la entrada, traía unos jeans rotos por la rodilla pegados, se veía tan sexy junto con una playera blanca en corte V que dejaba ver su marcado pecho y unas botas, quería besarlo de inmediato pero me detuve pues alguien podría vernos, se acercó a mí y me tomo de la mano, simplemente sonreí y camine junto con él, su casa era acogedora, llena de lujos eso sí pero en ese momento lo único que me importaba era estar con él a solas, subimos la gran escalera de caracol y un pasillo con 5 puertas estaba en frente de nosotros, entramos a la tercera puerta del lado izquierdo, su habitación era de color azul claro, cerró la puerta tras de mí y se abalanzo contra mi cuerpo, besándome con una pasión esta vez diferente, llena de deseo, sus manos acariciaban mi pierna derecha en pequeños círculos, subía lentamente por mi cadera de la cual se aferraba, mis brazos rodeaban su cuello, atrayéndolo y así poder sentir toda su estructura bien formada que me encantaba, con su mano izquierda tomo uno de mis glúteos, acción por la cual me sobresalte y se alejó de mí.

-Discúlpame Nat-se veía avergonzado y con un leve sonrojo por sus mejillas.

-No... no te preocupes.

¿Por qué me sentía como una niña avergonzada cuando este tipo de cosas no me provocaban pena?, era él y su efecto que causa en mí, con otro chico no me hubiera sobresaltado, ya estaríamos en su cama teniendo sexo sin fin, me senté en su cama y el siguió mi acción, apoyo sus codos en las rodillas y masajeaba su cabeza mientras yo lo observaba.