—Me va a dar asma si seguimos un segundo más en esta pocilga —refunfuñó Hank, mientras caminaba por la habitación infestada de polvo y plumas.
—Dame un par de minutos más —pidió Connor sin mirarlo, inspeccionando meticulosamente el lugar.
—Solo tienes dos minutos, y luego me largo.
Pasó apenas un minuto cuando, de la nada, Connor se asomó para mirar una sección derrumbada del desván. En ese instante, un cuerpo cayó desde lo alto con fuerza.
¡CRASH!
Un divergente se abalanzó sobre él, lanzándolo contra el suelo, el divergente también cayo al suelo. Evanette retrocedió con un sobresalto, instintivamente llevando la mano su arma.
—¡¿Qué coño esperas?! ¡Ve por él! —gritó Hank al androide que ya se reincorporaba.
Connor asintió rápidamente y salió disparado detrás del objetivo.
Evanette desenfundó su arma y le gritó a Hank:
—¡Le sigo el paso, no me pierdas!
Antes de correr, hizo un movimiento veloz: sacó discretamente al pequeño pichón de paloma de su abrigo, lo acomodó con cuidado dentro de su pecho, entre la camisa y el chaleco para protegerlo, y se lanzó a la persecución.
Connor era veloz. Pero Evanette no se quedaba atrás. Sus botas golpeaban fuerte el suelo de concreto mientras corría tras él, manteniéndolo dentro de su campo visual. El grupo salió disparado por una zona rural con trigo alto, donde ambos dieron un gran salto por encima de una cerca oxidada.
—¡Vamos! —murmure entre dientes, enfocada.
Entraron en una zona de invernaderos, corriendo entre cultivos húmedos, vapor y tierra suelta.
—¡No te preocupes! ¡Te abro paso! —le grito a Connor mientras corrían entre los pasillos llenos de trabajadores confundidos.
—¡Abran paso, policía de Detroit! —vociferó con autoridad.
Los trabajadores, sobresaltados por la carrera y su tono firme, despejaron el camino justo a tiempo para que Connor pasara sin frenar. Ella les siguió con dificultad, pero sin perderlo de vista.
Cada que cruzaban zonas estrechas, inestables o húmedas, Connor giraba apenas la cabeza, lanzándole una mirada fugaz a Evanette por encima del hombro. No decía nada, pero analizaba. Se aseguraba de que ella pudiera seguir.
Finalmente, el divergente se deslizó por una cortina que se cerró automáticamente tras de el. Ambos se detuvieron en seco.
—¡Por ahí! —señale jadeando. Había visto otra salida.
Subieron rápidamente por una escalera metálica que los condujo a una estructura de fierro sobre el invernadero. El divergente corría por las vigas superiores. Había trabajadores cerca, y sin dudarlo, Evanette gritó:
—¡Policía de Detroit, abran paso!
La confusión les dio el espacio justo. Connor se adelantó, con Evanette cerca, aunque claramente sintiéndose cada vez más agotada. Sus pulmones comenzaban a quemar y sus piernas pesaban más con cada paso. Aquellos años de cigarro no eran en vano.
El divergente brincó a un techo de vidrio.
—¡Por otro lado, es peligroso! —gritó Connor sin volverse, antes de lanzarse tras el sospechoso.
Evanette frenó en seco, obedeciendo. Dio una vuelta rápida por una sección lateral del invernadero, jadeando, sintiendo la presión en el pecho.
—Vamos, vamos, ¡no te caigas ahora! —murmure para mí misma
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"Error de sistema: Evanette" ||Connor x Lectora|| DBH
FanfictionEn un mundo donde los androides están comenzando a despertarse y los humanos están empezando a desmoronarse, hay errores que no se pueden corregir... y nombres que no figuran en ningún registro oficial. "Evanette", como le gusta hacerse llamar, es u...
