Chapter-4 [Voice]

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La noche era joven, el tiempo en donde la luz es la minoría en el cielo, mostrando únicamente los más débiles destellos de cuerpos rocosos y fusiones estelares lejanas. En conjunto de la luna, que brillaba más fuerte a comparación del resto de astros. En la jungla de concreto y rascacielos, lo único que se ve es una luna solitaria. Apartada por las radiantes luces de neón y de iluminación de carreteras y edificios que ocultaban la verdadera obra de arte natural. Creada por varios cientos de miles de años a causa de diversas reacciones y eventos estelares. Incapaces seremos de entender que lo más hermoso siempre está a la vista, pero oculta por otra fuente de luz.

Kira, esa gata era todo lo contrario a la luz, era extraña, su manera de ver todo, cada cosa le maravillaba y no lo comprendía. Era como una niña. Nos deteníamos en cada rincón de la urbe porque siempre existía algo que le llamara la atención, como alguien que descubría el mundo por primera vez. Era ver a una abeja siendo atraída por el polen de una flor, totalmente insufrible. Ver sus expresiones de asombro, llamándome para que vea lo que parecía ser marcos de fotos y algunos vestidos, era el recuerdo constante de encontrarme fuera de mi vida, de mi monotonía pasible e indiferente. Acompañarla no era por caridad, no, solo creía que si le hacía caso me dejaría en paz. Llegado a este punto, no tenía nada que perder después de todo. Miraba de reojo mi teléfono, en ese momento era mi salvación aquella pantalla inteligente. Lo único de malo, era lo lento que transcurría el tiempo. En este instante, mi paciencia sería puesta a prueba. ¿cuánto más deberé aguantar? Refunfuñaba, maldecía, suspiraba en queja cada vez que una tienda nueva pasaba por nuestro camino.

—Kira, ¿cuánto más durará este castigo? —Pregunté harto del sin fin que tenía esto.
—Está bien… —Me alivié, podría irme finalmente. —Pero no significa que estás libre de irte. —Me amargué.
—A ver… ¿Qué haremos ahora? —Pregunté, crucé uno de mis brazos, y el otro apoyándose de él para sostener mi cabeza frustrada.
—Bueno, hay un concierto hoy y ¿qué crees? Tengo dos entradas para ir — Mencionaba emocionada a la par que sacaba de su bolsillo dos papeles y abanicándose con ellos que, obviamente, eran las entradas.
—¿Qué? ¡No! Ya estoy… cansado. ¿Sabes? No sé por qué razón te sigo la corriente, puedo simplemente irme. —La observé por última vez harto. —Adiós. —Me despedí alejándome de ella.

Caminé unos metros en dirección contraria a Kira, acomodaba mis manos en el bolsillo contiguo del buzo, pensando en la claridad y el saber que tomé la decisión correcta.

—De acuerdo, amargado… ¿Y cómo piensas que harás para entrar a tu departamento? —Decía en un tono engreído.

Me detuve en seco, ¿Qué insinuaba con ello? Volví a dar mi vista en ella, viendo como sacaba de su otro bolsillo del pantalón unas llaves, sacudiéndolas en el aire generando el ruido del metal tintineante, a la par que ella extendía su lengua en una mueca burlesca.

—No creo.

Comencé a revisar mis bolsillos justo cuando Kira se dio a la fuga, no las encontraba, no mentía, ella tenía mis llaves. Pero ¿cómo? Crují mi cuello en tedio y molestia. Expulsé todo mi aire en queja. Rápidamente, inicié la persecución, ¿Cuánto más toleraré su personalidad infantil? Corríamos por las calles de la capital estadounidense, atravesaba y evadía a las personas que transitaban por las aceras. Me costaba alcanzarla, era muy ágil en las curvas. Yo apenas lograba frenar para girar en una dirección. Sin embargo, era más rápido que esa gata, por lo que compensaba la desventaja que llevaba. 

Trataba de ser lo más rápido que podía, nos saltábamos los semáforos provocando disturbios, casi no la contábamos. En este punto indagaba al no entender cómo pasé de estar en mi casa, a estar trabajando para el gobierno de los Estados Unidos y estar persiguiendo a una felina que me ha quitado las llaves de mi departamento. Esto parece más algo sacado de una película de ficción. Pero he llegado al punto en que todo da igual, no puedo decidir por mí mismo. Lo único que realmente quiero es descansar y terminar con esta vesania.

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