XLIX

4.2K 196 10
                                    

Carter.

— Algún día vendré por ti, porque de mi no te escapas — afirmó, totalmente seguro de sus palabras.

Me desperté de golpe, totalmente asustada y con mi corazón latiendo a mil. Toqué mi frente y sentí algunas gotitas de sudor resbalar por mi frente. Fue una horrible pesadilla, lo bueno de ahora es que simplemente fue eso, lo que sucedió en mi sueño no fue real. Me senté sobre mi lugar en la cama, volteé y vi a Harry a mi lado, durmiendo plácidamente. No quise despertarlo, así que para despejar aquellas imagines de mi sueño, me paré de la cama para abrir la ventana y quedarme a observar la luz de la luna. A veces cuando me despierto a media noche solo ansío que la luz del sol aparezca de una vez.

— Demonios... — murmuré, bajando mi vista.

— ¿Carter, que haces despierta? — oí su ronca voz, me giré y le vi.

— Me desperté de la nada, ahora no puedo dormir.

— ¿Estás bien?.

— ¿Por qué no lo estaría? — fruncí mi ceño.

— Te ves como si hubieras visto un fantasma.

— Estoy bien, lo juro.

Me acerqué a él y me recosté sobre mi lado, Harry se volteó para verme a los ojos, y sonrió un poco. Con sus dedos, apartó un mechón de mi cabello que se posaba en mi frente. Yo me acerqué a él y le besé, solo... por un par de segundos.

— Te amo. Nada podrá hacernos daño.

— Tienes razón — lo abracé, escondiendo mi cabeza en su pecho — ¿siempre hueles tan bien?.

— ¿Y tú siempre eres tan hermosa?.

Reí, y cerré mis ojos. Volví a soñar, pero nada malo sucedió y de cierto modo, me tranquilizó por el resto del día.

Harry.

Era un día hermoso, estábamos sentados sobre la arena, mi brazo alrededor de ella y viendo el mar. Carter se aseguró de llevar ahora un bikini con tirantes, no quería repetir el accidente de ayer. El celular de ella vibró, y atendió la llamada, era Taylor y llamó para saber como estábamos. Se quedaron un rato hablando sobre sus temas, y luego de casi media hora, colgó. Le sonreí alzando una ceja, y Carter se encogió de hombros, mirándome con diversión.

— Hubiéramos durado hablando más si ella no tuviera que hacer unos mandados— apretó mi mejilla con sus dedos, como si fuese niño pequeño.

— Debo de preguntar de nuevo.. ¿Por qué traes mi sombrero puesto? — cambié de tema, y ella sonrió.

— No sé, me gusta.

— Te ves hermosa, pero me queda mejor a mi — se lo quité y me lo puse.

— En ti se te ve como si fueras un ranchero, a mí se ve mejor — y me lo quitó de nuevo para colocárselo ella.

— ¿Debo de ofenderme?... — arqueé mis cejas, actuando como si ya estuviera ofendido, ella rió.

Sonreí, tomé sus mejillas con mis manos y acerqué su rostro al mío, para iniciar un beso profundo. Cada momento pienso en lo mucho que amo a Carter, y en lo afortunado que soy en tenerla. Ha sido la primera con la que me he enamorado, de hecho, con ella conocí lo que es amar a alguien, lo que es el amor. Nos separamos, ella me miró a los ojos, pude ver un brillo en ellos, abrí la cajita mientras nos mirábamos y aclaré mi garganta.

— Carter Page ¿quieres casarte conmigo? — pregunté, bastante nervioso. Ella bajó la vista a mis manos y vio la cajita de terciopelo con el anillo expuesto ante ella, me miró de nuevo, sus ojos se aguadaron.

— Dios mío, tu sabes que no tienes que preguntarlo — limpió sus lágrimas — ¡Y si, acepto! — sonreí enormemente y le puse el anillo, después, nos fundimos en un abrazo.

(...)

— Podríamos comprar una casa en Venecia y ahí vivir juntos — sugirió — oh... podríamos vivir durante un tiempo en Nueva York, hay tantos recuerdos ahí...

Caminábamos por toda la orilla del mar, con nuestras manos entrelazadas. Estábamos haciendo planes, para después en un futuro, cumplir nuestras metas.

— Sueña maravilloso todas tus ideas — sonreí al igual que ella — es decir, ¿puedes creerlo?.

— No, no puedo, no puedo creer que estaré toda mi vida junto a ti — apretó ligeramente mi mano — es lo más maravilloso que me ha pasado, además de haberte conocido.

— Te amo, te amo como el primer día en el que te conocí.

— Abrázame, que lo necesito — apretó sus labios, evitando llorar.

La abracé, y deseé jamás soltarla.

— Ven, vamos — se separó y tomó de nuevo mi mano.

— ¿A dónde?.

— Al hotel... que quiero pedir una computadora, anda, planeemos juntos nuestra boda Harry — y sin responder, ambos salimos corriendo.

________________________

Yo solo quiero agradecerles, escribí esta novela hace más de un año y nunca pude terminarla por cosas que tenía que hacer, pero aquí estoy, ya acabándola. MAÑANA ES EL CAPÍTULO FINAAAL, sigo sin creerlo, muchas gracias por votar, comentar y de todo, casi somos 60 mil leídas, las amo.

Fearless | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora