XXIX

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Harry.

Entre a la habitación con mucho silencio, todo estaba oscuro. La cama estaba tendida y vacía, por lo cual me preocupó. Entre al baño con la esperanza de ver a Candy ahí, pero no había rastros de ella. La único opción en donde pudiera estar era en la pequeña terraza que estaba en nuestra habitación. Fui hasta allá, la puerta estaba abierta. Candy estaba sentada en el suelo viendo fijamente el cielo oscuro. Camino a pasos rápidos hasta llegar  a ella e hincarme a su lado para cubrirla con mi saco encima de sus hombros. Hacía bastante frío a estas horas de la noche y ella solo tenía un ligero camisón que le llegaba hasta la mitad de su muslo. Ella al verme sonrió débilmente, para después seguir viendo hacía el cielo.

— Candy, ¿acaso estás loca? — murmure viendo su perfil — hace bastante frío nena, te enfermaras.
— Solo quería ver el cielo, las estrellas se ven preciosas — susurró sin siquiera verme
— ¿Estás bien, nena? — la miro con preocupación
— Sí — dijo de nuevo sin despegar su vista del cielo
— Candy, mírame.
— No quiero hacerlo.. — aclaró y yo me sorprendo. Tome delicadamente su barbilla para que pudiera verme — se que estuviste con ella, tú mismo me lo aclaraste. Pero no quiero pensar que ahora que la encontraste, te alejarás de mí para poder irte detrás ella.
—  ¿Por qué dices eso?
— ¿Por qué aún la amas, no es así? — me miro con sus ojos cristalizados — yo solo te pido que no me dejes sola, no lo soportaría.
— Candy lo no haré.
— Lo hiciste hoy, volviste demasiado tarde cuando me prometiste llegar temprano — alzó su voz — no te obligo que no puedas salir con ella, pero sé, yo sé que ni te acordaste de mi cuando estabas con Carter.
— No digas eso..
— Yo solo tengo miedo — se levanto del suelo, mi saco puesto en ella rápidamente callo de sus hombros — miedo a perderte.

Ella se marchó a la habitación. Recogí mi saco del piso y me fui tras ella. No quería hacerle daño a Candy ni mucho menos a Carter. Pero bien sabía que lo estaba haciendo y no sé ni cómo arreglarlo, ya no se qué hacer para que todo vuelva hacer a como lo era antes.

— Candy, detente — le dije y ella se detuvo — ¿podemos hablar?
— Lo siento Harry — se voltea verme ahora sí llorando — me siento tan estúpida por haberte dicho esas tonterías, sabes que es el miedo de poder perderte.
— Solo, no vuelvas a pensarlo — gruñí con arrepentimiento, las palabras solo salían de mí sin pensarlo
— No lo haré, créeme — me abrazo, su cabeza estaba apoyada en mi torso debido a que yo era más alto — te quiero bastante.
— Te quiero Candy, ahora solo durmamos.
— Sí.. ¿me das un beso antes de irnos a descansar? — me sonrió
— Anda, vamos a dormir.
— Solo uno, nada más uno — hizo un puchero
— Bien, solo uno y nos dormimos.

Ella rió divertida y me beso hundiendo sus dedos en mis rizos. Tomé su cintura y de un momento a otro creí que besaba a Carter, por lo tanto profundice nuestro beso haciéndolo más duradero. Candy suelta un jadeo y ahí me separo sabiendo que ella no era la chica que pensaba y eso me hizo sentir como un cabrón.

Carter.

Me desperté con una media sonrisa, había tenido un extraño sueño en donde yo estaba en el medio de la nada, y él único que podía ver era Harry, salvándome de estar sola. Me reí negando por mi estúpido sueño, eso jamás sucedería. Me coloque mis pantuflas y me metí a la ducha, necesitaba sentir el agua caliente para poder relajarme un poco, me sentía muy tensada. Cuando salí me puse unos sencillos jeans y una blusa blanca y holgada, y encima me puse una chaqueta color crema junto mis zapatos del mismo color. Taylor se levanto y se cambió para poder irnos a desayunar juntas. Tocamos la puerta de la habitación de Jorge, y él salió ya vestido para poder bajar con nosotras.

— Llegaste algo tarde anoche Carter, ¿qué paso con Harry? — preguntó Taylor mirándome con una de sus sonrisas picaronas
 — Nada interesante más que unas sencillas platicas de nuestras vidas.
— ¿Él no intento arreglar nada? — dijo Jorge
— La verdad, no hablamos mucho de "nosotros", él solo.. se dedico a hablar sobre su vida y yo de la mía — cogí una charola para servirme ahí mi desayuno — yo creo que él está a gusto con su nueva vida, solo somos amigos.
— ¿Solo amigos? — se sorprendió Taylor — ¿Qué paso con el "ustedes"? ¿ya no hay nada de nada?
— Exacto, creo que lo nuestro fue pasado.
— Lo siento Carter — Taylor me sonrió de una manera triste, pero yo reí negando
— Tranquilos, estoy bien, los rencores quedaron en el pasado — tome unos panqueques y una taza de café — estamos bien como estábamos.
— ¿Y ese collar? — apuntó Jorge con su dedo a mi nuevo collar
— Me lo dio él.
— ¿Enserio?, es muy bonito — sonrió Taylor
— Si, fue un lindo detalle — toque mi collar con mis dedos

Fearless | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora