•AU:Original. •Palabras:1440. •Advertencia:Contenido sexual explícito.
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Se veían diferente, se veían más maduros, más fuertes. Uno se había dejado la barba, el otro tenía una cicatriz adornando su pecho, pero seguían siendo el alma gemela del otro.
Ambos hombres se vieron a los ojos por un largo rato, sin poder creer que finalmente estaban juntos luego de dos años con la inmensa duda de si el otro estaría bien. Por fin estaban frente a frente, sanos y salvos.
Y amándose cada vez más.
El Monkey saltó sobre su amado besándolo con efusividad como había deseado hacerlo por tanto tiempo, descargando las emociones que estuvo guardando por dos eternos años.
Fue correspondido de inmediato por el cocinero que lo besó con el mismo fervor. Ambos se adoraban y se habían extrañado demasiado.
-¿Soy yo o Sanji está más guapo?-Comentó haciendo sonrojar al mayor.
-Tonto, no digas esas cosas. Tu estás más atractivo, aunque todavía pareces un lindo niñito-Se burló con ternura.
El monito pareció ofenderse con dicho comentario. Tomó de la nuca al rubio y se acercó a su oido.
-Vamos a ver cuánto te hace gritar este "niñito" apenas de tenga en la cama-Le susurró serio para luego volver a sonreír dulce y continuar la pelea contra los marinos que intentaban evitar su llegada al Thousand Sunny.
El más alto quedó perplejo ante el comentario. ¿Qué le había pasado a su novio inocente que hace dos años apenas podía provocarlo?
"Supongo que la pubertad si le afectó." Pensó sorniente para unirse al combate.
...
-¡Esas sirenas eran tan hermosas!-Exclamó feliz Sanji ingresando a su camarote.
-Babeas por ellas todavia, Sanji tonto-El Monkey iba detrás de él con el ceño y los labios fruncido por el comentario.
Habían acabado con el imbécil de Hody Jones y se llevaba a cabo una celebración en agradecimiento de los gyojins y las sirenas por ayudarlos.
Solo que la pareja del capitán y el cocinero decidieron escaparse un rato para tener el momento a solas que tanto necesitaban.
Ambos se sentaron en su cama junto al otro. El rubio sonrió pícaro y sin previo aviso se subió sobre el regazo de su capitán.
-¿Estás celoso?-Rodeó con sus brazos el cuello del menor.
-¡No!-
Sanji río y besó los labios del menor.
-¿Sabés que siempre te preferiría a ti, no?-Volvió a besarlo y sintió los trabajados brazos rodear su cintura-¿Sabés que ni la mujer más hermosa del mundo se compara contigo?-
