8. ᎾᏁᎬ shᎾҬ: "Marshall en Celo y Chase en Modo Pegajoso Ultra-Maxi-Híper-Mega

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La cabaña estaba sumida en una paz celestial… pero de repente, un aroma demoledor rompió el equilibrio cósmico.

Era un aroma letalmente dulce… una mezcla devastadora entre azúcar caramelizada, leche condensada, algodón de azúcar y un toque de vainilla celestial.

Ese aroma golpeó el cerebro de Chase como un tren a 500 km/h. Su mente colapsó, su alma salió disparada al espacio, su corazón explotó en un millón de mariposas, y su cola se alzó como una bandera en medio de una guerra.

Ese aroma… ese bendito, maldito, celestialmente infernal aroma… era de Marshall en celo.

Chase se paralizó, sus ojos se agrandaron como platos, sus orejas se alzaron como antenas, y en menos de un nanosegundo, salió corriendo a la velocidad de la luz hacia la habitación de Marshall.

Mientras tanto, Marshall estaba hecho un ovillo en su camita, abrazando su mantita favorita con un puchero infantilmente adorable, con las mejillas sonrojadas, los ojitos húmedos, y emitiendo chilliditos de ternura cada vez que se revolvía entre sus sábanas.

Marshall: -dándose un abracito con su manta, con una vocecita ridículamente dulce- Hnnn… hace calorcito~…

Y justo en ese momento, la puerta explotó (emocionalmente, no literalmente), y Chase entró con la intensidad de un huracán enamorado.

Lo vio. Lo vio y colapsó por dentro.

Marshall, con su piel pálida sonrosada, su cabello esponjoso alborotado, su mirada brillante y tierna, su boca en un pucherito adorable, y su cuerpecito suave y frágil, era DEMASIADO para la existencia humana y canina combinada.

Chase fue aniquilado mentalmente. Su autocontrol se fue a la basura, su dignidad se extinguió, su alma se reencarnó en una nube de algodón de azúcar, y en menos de un milisegundo, SE LANZÓ SOBRE MARSHALL COMO UN KOALA DESQUICIADO.

Marshall: -soltando un chillido digno de un cachorrito recién nacido- ¡Kyaaaa~!

Chase: -enterrando la cara en su cuello y gimiendo de placer extremo- MARSHALL… HUELES… DEMASIADO… RICO… ¡NO PUEDO!

Chase lo aplastó contra su pecho, envolviéndolo en un abrazo ultra-mega-intenso, frotando su nariz contra su piel, inhalando su aroma celestialmente destructivo, y ronroneando como un motor de Ferrari.

Marshall: -pataleando suavemente, pero con una vocecita ridículamente tierna- ¡Chaseee~! ¡Me aplastaaas~!

Chase: -con la voz más pegajosa, profunda y ultra-enamorada del universo- Déjame abrazarte… déjame quedarme pegado a ti… ¡para siempre!

Marshall se retorció con risitas dulces, intentando escapar con movimientos adorables y torpes… pero Chase era un imán viviente, y no lo dejaba moverse ni un centímetro.

Aquí viene la explicación biológica lógica: Para que dos personas con instintos caninos se reproduzcan, ambos deben estar en celo o ser pareja. Como Chase no estaba en celo, y Marshall no era su novio (todavía), simplemente no podían aparearse. Lo único que podía pasar era que Chase se pegara como si su vida dependiera de ello, y que Marshall tuviera que aguantar una sobredosis de cariño pegajoso.

¿Resultado? Chase en modo ultra-koala-aferrado, Marshall en modo cachorrito mimado, y un ambiente tan dulce que podía provocar diabetes en un segundo.

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Mientras tanto, en la sala, la vida seguía su curso normal. Skye y Everest estaban en el sofá, devorando un festín de golosinas de fresa, vainilla y moras, con ojos brillando de felicidad pura.

Everest: -mordiendo una gomita de fresa- Mmm~ ¡Esto es demasiado bueno!

Skye: -saboreando una gomita de mora, con una sonrisita- Sabe a amor verdadero~

En el suelo, Rocky y Rubble estaban coloreando como si sus vidas dependieran de ello, completamente concentrados.

Rocky: -frunciendo el ceño mientras pinta un camión de basura verde- … Es hermoso.

Rubble: -coloreando un bulldozer amarillo con purpurina- El arte es subjetivo.

Zuma, mientras tanto, miraba vídeos de barracudas cazando en la televisión, con expresión maravillada.

Zuma: -impresionado- ¡Whoa, dude! ¡Mira cómo esa barracuda se lanza sin piedad!

Pero entonces… algo apareció en la pantalla reflejada de la tele. Algo tan glorioso, tan impresionante, tan caóticamente hermoso que paralizó el mundo.

El escuadrón giró la cabeza al mismo tiempo… y lo que vieron fue lo mejor que habían presenciado en toda su existencia.

Marshall huele DEMASIADO a celo, Chase está EN EL MODO KOALA-PARÁSITO MÁS INTENSO DEL UNIVERSO, y la escena es tan cursi y caótica que destruye toda la lógica y razón existentes.

Marshall intenta huir como una nutria en celo, pero Chase lo atrapa, lo abraza, lo acurruca, lo huele, le da besitos en la frente, lo balancea de un lado a otro como un bebé, y hasta le ronronea con desesperación.

El escuadrón se quedó en shock por exactamente 1.5 segundos… y luego ESTALLARON EN PURO DELIRIO.

Skye: -gritando y agitando las manos como loca- ¡¡¡ESTO ES MEJOR QUE CUALQUIER NOVELA ROMÁNTICA!!!

Everest: -saltando en el sofá, emocionadísima- ¡¡¡EL AMOR ESTÁ FLORECIEEEENDOOOO!!!

Rocky: -tirando su crayón y levantando los brazos al cielo- ¡CHASE, NO TE RINDAS, ¡AFÉRRATE A TU FELICIDAD!

Rubble: -brincando como un niño en Navidad- ¡ES UNA PELÍCULA DE AMOR PERO EN 4K!

Zuma: -con la boca abierta, completamente enloquecido- DUDE… ESTO SUPERA CUALQUIER DOCUMENTAL DE BARRACUDAS QUE HE VISTO EN MI VIDA.

Skye sacó su celular y empezó a grabar, Everest hizo una lista de reproducción con música romántica de fondo, Rocky y Rubble saltaban emocionados, y Zuma estaba teniendo una crisis existencial de felicidad extrema.

Mientras tanto, Marshall seguía chillando dulcemente, y Chase lo abrazaba como si su vida dependiera de ello.

Marshall: -con vocecita adorable, pataleando suavemente- ¡Chaseee~! ¡Eres tan pegajoso!

Chase: -pegado a él como un koala enamorado, con voz empalagosa y ronca- Y lo seré para toda la eternidad, mi amor Marshall…~~

Y así, bajo la luz de la luna, la escena más empalagosa, exagerada y caóticamente hermosa del universo llegó a su punto más alto… y el escuadrón celebró como si hubieran ganado la lotería del amor.

ᎾᏁᎬ shᎾҬs - I̸͟͞N̸͟͞C̸͟͞O̸͟͞R̸͟͞R̸͟͞E̸͟͞T Q̸͟͞U̸͟͞O̸͟͞T̸͟͞E̸͟͞S̸͟͞ - ᏢᎪᎳ ᏢᎪҬᏒᎾᏞ Où les histoires vivent. Découvrez maintenant