Realmente no pensé en eso, pero es que Jase no me dijo que Liam era su primo de haberlo sabido jamás hubiera aceptado esa apuesta, es más, me alejaría de él. Recojo mi móvil y mi sandalia cuando siento como un nudo se forma en mi garganta, subo corriendo las escaleras y entro a la habitacion de Jase, a la velocidad del rayo me visto.

- que había en ese CD?- pregunta Jase parado en el umbral de la puerta.

No puedo evitar admirarlo, su abdomen se tensa a cada respiración, parece que subió corriendo, su cabello despeinado, mi vista baja a su entrepierna recordando lo que le hice anoche.

- nada importante - respondo cuando logro quitarle mi lasciva mirada.

No se que me pasa con éste hombre, es como si no pudiera alejarme de él y creanme cuando digo que lo intento pero simplemente no puedo, es como si yo fuera una drogadicta y él mi heroína personal, en tan poco tiempo me he vuelto adicta a él, adicción insana, sus primos son los Campbell y esa es razón suficiente para alejarme, una parte de mi me dice que no importa quien sea su familia que me quede aquí, pero la otra me grita y ordena que me aleje de él que acabaré mal parada de ésta absurda adicción.

- si no es nada importante, por que lo rompiste?- pregunta.

Venga Ana, piensa en una escusa que sea creíble, algo que aplaque la curiosidad que obviamente acaba de coger con ese CD, algo para que no descubra lo que hay y no le interese verlo si se lo vuelve a traer.

- adelante Ana, dile lo que hay en ese vídeo, seguro le encanta.

La voz de Liam hace que vuelva a la realidad, no puedo quedarme, debo huir, salir de aquí, perderme en la adrenalina que solo el boxeo me proporciona, pero aquí no está Marcus para ayudarme a descargar ésta mala vibra autodestructiva que crece en mi interior, él era el único que sabia controlar o mas bien canalizar la furia de la "loba" que se desata en mi interior cuando siento que nada es como tiene que ser.

Liam entra y ensancha su sonrisa, sin dudarlo me lanzo a él, caemos al piso, yo encima de él, me pongo a horcajadas sobre él y le asesto puñetazo tras puñetazo sin darle tregua, mis nudillos se resienten pero no siento el dolor, solo lo siento palpitar, le golpeo una y otra vez en su perfecto rostro, mis lágrimas caen y se mezclan con la sangre de la cara de Liam, no importa, se intenta cubrir pero no puede, lo pille desprevenido, Jase me coge de la cintura intentado alejarme de él, la furia me domina, mi codo vuela hacia atrás e impacta en la cara de Jase haciendo que retroceda sorprendido, mis manos están bañadas de la sangre de la nariz de Liam, de su labio y cejas, el no sabe pelear, sus hermanos siempre lo han protegido por lo que nunca ha tenido que aprender a pelear.

- Ana, para!! - me ordena Jase.

Mi puño queda suspendido en el aire, la voz de...o mejor dicho, la orden de Jase a paralizado por completo mi cuerpo, mi mente me grita que siga golpeando pero mi cuerpo se limita a obedecerlo, es como si estuviera bajo un embrujo que si me dice que golpee, golpeo, y si me dice que pare, lo hago, es extraño. Me levanto y salgo corriendo dejando a un sorprendido Jase y un semiconsciente Liam.

Abro la puerta y me encuentro al padre de Liam parado con el dedo a punto de tocar el timbre, sus ojos azules como los de Jase recorren mi cuerpo y se detiene en mi blusa y mis manos manchadas de sangre, mi corazón empieza a palpitar con fuerza y mi mejillas se tiñen de rojo escarlata por la vergüenza de que el señor Jhonson me vea en éste estado.

- joder...Ana verdad?-pregunta asegurándose que ese es mi nombre, como una muñeca de esas que hay en los coches asiento - que ha pasado?.... Hay que curarte- dice aparentemente preocupado.

- la sangre no es mía, lo siento mucho - me disculpo.

Salgo corriendo en dirección a mi casa, pero la realidad es que no es mi casa. Mi casa está en Nueva York.

Adicta a tiWhere stories live. Discover now