Robin estaba cada vez más feliz al ver como ambos parecían avanzar poco a poco, ver el amor de esos dos le llenaba el corazón de ternura.
Aunque debía admitir que le daba un poco de pena tener veintiocho años y emocionarse como una fan girl de quince años viendo una película romántica.
¿Pero qué más daba? Adoraba a ese par.
No los conocía, ni sus nombres, no sabía de qué hablaban o cuáles eran sus planes, pero desde su balcón los ve crecer y enamorarse. Los ve pasar lentamente del "somos amigos" a un "quizás sentimos algo más que amistad."
En algunos momentos, incluso deseaba tener algo como lo suyo.
Casi todos los viernes, veía a ambos entrar a la casa del rubio, y al día siguiente veía al monito irse, ambos despidiéndose con una largo abrazo como siempre. Eso siempre la hacía sonreír.
Algunos días no los veía pasar, preocupándose, preguntándose si estarían bien, para al día siguiente verlos con su rutina diaria como si nada, suponía obvio, que la vagancia de no ir a clases les ganaba de vez en cuando.
Otras veces, parecían haber discutido, con el patito caminando rápido con una expresión molesta y el monito caminando rápido detrás de él intentando llamar su atención. Al final el más bajo siempre lograba su cometido de hacerlo reír y que lp perdone de lo que sea que haya echo.
...
Un día en particular, Nico había suspendido su novela en vivo para hacer las compras, yendo hasta el supermercado del barrio. Mientras decidía que marca de arroz llevar, casi cae al suelo cuando alguien detrás choca contra ella; volteó alarmada y para su sorpresa se encontró a la parejita que observaba hace meses.
-¡Luffy! Idiota, te dije que no corrieras, pudiste lastimarla-Regañó muy enojado el rubio-. Lo lamento mucho señorita, mi amigo es muy descuidado-Se disculpó con ella haciendo reverencias una y otra vez, ordenándole al otro que se disculpe también.
-Ay lo siento, ¡pero ya quiero llegar y comer tu estofado de carne Sanji!-Habló el moreno emocionado-. ¡Lo siento señora!-Exclamó para luego tomar la mano del rubio y llevarselo corriendo.
Dejando a Robin procesando lo que acababa de ocurrir.
"Con que Luffy y Sanji, los apodos que les dí les quedan mucho mejor" Pensó para si misma riendo.
Al menos ahora sabía los nombres de su pareja favorita.
...
Trás un año de ver a la adorable dupla, finalmente ocurrió lo que tanto había estado esperando.
Como siempre, un día a las seis y cuarto de la tarde iban caminando con naturalidad. De repente el rubio tomó la mano del moreno y lo detuvo, hablaron por unos minutos con rostros avergonzados, acercándose de a poco, hasta que por fin ocurrió.
Fue un contacto suave y efímero, claramente inexperto, pero que se ve calentó el corazón de ambos enamorados. Robin ahogó un grito de emoción al por fin ver ese tan esperado beso, pero se asusto al escuchar un grito a su lado.
-¡Por fin, esperé todo un año para esto!-Se inclinó hacía adelante y miró a su izquierda, viendo a su vecino Franky en el balcón de al lado-. ¡Vivan los super novios!-
Que chismosa era la gente, ellos necesitan su privacidad.
Miró hacía abajo y los dos adolescentes los observaban, el monito coml si fueran unos raros y el patito completamente avergonzado. Robin les sonrió les alzó el pulgar, haciendo que el rubio corriera a su casa y el moreno le devolviera el gesto.
Se levantó de su sillón y se acercó al balcón vecino, apoyándose en el barandal miró a su vecino.
-Franky, asumo que los dos hemos estado viendo esa novela cursi desde hace un tiempo-Le habló relajada.
-Tal parece que ambos somos fanáticos de esa parejita, señorita Nico Robin-Le sonrió complice.
Ambos rieron, nunca habían notado que su vecino tenía la misma costumbre extraña.
-¿Le gustaría pasar a tomar una taza de café y opinar sobre ese par?-Invitó con una sonrisa elegante y encantadora. . . . . .
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