"Lindo"

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Después de aquel incidente con el divergente en el tejado y el inesperado rescate de un pequeño pichón por parte de Evanette, quien, sin pensarlo dos veces, lo envolvió en su abrigo se lo llevó consigo, las quejas de Hank no tardaron en escucharse durante todo el trayecto de regreso al departamento.

—¡¿Un pichón, Evanette?! ¡De todos los lugares donde podías recoger basura, tuviste que hacerlo en medio de una escena de crimen! —gruñó Hank —. ¡¿Ahora qué sigue?! ¿Un gato callejero y un mapache?

Evanette, con el pajarito dormido en su regazo, solo se encogió de hombros mientras lo cubría con cuidado.

—Estaba solo, tenía frío... tenía que hacer algo. Además, Don Viktor necesita compañía.

Connor, desde el asiento trasero habló.

—La temperatura corporal del ave estaba descendiendo peligrosamente. Sin intervención, habría muerto en menos de 48 minutos.

—¡No la ayudes, Connor! —refunfuñó Hank, recostándose en el respaldo con un bufido—. Juro que me van a volver loco, ustedes dos.

La dejaron en su departamento poco después. Evanette, con su nuevo y chillón inquilino, desapareció tras la puerta, lanzando un último “Gracias” desde el pasillo. Hank refunfuñó algo más sobre cómo los androides eran más sensatos que los humanos últimamente.



Pasaron los días, y los casos de divergentes parecían multiplicarse como si algo más grande se estuviera gestando en las sombras. En el archivo, cada día llegaban más reportes: alteraciones de comportamiento, androides desaparecidos, grabaciones incompletas. Pero ninguna pista sólida.

Llegó el día de descanso de ambos policías, Evanette o mejor dicho _______ Lo aprovechó para limpiar el departamento, llevar al pichón al veterinario, dormir más de cinco horas por primera vez en semanas… y, claro, para lidiar con Gavin.

Porque Gavin Reed había estado cortejándola de forma insistente aunque algo torpe durante ya cuatro meses. Su estilo estaba más cerca del sarcasmo coqueto que del romanticismo tradicional, pero se las arreglaba para aparecer en los momentos más inesperados con comentarios del tipo:

—¿Qué hace una detective como tú en un nido de ratas como este? ¿Quieres que te lleve a comer algo que no venga enlatado por una vez?

Ese día, la llamó por la tarde.

—Te debes una noche sin androides, sin viejos alcoholicos y sin aves. Vamos, sólo una cena.

Evanette pensó en rechazar la invitación. En realidad, lo pensó más de una vez. Pero al final, aceptó. No porque Gavin le moviera algo especial, sino porque, en ese momento, necesitaba distraerse con algo. Y Gavin, al menos en apariencia.. era alguien que sabía cómo hacer reír, aunque fuera con bromas baratas.

Rato después de que _______ se arreglará y Gavin fuera por ella, llegado al lugar, el lugar era decente. Gavin se comportó, incluso intentó ser encantador. La conversación fluyó con naturalidad, y aunque no se divirtió tanto como esperaba, Evanette agradeció el silencio de los casos, los rostros rotos y la tensión acumulada. Al menos por un par de horas.

De regreso, Gavin se detuvo frente a su edificio y le sonrió, con una expresión que insinuaba algo más. Pero Evanette fingió un bostezo exagerado, acompañado de una sonrisa amable.

—Gracias por la noche… pero estoy hecha polvo. Me voy directo a dormir.

—Claro, claro —respondió Gavin, bajando el tono—. Igual fue bueno verte relajarte por una vez.

Ella asintió, bajó del coche y se despidió. Cuando subió a su departamento, se quitó los tacones y soltó una risa seca mientras dejaba las llaves sobre la mesa.

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⏰ Last updated: May 05 ⏰

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"Error de sistema: Evanette" ||Connor x Lectora|| DBHWhere stories live. Discover now