Por nosotros

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Después de mucho pensar y observar la mejoría que presentaba Santiago, Samantha comenzó a reconsiderar sus opciones, los tratamientos y las posibilidades de salvarse.

La chica no lo hizo esperando mejorar y vivir una larga vida, sino por el bienestar que el medicamento le podía brindar a lo largo de los siguientes meses, Samantha lo hacía por aquellas personas que le rodeaban, sus amigas, sus abuelos y sobre todo Santiago quien a pesar de haber dejado de insistir, no había dejado de ansiar una mejoría o algún síntoma de esfuerzo.

Mientras ella intentaba cambiar un poco su vida y mejorar sus meses Matías obligaba a sus amigos a estar en una especie de prostíbulo fino.

—¿Entonces?

— ¿Por qué seguimos reuniéndonos aquí?

— Yo sigo estando soltero y guapo.

— Yo estoy en algo y él a punto de casarse. —Comentó Colton.

—Ellas son guapas.

Los tres hombres se mantuvieron en silencio y los dos amigos vieron al del medio observar a una de las meseras a poco vestir, cuando tenían diecinueve les parecía a todos muy divertido ir a uno de esos bares, Santiago rodó que la primera vez que fueron los tres tenían novias por lo que fue más divertido, no hicieron nada con ninguna stripper pero fue muy divertido, el disfrutar de la sensualidad de aquellas prohibidas mujeres.

—Bien, ya nos vamos.—Dijo y caminó hacia la puerta con sus amigos detrás, y luego condujeron hacia el apartamento de Matías, en la puerta se encontraba Karla jugando con su teléfono.

— No los quiero escuchar, solo abre la puerta. —Dijo y Matías le lanzó las llaves de su departamento, luego le regaló a sus amigos una mirada y ellos asintieron.

— Nos vamos, Sam está sola.

—Sí, yo tengo consulta. —Informó Colton.

Ambos hombres se fueron después de darle una palmada en la espalda a su amigo.

Cuando Santiago ingresó a la casa encontró a Sam con los ojos cerrados, tenía lágrimas pintadas en el rostro y se veía algo deteriorada, le besó la mejilla y le quitó el computador de las piernas, una hoja de word se abrió ante sus ojos y a pesar de lo ansiosos que le ponía leer, simplemente cerró la computadora.

—Duerme conmigo. —Escuchó y rápidamente esbozó una sonrisa.

—Te amo.

Sam abrió los brazos y él se quitó rápidamente los zapatos, luego se metió a la cama y se acostó sobre el delicado abdomen de su novia.

—¿Me besas? como cuando éramos niños...

Samanta sonrió al recordar lo discretos que eran para besarse y no porque él no quisiese demostrarle al mucho lo mucho que amaba a la chica o ella quisiese ocultarlo, simplemente le daba pena que todos vieran lo afectuosos que podían llegar a ser, igual, el miedo que sentía a despertar y que un día ya no fuesen nada, por aquellas cosas todos creerían que simplemente le fueron un par de ridículos cuyo "amor se esfumó".

Santiago tomó la mano de su prometida y la acarició con dulzura antes de besarle la mano con dulzura, le quería con todo el corazón, y lo último que quería era que su amor se esfumara, que sus sentimientos se alejaran o dispersaran, todo perdería sentido sin ella, Sami, era el amor de su vida, era gran parte de su vida, era sus recuerdos, pasado, presente y su futuro, pero si ella desaparecía, ¿Qué sucedería?

Santiago escuchó su busca personas y lo revisó, era su madre quien quería que le llamara a esas altas horas de la madrugada.

—Mamá.

¿Cómo te lo digo?Where stories live. Discover now