⚠️ Advertencias ⚠️
Este fanfic contiene escenas explícitas (+23), incesto entre hermanastros, alcohol, lenguaje fuerte y temas sensibles que pueden incomodar a algunos lectores. Todo lo que se narra es ficción, los personajes no reflejan a las pers...
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❤️🔥– Desayuno familiar y deseós 🔥
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Todos entraron juntos al restaurante después de que Taehyung y Jungkook los alcanzarán. Jeon Minho y Kim Mirae caminaban delante, seguros y firmes, mientras los hermanastros los seguían con pasos un poco más lentos, ajustándose los uniformes y tratando de mantener la compostura. (Si aun usaban los uniformes aunque no iban a estudiar hoy)
El interior del lugar era elegante, con ventanales que dejaban pasar la luz de la mañana y reflejaban el brillo del mobiliario impecable. Mesas perfectamente dispuestas, camareros que se movían con pasos calculados y una sensación de formalidad que parecía pesar sobre sus hombros. Cada gesto de los padres de ambos estaba medido, evaluando sin decirlo, y Jungkook y Taehyung eran conscientes de ello.
Se sentaron en la mesa principal, frente a frente, con los padres a sus lados. El desayuno comenzó con charlas ligeras sobre negocios, eventos sociales y los planes de la próxima cena con los Lee, que serían anfitriones. Los hermanastros fingían calma, conversando con educación y respondiendo con palabras cortas, aunque bajo la mesa sus rodillas se rozaban discretamente, un pequeño recordatorio de que estaban unidos aunque todos los ojos parecieran sobre ellos.
Mirae, observando a Jungkook más detenidamente, frunció ligeramente el ceño y extendió una mano, tocando suavemente el cuello del menor.
—Hijo… ¿qué es esto? —preguntó con voz suave pero firme.
Jungkook tragó saliva, nervioso. El moretón que la noche anterior había dejado la marca de la pasión, aunque cubierto con maquillaje, ahora amenazaba con delatarlo.
—Eh… fue… un mosquito, madre —balbuceó, pasando la mano de forma torpe sobre el área roja.
Mirae arqueó una ceja, claramente escéptica. —Vaya mosquito más insistente… —comentó mientras deslizaba suavemente el dedo sobre el lugar, dejando que Jungkook se estremeciera bajo el toque.
—Sí… sí, un mosquito gigante —intervino Taehyung rápidamente, con sus ojos brillando bajo la luz, tratando de mantener la historia creíble—. Nadie más lo vio, casi me mata de miedo.