Por nosotros

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—Cariño, era solo para saber cómo estaban.

—Mamá, son la una de la mañana.

—Bueno, hijito solo quería saber cosas... Pero mañana pueden venir aquí.

—Buenas noches, nene. —Dijo y finalizó la llamada.

Santiago decidió tomar su siesta y Sam avisó que sus amigas irían en un rato a visitarle y probablemente se quedarían a dormir, él asintió y se abrazó a ella mientras podía.

Santiago salió de su cama y caminó hasta la cocina, se encontró con las tres amigas de su novia a medio vestir sobre la alfombra.

Él despertó solo a las tres de la mañana porque la visita se volvió una borrachera en su casa

¿Qué pasa con el mundo?

El joven botó los restos de la fiesta de su novia y sus compinches, finalmente les tiró una cobija y se volvió a su habitación, cerró las cortinas y apagó las luces, se fue a meter dentro de la cama. Diez minutos más tarde sintió como le besaban las mejillas y el cuello con su novia, sintió unas manos recorrer su abdomen y una cabeza sobre su espalda.

—Te despertaste a pesar de mis esfuerzos.

—Echemos un polvo. —Santiago acarició las manos de la delicada mujer y no encontró el anillo que le había puesto a su prometida, además, el tono de piel no coincidía con el de la chica, retiró las manos de la joven y luego se volteó. —¿De qué estás hablando? —Preguntó y encendió la luz.

Miró a Soledad directo a los ojos.

—Vamos, Santi. Algo rápido. —posó una de las manos en la cerca de la entrepierna del joven le dio un par de besos en el cuello. Santiago le tomó de ambas muñecas y le dio un par de sacudidas. —¡Me lastimas! —Santiago reafirmó su agarre.

—Estás borracha necesitas dormir. —Dijo con tono severo, y el rostro cargado de seriedad.

—Sam no tiene que enterarse, estas bueno y solo quiero un revolcón, no me molestaría algo más pero con eso me conformo. —la sonrisa y mirada coqueta de la mujer le indignaban tanto o más que sus insinuantes palabras.

—Te invité a cenar el día que me comprometí con mi novia, estuviste cuando le pedía que fuera mi novia también, n creo que eso no haya sido claro mensaje de que estoy enamorado de ella, la deseo a ella, no a una fácil como tú. —Dijo en el oído de la mujer, tenía todos los huesos tensados, y el ceño fruncido. —No pienso tener un polvo o algo más contigo, amo a mi novia.

—Santiago, te juro que caerás entre mis piernas y lo vas a disfrutar. —Aseguró.

Santiago le empujó para retirarse, en el umbral de la cocina se encontraron con Karla, quien miró de mala manera a su amiga y salió con dirección a la sala de entretenimiento en dónde se había deshecho de sus cosas y bebido.

Santiago siguió a la mejor amiga de su novia y le vio tomar las cosas de Soledad y extenderlas.

—¡¡Quiero que te largues!!

—Karla.... yo.

—No, Cállate y lárgate.

—No es tu casa.

—Es la de la mujer a la que intentas traicionar, siempre pensé que tenías ciertos celos hacia ella y sé que arruinaste lo mío con Matt. Solo toma tus cosas y aléjate de mi familia, aléjate de Sam y Santi. ¡Lárgate! Porque si me entero que anduviste cerca le diré sin piedad alguna a amiga que tú te le tiraste a su novio y que a pesar de su rechazo continuaste como la perra que eres.

¿Cómo te lo digo?Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang