Adicto al sexo (Yaoi)

Cambio de roles.

Cuando llegué a casa me topé con la agradable visita de Sam -notece el sarcasmo-, estuve una muy buena cantidad de minutos intentando de que se fuera sin que provocara en mí algo que me insitara a hacer algo con ella, cosa que me fue casi imposible, ya que cada vez se volvía más insistente. En verdad no comprendo la razón del porque sigue viniendo hasta mí, tiene un novio que aunque no sé mucho respecto de él me he enterado de que la trata excelente, es un buen novie y esas cosas, pero esta chica lo ha engañado un montón de veces conmigo, bueno, eso era antes de que comenzara a sentir cosas por mi actual novio, no sé que clase de chica es Sam como para ignorar a alguien que la quiere mucho, pero bueno, no puedo hacer nada más que intentar esquivar sus cortejos.

Finalmente se fue dejandome por fin sólo y con mis pensamientos sobre la conversación que tuve con mi suegra, provocando que un sabor amargo se hiciera presente en mí.

Mi estado de animo no se debía a las palabras y advertencias que aquella mujer me había dicho en nuestra charla, más bien me enfurecía que esa señora hiciera que Eliott se sintiera mal, porque yo supongo que a eso se debía el comportamiento del chico de ojos turquesas, se veía tan triste, odio verlo de esa manera, es como si no fuera él.

Necesito hablar con él...

Esperé hasta el miércoles, ese día saldría temprano y me pasaría por el colegio de Eliott para ir a buscarle. Llegué justo cuando muchos alumnos se retiraban del lugar, esperaba a encontrarme a Mabel junto a él, pero me sorprendió al verle caminar con un grupo de chicos, debo dejar de pensar que mi hermana es su única amiga. Me bajé para hacerme notar, y logré mi objetivo, en cuanto me divisó me saludó a lo lejos algo nervioso mientras que yo simplemente sonreía como un idiota al verle con su uniforme nuevamente, se acercó a mí despidiendose de los chicos que tenían un estilo parecido a él que le lanzaban burlas divertidas haciendo que Eliott se sonrojara y caminara más rápido hacia mi arrastrandome al interior de mi camioneta.

— Te he dicho muchas veces que no vengas por mi —dijo mientras se ponía el cinturón de seguridad.

— Te quería ver —le sonreí y él se encongió en su asiento.

— Debo ir a casa —dijo casi en un susurro.

Suspiré y encendí el motor— Esta bien.

En mi cabeza pasaba de todo menos dejarlo en su casa. Así que una vez que pasé sin por la calle donde se ubicaba su casa simplemente seguí de largo ganandome una mirada confundida por parte de Eliott.

— Will... —me nombró—, mi casa está por ese lado —apunto hacia atrás—, te has pasado de largo.

Sonreí sin mirarle pues debía estar atento a la carretera— Ya lo sé —sabía exactamente de que su mandivula había caído al suelo.

Iba a comenzar a reclamar cuando volví hablar— Te llevaré a otro lugar, y no me importa si debes ir a tu casa.

Miré de reojo hacia su lugar, tenía sus piernas sobre el asiento pegandas en su pecho apoyando su barbilla en ambas rodillas, en su rostro había una espresión de preocupación, decidí ignorar aquello y seguí con el camino. Me detuve en el mismo lugar que suelo estacionar cada vez que vengo a aquel mirador abandonado que suelo frecuentar.

Eliott miró extrañado el lugar— ¿El mirador abandonado? —me observó mientras retiraba las llaves haciendo que mi vehículo dejara de temblar y hacer aquel ruido extraño desapareciera de la atmósfera.

— Sí —me volteé a mirarle—, una vez te traje hasta este lugar

Sonreí al recordar en este mismo lugar fue la primera vez que intenté besar a Eliott, claro que ocurrió cuando aun nisiquiera sabía que sentía algo por él, pero aún así era un muy lindo recuerdo.