—Oh. ¡Buenos días Dexter! ¿Alguna novedad hoy? —Decía con su voz gastada de siempre, mientras limpiaba cuidadosamente sus anteojos.
—Sí, eh, buenos días señora Díaz. Y no, no tengo novedades para usted. —Respondía con desinterés tratando de cerrar con llave la puerta del departamento.
—Oh, bueno. Yo sí tengo novedades. —Rodé los ojos, hastiado ante lo que estaría por oír. —La joven del cuarto B está teniendo una aventura con el perro ingeniero del sexto B, ¿crees que el marido de la chica se entere? —preguntó con la espera de una respuesta por parte mía, a lo que giré mi vista con apatía hacia la anciana.
—Señora, sinceramente, me importa poco la vida de otras personas. Creo que ya lo he dicho varias veces... ¿Por qué no se concentra en otros asuntos en vez de estar buscando chismes? —Le contesté realmente agotado del comportamiento de la vieja, guardando las llaves en el bolsillo del buzo. —En fin, adiós. —Finalicé la conversación, dirigiéndome hacia las escaleras.
—Lobo gilipollas… —Murmuró.
—¡La escuché! —Le grité al oír el insulto.
Después de aquel detestable momento, bajé por las escaleras y atravesé la salida del edificio; generalmente suelo trabajar en la comodidad de mi escritorio o en algún café, al ser programador no es necesario que trabaje desde la empresa. Aunque hoy era especial el motivo, pues debía entregar un informe y la porción del código de una aplicación en la que estaba trabajando. Podría haberlo hecho directamente desde el internet del departamento, por desgracia, estaban realizando pruebas en él los encargados del edificio, debido a esto, me encontraba desconectado de tal servicio. Por otro lado, a esa hora los cafés abundaban en clientes, otra razón para asistir a la empresa directamente.
Recorría las diversas calles y localidades de la capital española, pasando por los peatones y comercios y la desagradable gente que se amontonaban para caminar por las veredas. La mañana templada con un cielo nublado era agradable en contraste al tráfico ensordecedor y molesto que limitaban mis opciones de evadir aquello. Mi destino estaba relativamente cerca, por no decir a la vuelta de la esquina, en poco tiempo llegaría al edificio de la empresa en la cual trabajo, su estructura se imponía con respecto a los comercios que lo rodeaban. Sin perder más tiempo, entré por las puertas de cristal, siendo recibido por un ambiente más pasivo, donde lo único audible eran las llamadas de las secretarias a cargo. Dirigí mi rumbo a las oficinas de empleados, donde varias cabinas se juntaban de manera amontonadas entre sí y donde la única luz visible eran las de tubos led en el techo. Una vez allí, conecté mi ordenador a la base de datos para entregar lo que debía.
Mientras intentaba enchufarme al wifi de empleados, comencé a escuchar unas voces cuchichear. Miré discretamente el origen de esa charla, di sin querer con la mirada de una joven canina blanca, al instante desvié la vista hasta dar con la pantalla de mi portátil para comenzar a transferir el código, y la documentación del mismo.
Las personas siempre tienen esa costumbre irritante e incómoda de observar y comentar a espaldas de los demás; piensan que no los oyen, como si del que hablaran es sordo. Puede que hablen de ti, de mí, o de cualquier otra persona, pero nadie me puede contradecir lo que digo. Lo sé, porque veo y oigo como se ríen y comentan lo que fuere de mi persona. Tan solo lo evadiría, no tengo el porqué de iniciar un malentendido, ya que puedo equivocarme y salir perdiendo los estribos. Una de las empleadas me observó para luego reírse y confesarle sobre algo a su par; no debo enojarme, aun así, era ciertamente incómodo como de fastidiosa la situación.
Vagué la vista en un intento de pasar el tiempo para que el proceso de transferencia se terminara, anhelaba el hecho de cero interacciones con algún empleado, pero para mi suerte, no fue el caso. La joven, con la que sin querer intercambié miradas, se acercó. Mientras tanto me distraía de alguna manera observando el estado de carga de los documentos del computador hacia la base de datos; tenía planeado evadir cualquier posibilidad de contacto visual con el personal. Ella posó sus brazos en la mesada, intentando disimular, actuando de inocente antes de acechar a su presa. No estaba segura, giró lentamente hacia mí mientras me veía perdido en la pantalla, por otro lado, ella trataba de entablar una charla y yo trataría de mitigarla.
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Programmer Code by DefsonicWTP
RandomUn lobo, con una vida monótona y amargada, se verá involucrado en una misión para salvar el destino de su mundo. Sin otra opción, envuelto en conspiracion y misterio, mientras ese viaje lo hace revolver en su pasado, en los traumas de su niñez y el...
Chapter-1 [Kidnapping]
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