Fuck Boy (Sasuhina)

XII

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– ya lo hice, ahora eres libre. No vuelvas a comunicarte y deshaste de ese móvil – dijo con seriedad antes de cortar la llamada

El rubio soltó un suspiro, dejó caer el móvil para luego pisarlo con fuerza, trizando por completo la pantalla, después caminó hasta el muelle y lanzó el móvil al mar.

– gracias, Susano...– susurró mientras su vista estaba fija en el paisaje

– ¿Ya nos vamos?

El chico volteó, encontrándose con la mirada color jade de su novia. Asintió y ambos se dirigieron a la estación.

– por cierto, intenté llamarte...– dijo ella

– el móvil se me resbaló y cayó al mar – respondió él rascando su nuca

La chica soltó un suspiro con fastidio para luego negar con su cabeza.

– a veces eres un bobo, Naruto – dijo ella con diversión

El chico sonrió con diversión.

– ¿Estás seguro que quieres mudarte conmigo? – preguntó ella sonrojada

– claro que si, Sakura-chan. Te amo

La chica sonrió y ambos acercaron sus labios para unir sus labios en un suave beso.

Una vez el tren llegó a la estación, la pareja se fue.

La mirada azul del rubio estaba fija en el ventanal, pensando en quienes dejaba atrás. Tal vez había sido egoísta por sacrificar a quien alguna vez llamó amigo. Sin embargo, él quería dejar esa vida atrás e iniciar una nueva con su amada novia.

Y para volver a empezar, todo su pasado debía quedar sellado.

Kyubi tenía que morir.

– este será un nuevo comienzo...– dijo para sí mismo mientras dirigía su vista hacia la pelirrosa – nuestro comienzo...

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– esto es todo lo recaudado – dijo el castaño entregándole una pequeña bolsa al azabache

– no es suficiente – dijo el azabache haciendo una mueca – tendrás problemas, Inuzuka

– ¿No puedes apelar a mi favor? – preguntó el castaño – él no conoce tu identidad, la mía si

– tsk – soltó el azabache – no es mi culpa que no dispusieras de un apodo cuando te metiste en esto

– tenía 15 y creí que era un juego...– dijo con pesar – nunca pensé que cuando entrabas era para siempre...

– no es para siempre, si sabes jugar – respondió el azabache – el error fue darle tu identidad, con eso quedaste amarrado

– por cierto...– dijo con interés – ¿Qué pasó con Kyubi?

– murió – respondió el azabache con frialdad – y si tú no quieres que él te elimine, venderás todo la próxima vez

– ¿Eso quiere decir que me cubrirás hoy? – preguntó con una sonrisa en sus labios

– sólo porque me das lástima

El azabache caminó hasta su motocicleta, se montó en ella y aceleró a toda velocidad. Tenía poco tiempo para llegar y quería evitar otra golpiza.

Si quería salir de ese mundo, primero tenía que mantenerse con vida.

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