Perdón, Cariño.

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Estaba acostado en la cama cuando golpearon a su puerta. 
Uno, dos, tres golpes. 
-Alec, vámonos! Deja de maquillarte!-grito Jace, a través de la madera.
Espero unos segundos mas y entonces se paro, abriendo la puerta de golpe. Y tal como suponía, su parabatai cayó de bruces al piso.
-Idiota! Estaba apoyado en la puerta!
-Fíjate entonces quien es el idiota.

En el pasillo ya todos estaban preparados.
Jace y él llevaban el equipo de Cazadores de Sombras. Simón alguna clase de traje que probablemente Iz hubiese escogido para él. Y las tres mujeres estaban envueltas en cortos vestidos que dejaban a relucir cada una de sus runas.
El vestido de Isabelle era Blanco, El de Clary, verde, y el de Jane, negro.
Alec se preguntó donde guardarían sus armas.
Clary tomo la estela de Jace, que estaba besándola descaradamente en el cuello, y abrió un portal.
Instantes después se adentraban en un club, escondido en lo recóndito de la ciudad.  Las luces y la música los envolvían y como era costumbre terminaron separándose.
Jace y Clary fueron a un apartado.
Simón y Izzy a la pista.
Y él acabo sentado en la barra junto a Jane.
La muchacha pidió un tequila, luego vodka y termino tomando una cantidad incalculable de whisky.
-Vamos Alec! Diviértete! Toma algo y olvida tus penas- lo sacudió-. Ese brujo no merece que estés todo el día cara-cúlico por él.
-¿Cómo sabes de Magnus?-. Pregunto Alec, aunque al instante supo la respuesta, Jace.
-Vamos-dijo ella sin contestarle, y le paso un trago de algo que no podía definir claramente que era.
Cerró los ojos y trago.

Y de repente como en un flashback, se vio en el medio de la pista de baile.
Su cuerpo estaba pegado al de Jane y se movían al ritmo de la música.
Tenía el mero recuerdo de haber seguido tomando varios tragos después del primero.
Estaba agarrando a Jane de la cintura, por la espalda.
Sentía como el cabello de la muchacha le rozaba las mejillas en el baile, y también la forma en que las manos de esta se apoyaban sobre las suyas, haciéndolo presionar el agarre.
Entonces lo vio.
Estaba a unos metros, acababa de entrar.
Llevaba un traje cubierto de lentejuelas plateadas y una extraña galera naranja, jugando con el excentricismo de ser un mago. 
A su lado estaba el hombre hada del bar, riendo animadamente con él. 
Se sintió desfallecer.  Y el corazón se le contrajo.
Magnus perdió el foco de atención del hombre hada, vagó con la mirada por sobre la muchedumbre y en un instante sus ojos conectaron. 
Los ojos de gato de Magnus lo miraron como si no pudiesen creer lo que veían, entonces Alec no pensó más.
Soltó el agarre de la cintura de Jane y en su lugar la tomo del brazo, la hizo girar sobre sí misma y le paso la mano libre por la espalda baja, atrayéndola hacía sí. 
Dirigió una última mirada a Magnus.
Y entonces apretó sus labios contra los de la muchacha, dejando que todo el dolor fluyera por su piel. No le importo, no le importaba nada. Y la beso de la forma más pasional que nunca había hecho. 
Cuando volvió a levantar la vista, Magnus ya no estaba.

Cazadores de Sombras: La hermana de Jace. (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora