Capítulo 19: Elizabeth Bennet.

Start from the beginning
                                    

—Estoy bien, pero necesito una mano amiga —reconozco al fin, aclarando que mi vida no corre peligro, al menos no de la manera en que él se lo imagina.

—¿Dónde estás? —pregunta mientras advierto a través de la línea como se pone en marcha dispuesto a encontrarme. Por lo que le describo mi posición aún con el deseo de echarme atrás, o colgarle y fingir que nunca le he llamado—. Dame diez minutos, no te muevas de ahí y no hables con nadie —sentencia tajante antes de colgar, y dejarme sola bajo el estruendoso sonido de la lluvia cayendo sobre el techo de la pobre estructura en la que me he refugiado.

Tirando el teléfono contra el asfalto me aseguro de pisotearlo lo suficiente como para que quede irreconocible, insegura de que mis persecutores posean la tecnología necesaria para encontrarme a través de la señal del dispositivo. Exhausta caigo sobre el asiento, haciéndome un ovillo con el objetivo de conseguir algo de calidez mientras espero culpable la llegada de Brian y medito en que más vale que el contenido del libro valga la pena tanto sacrificio.

Finalmente el rugir de una moto anuncia su llegada y tras estacionar de cualquier manera, se acerca con una expresión cargada de ansiedad. Sin dedicarme una sola palabra toma mi rostro entre sus cálidas palmas para examinar por él mismo si he sufrido algún daño, pues parece que a pesar de mis esfuerzos, ha hecho sus propias elucubraciones sobre lo que podría haberme sucedido. Así que lo dejó hacer, sintiéndome mejor solo con su presencia y agradeciendo que sepa ignorar mi extraña apariencia en pro de mi seguridad.

—Ven conmigo —pide cuando termina de revisarme, dejando clara su intención de protegerme del mundo entero si fuese necesario, a pesar de que la fuerza de un humano jamás podrá competir con la de cualquiera de mis enemigos.

—¿A dónde? —pregunto imaginando cuáles serán sus siguientes palabras. Sin embargo me aferro a la idea inicial, que me conduzca hasta cualquier albergue o incluso un edificio abandonado donde poder acabar esta horrenda noche.

—Imagino que si estás así es porque has tenido algún problema con tu tío, así que quédate en mi casa a dormir —ofrece evidenciando que no me obligara a compartir el supuesto altercado con Mark y que solo busca ayudarme—. Por favor, no pidas que te deje en cualquier lugar sin saber si estarás bien —ruega al captar mi indecisión, como si el obligarle a hacer algo así fuera en contra de sus principios.

—Perdóname —digo incapaz de contener las lágrimas cargadas de incertidumbre, sabiendo que el pecado de amarle vale cualquier tiempo en Bakal, pero temo estar condenando su alma a ese mismo castigo.

—Solo quiero cuidar de ti y asegurarme de que estás bien —reitera tomando mis manos en un intento por infundirme algo de seguridad.

—¿Por qué eres tan bueno conmigo? —pregunto pues a pesar de saber que nuestra relación está abocada al fracaso, soy cada vez menos capaz de concebir mi existencia sin la suya.

—Porque no soporto la idea de que alguien te haga daño —confiesa con una intensidad que jamás he visto en él, como si sus palabras escaparan desde lo más profundo de su ser. De tal manera que incluso parece algo avergonzado e intenta ocultarlo disponiéndose a sacarnos de aquí—. Vamos, vas a enfermar como sigas con esa ropa mojada.

Así termino subida a la moto mientras nos conduce al resguardo de su hogar, un bonito pero sencillo edificio de apartamentos. Habiéndome amparado en su protección durante todo el camino, ahora ingreso con cierta timidez a su piso, mientras él sujeta la puerta incitándome a explorar. A medida que lo hago voy sintiéndome más cómoda, consciente de que este es su refugio, el lugar donde puede actuar como quiera sin que nadie le juzgue y estoy tremendamente honrada de que me lo presente. Tratando de romper el hielo Brian me conduce por las diferentes habitaciones en un breve tour, hasta que alcanzamos el dormitorio.

Light - Saga ángeles y demonios I.Where stories live. Discover now