Jess quiso saber qué ocurría ahí dentro.

Dio un paso al frente, dudando entre acercarse o no. De repente, se comenzó a sentir mareada, miró su cuello, el gira tiempo había desaparecido, cayó de rodillas, asustada ante la situación, viendo sus manos desaparecer.

Pronto, se había marchado del lugar.

***

(Brezze, En los Juegos)

-¿Todo bien?- preguntó Brezze, acercándose a la quimera.

-Bien, solo necesito recuperar el aliento- contestó ella, sonriendo –Jamás pensé que me cansaría tanto

Él sonrió y se sentó junto a ella. Habían escapado de Aestus, estaban cansados y casi sin energía, a pesar de ello, no deseaban descansar mucho tiempo, pues sabían que el chico de fuego los seguía de cerca, debían seguir huyendo.

Ádega respiraba profundamente, se paró para poder estirarse, alzó sus preciosas alas y las agitó un poco, haciendo que algunas plumas cayeran al suelo. Brezze siguió con la mirada el caer de las plumas, de pronto rio.

-¿Qué sucede?- preguntó Ádega, mirando a su aliado.

-Nada, solo que me gustan tus plumas- dijo sin más –Cuando el viento las agita se ven preciosas

Breeze se levantó e hizo que el viento soplara, y las plumas en el suelo comenzaron a bailar entre pequeños remolinos.

-Se ve divertido- comentó la quimera.

-En fin- Brezze cambió su expresión a una seria –Será mejor que continuemos

Ádega asintió.

Ambos comenzaron a caminar, escapando de cualquier lucha, sin decir palabra alguna. Puede que su alianza fuera la perfecta, pero nunca tenían mucho de qué hablar, aun así, disfrutaban del tiempo en silencio.

-¿A dónde van?- los detuvo una voz -¿Por qué no terminamos lo que empezamos?

Al voltear, se encontraron cara a cara con Aestus, sonriendo cínicamente, con los brazos cruzados y ladeando la cabeza, sus hombros se alzaron repetidas veces, revelando la risa que intentaba reprimir.

Breeze se puso en frente de Ádega instintivamente, ella aún tenía sus alas cansadas, por lo que no podría escapar volando.

-¿Y entonces?- preguntó Aestus, sacando una gran flama de la palma de su mano -¿Quién será el primero?

El fuego comenzó a brotar, llama tras llama, extendiéndose en línea hasta el par de aliados, Breeze detuvo el avanzar de las llamas con ayuda del viento. Nuevamente habría una batalla.

Breeze empujó a su aliada lejos de las llamas, que se acercaban nuevamente a ellos, con un ágil movimiento hizo que el viento soplara, pero eso no era suficiente, Aestus le lanzaba bolas de fuego, una tras otra, cada una más rápida que la anterior, dándole a Brezze menos tiempo para esquivarlas.

EL chico de viento miró a su amiga, quien parecía no poder moverse, sus alas se dejaban llevar por el viento, pronto ella saldría volando, controlada por la corriente y sin poder hacer nada.

Solo necesito recuperar el aliento. Eso había dicho ella. Esas palabras le dieron una idea a Brezze.

Sin embargo, lo que estaba a punto de hacer podría poner en peligro también a Ádega. A pesar de los riesgos, no podía pensarlo mucho tiempo más, Aestus comenzaba a tomarse sus ataques más en serio.

-¡Ádega, atenta!- gritó Brezze, cortando el viento con sus brazos, y como si hubiese formado una cúpula, el aire comenzó a faltar.

Aestus lo notó, sus llamas se hacían cada vez más pequeñas, necesitaba del aire, el cual, Breeze estaba restringiendo. Ádega cayó al suelo, con sosteniendo su garganta, sin poder respirar a falta de oxígeno.

El demonio de ojos Azules. [Crónicas de Abril #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora