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(...)

Una chica rubia se encontraba observando el patio principal del instituto desde la parte más alta del lugar, la azotea. El viento alborotaba sus cortos cabellos, soltó un suspiro lastimero, se encontraba bastante decaída desde aquella mañana en la que su vida se arruinó por completo.

No tenía ni idea de quién fue el semejante hijo de puta que se atrevió a decir tantas mentiras en su nombre y peor, logrando fabricar pruebas audiovisuales que parecían tan reales que le daban escalofríos.

Sacó su celular, esperanzada de ver algún mensaje de Jungkook en él, más nada había llegado, al parecer aquel pelinegro nunca iba a perdonarla ni aunque muriera y volviera a revivir.

Estaba por marcar el número de Taehyung, aquel maricón del que ella y sus amigas disfrutaban tanto burlarse, solo para asegurarse de que vendría a consolarla y quizás, lograr sobornarlo para que le regalara alguno de sus pastelillos gratis, pero fue interrumpida por el sonido de unas pisadas silenciosas.

Alzó una ceja, mirando hacia todas direcciones, intentando encontrar a algo o alguien, más no había nada.

Negó con la cabeza y se puso de espaldas de nuevo, sacando el celular otra vez para marcar el número del peligris, ¿Quién se creía? La estaba citando a un lugar y el muy idiota no aparecía a tiempo.

—Maldito marica... —Susurró entre dientes con molestia al ver que no atendía el celular.

—¿A quién llamas marica?

Minjeong soltó un gritito de impresión y lanzó su celular al suelo, entonces vio a Kim Taehyung frente a ella, sonriéndole dulcemente pero con un brillo extraño en los ojos.

—Oh... T-Taehyung... —Rio nerviosa— No me percaté de que ya habías llegado y-

—Eres una maldita zorra Kim Minjeong —Cortó sus palabras, la rubia se quedó estupefacta— ¿Creíste que te ibas a salir con la tuya después de hablar tanta mierda sobre Jungkook?

—¿Q-qué...? ¿J-Jungkook...? —Balbuceó de forma incoherente, todavía en estado de shock.

—¿Te dan miedo las alturas? —El peligris le sonrió con malicia, una sonrisa tétrica y carente de emociones aunque cualquiera que lo viese pensaría en lo tierno que se miraba haciendo aquella expresión.

—¿Qué mierda?

Reaccionó por fin, estaba por replicar algo más pero ni siquiera tuvo tiempo de hacerlo cuando el mayor aprovechó su estado de distracción para empujarla por el pecho de forma agresiva y con fuerza, la gravedad la jaló y de un momento a otro estaba cayendo desde el piso de la azotea, la acción duró segundos, solo se pudo escuchar el grito que soltó y el sonido del impacto de un cuerpo en el suelo de concreto.

Taehyung observó sin expresión alguna a la chica que se encontraba muchos metros abajo, tendida en el suelo y con un charco de sangre a su alrededor.

—Ugh... —Hizo una mueca de desagrado minutos después— Que asco la sangre...

Entonces, escuchó como la puerta de la azotea se abría lentamente y entró en pánico, de forma rápida, sacó una hoja doblada del bolsillo de su sudadera y comenzó a gritar, desesperado, mientras hacia el mayor esfuerzo posible por llorar.

—¡Minjeong! —Gritó, fingiendo dolor. Se tiró de rodillas al suelo y sollozó fuerte— ¡No! ¡Minjeong!

—¿Qué sucede?

Se paralizó por un segundo al escuchar aquella voz, no podía ser cierto.

No, no no.

Su corazón comenzó a acelerarse de forma inhumana y las palmas de sus manos comenzaron a sudar, no sabía que hacer, se había quedado en un estado de trance y no quería levantar la vista del suelo porque sabía que lo vería e iba a entrar en pánico.

—Disculpa, ¿Te encuentras bien?

Oh mierda, demasiado tarde.

Jeon Jungkook se arrodilló a su lado, intentando ver su rostro, pudo oler su colonia masculina y observar de reojo sus brillantes ojos que tanto le gustaban, se iba a volver loco si pasaba un segundo más cerca de él, no sabía que hacer.

Entonces, cuando Jungkook hizo el amago de acercar su mano hacia él, Taehyung retrocedió abruptamente y cayó al suelo mientras se tocaba el corazón, su rostro estallando en rojo carmín. Si seguía de aquella manera, Jungkook iba a sospechar de él.

—M-minjeong —Dijo con voz quebrada y comenzó a sollozar fingidamente de nuevo, luego extendió el papel hacia el pelinegro, quién lo tomó y rozó sus manos en el acto.

Taehyung sentía que iba a morir.

Jungkook comenzó a leer el papel con suma atención, su rostro poniéndose pálido conforme iba avanzando en la lectura, finalmente levantó la vista y observó a Taehyung con los ojos abiertos de la impresión.

—E-ella... S-se lanzó d-de la azotea... —Habló entre hipidos— Quise d-detenerla...

Taehyung se soltó a llorar más fuerte, Jungkook sentía que se le iba el alma del cuerpo y se levantó del suelo, corriendo hacia el borde de la azotea para confirmar si lo que decía el peligris era cierto.

Hubiera preferido no haberlo comprobado, apartó la mirada de la escena cuando sintió arcadas, era verdad que sentía repulsión por el tipo de persona que resultó ser Minjeong pero fue impactante verla de aquella manera.

Los sollozos del peligris llamaron su atención de nuevo y se acercó a él, no sabía que tan cercano era ese chico a Minjeong pero al parecer se veía así de afectado ya que él había presenciado su suicidio. Entonces, en contra de su naturaleza introvertida y su repulsión por el contacto físico, se arrodilló a un lado del contrario y lo abrazó.

Taehyung se paralizó por completo, su corazón bombeaba tan rápido que temía que fuese a estallar, aún así intentó corresponder el abrazo con torpeza, sintiéndose volar en una nube al por fin poder ser capaz de tocar a el chico que tanto le gustaba estando él consciente.

Sintió una de las manos del pelinegro acariciar sus cabellos grises en una forma de ofrecerle consuelo y casi suelta un suspiro de satisfacción, pero se obligó a sí mismo a seguir fingiendo llorar desconsoladamente, aunque su rostro portara una sonrisa emocionada que Jungkook no podía ver al estarlo abrazando.






ámame › kooktae auWhere stories live. Discover now