Un semidiós (dios incompleto) con el nombre "amor" que carece de un aura propia y que es discriminado en los cielos por ser distinto a los demás, y un mortal solitario sin encontrar aun el sentido y la ilusión de vivir ,cruzan sus caminos en una...
El impacto del choque entre Kenji y Eiren fue muy fuerte que incluso el mortal término en el suelo con el otro encima de él.
El semidiós sentía una enorme paz y tranquilidad. Al tener los ojos cerrados, la cabeza apoyada sobre el pecho del moreno y escuchar detenidamente los latidos del corazón del mortal no podía ser capaz de razonar. "Ah, que agradable". Pensaba con una sonrisa tierna y un poco de rubor en sus mejillas.
--- D-dis- disculpa.---tartamudeo el ojigris.
Eiren reacciono inmediatamente abriendo los ojos.
Aún sobre el cuerpo de Kenji trato de incorporarse con sus manos que estaban a los costados, pero el amor fue rápidamente interrumpido por un reflejo inconsciente que termino con la mano izquierda del extraño, sujetando fuertemente los cabellos color miel de la nuca del inmortal, y provocando a la vez una corta distancia entre los rostros de ambos individuos.
Pronto entonces esos par de ojos quedaron encontrados , trayendo como consecuencia un fuerte latido por parte de ambos que los dejo completamente pasmados.
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Estuvieron llenos de total silencio, en un momento donde solos se encontraban.
Eiren quedó totalmente envuelto en un gran variar de emociones extrañas y profundas llenas de tristeza , soledad y confusión .
Ese gris apagado era el que tenía ese joven solitario en sus ojos , en aquellos que pedían a gritos un poco, o más bien todo el amor que fuese suficiente para hacerle sentir que la vida en su presente,valía la pena continuar. Amor era lo que necesitaba y era lo que nuestro semidiós desesperado por querer entender, inexplicablemente tuvo necesidad de darle en ese momento.
Pero al contrario de lo que el rubito veía y sentía, el azabache veía dos hermosos soles llenos de vida. En ellos podía sentir toda esa inocencia y cálida amabilidad que de alguna forma no le hacía desconfiar, porque realmente esas bellas pupilas de aquellos grandes y muy expresivos ojos tenían algo semejante a la magia en su mirar.
Evidentemente Kenji término totalmente hipnotizado, parecía que disfrutaba ver cada facción de esa blanca y tersa piel.
Al ir moviendo la mirada se topó con un simpático flequillo de cabellos igual de claros como la miel y , que casi por completo cubrían los ojos del semidiós, pareciendo siempre estar luchando con esas largas pestañas café claro que graciosamente se movían de arriba abajo cuando alguno de sus finos enemigos amenazaba con entrar .
De aquellas mejillas que tomaban un sonrojo cada vez más fuerte haciéndoles ver preciosas solo era posible desear morderlas y lamerlas, y de esa boquita rosada de labios carnosos que cada vez se visualizaban más atractivos, quedaba el antojo de saber cuál era su sabor.
