La noche siguiente, Abraham no pensaba entrar.
O al menos, eso decía.
“Hoy no juego, estoy cansado”, había escrito en el grupo.
Pero la verdad era otra:
se sentía demasiado confundido.
Cada palabra de Betillo.
Cada risa de Hollman.
Cada vez que lo buscaban en el juego.
Cada tonito dulce que usaban cuando hablaban con él.
Todo eso le daba vueltas en la cabeza como si todavía estuviera en la llamada.
Y por más que intentara negarlo, se moría por escucharlos de nuevo.
Estaba mirando videos sin atención cuando Discord hizo “ding”.
Betillo:Abraham, voy a hacer directo un rato. ¿Vienes?
Segundos después:
Hollman: Bro, entra. Que Mich dijo que quiere jugar pero no sin ti.
Abraham dejó el celular sobre la cama y se tapó la cara con una almohada.
¿Por qué son así?
¿Por qué lo buscan tanto?
¿Es normal? ¿O… algo más?
Con el corazón a mil, se conectó.
—¡Abram! —gritó Mich Taquito—. Por fin, pensé que ya no nos querías.
—Yo también —dijo Monooaxaco—, aunque eso sería normal. Yo tampoco me quiero a veces.
—Bro —respondió Hollman riéndose—, ¿tú estás bien?
—Nunca —dijo Mono.
Abraham rió, más relajado… hasta que escuchó a Betillo hablar.
—Abraham, pensé que hoy no vendrías.
Ese tono.
Ese tono suavecito.
Ese que hacía que todo su cuerpo se encendiera como si fuera señal de wifi.
—Pues… sí, pero tenía ganas de jugar —respondió Abraham, intentando sonar casual.
—¿Con nosotros? —preguntó Hollman, con una sonrisa audible.
—Con ustedes —admitió él, bajito.
Hubo un silencio pequeñito.
De esos que llenan más que una charla entera.
Entraron al juego.
—Abram, ven pa’ acá —dijo Betillo—. Vamos juntos a lootear.
—No, no, no —interrumpió Hollman—. Yo lo cuido esta vez.
—Pues yo lo vi primero —respondió Betillo.
—Ni que fuera dulce —se quejó Mich.
—Para mí sí —soltó Hollman sin pensar.
Abraham se congeló.
Mich también.
Monooaxaco se atragantó con aire.
—¿QUÉ? —exclamó Mich Taquito.
—Dije… que… —Hollman carraspeó—. Que es dulce… como persona. No sé. Me confundí. Déjenme.
Betillo rió despacito.
—Tranquilo, Hol. Se te salió.
Abraham no dijo nada.
No podía.
Sentía la cara ardiéndole como si lo hubieran puesto frente a una fogata.
La partida siguió.
Cada vez que Abraham se alejaba, Betillo lo llamaba:
—Abraham no te me pierdas.
Y cuando se quedaba quieto un momento, Hollman decía:
—No te quedes solo, ven conmigo tantito.
Mich Taquito, que notaba TODO, finalmente habló:
—Ok, ok, ya, par de enamorados reprimidos. ¿Me explican qué está pasando aquí?
—¡Nada! —respondieron los tres al mismo tiempo.
El chat se llenó de risas.
Pero la tensión seguía ahí.
Pegada.
Calentita.
Como electricidad en el aire. (Me lo saqué del qlo eso JAJAJA)
Al final de la sesión, cuando todos se estaban despidiendo, Betillo dijo:
—Oigan… ¿mañana también jugamos?
—Sí —respondió Hollman—. Pero solo si Abraham entra primero.
—¿Por qué yo? —preguntó él, muerto de vergüenza.
—Porque sí —respondió Hollman.
—Porque nos gusta escucharte entrar —añadió Betillo, sincero.
Abraham no supo qué decir.
—Bueno… entonces… entro primero —susurró.
—Eso —dijo Hollman.
—Así me gusta —añadió Betillo.
La llamada terminó.
Pero Abraham se quedó ahí, mirando la pantalla apagada, sintiendo que, aunque nadie lo decía…
Algo estaba creciendo.
Algo peligroso.
Algo bonito.
Algo que ninguno de los tres estaba listo para enfrentar…
pero que ya no podían detener.
-----🫶🏼
El cap está corto pero voy a subir otro capítulo por qué no quería juntarlos, gracias por el apoyo los amo❤️
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offline con ustedes(/^-^(^ ^*)/ ( abrahaham x betillo x hollman)
Romance------- 🫶🏼 Todo comenzó como una simple coaboracion. Al principio, solo éramos amigos... pero cada noche, cada mensaje, cada "¿siguen despiertos?" empezó a sentirse diferente. Sin darnos cuenta, las miradas se hicieron más largas, las bromas más c...
