El Día del Parto
Era una mañana soleada, y la luz se filtraba suavemente a través de las cortinas, pero para Mary y Jake, todo parecía estar en pausa, como si el mundo estuviera esperando el momento. La fecha había llegado, y el día del parto estaba finalmente aquí.
Mary se despertó a las primeras horas de la mañana con una ligera molestia en su estómago, algo que pensó que eran solo contracciones ligeras. Había estado esperando este momento durante meses, pero ahora que estaba cerca, el nerviosismo se apoderaba de ella.
Jake, a su lado, estaba profundamente dormido, pero Mary lo observó durante unos minutos, el amor en su mirada. Aunque él estaba tranquilo y descansado, ella sabía que en cualquier momento todo cambiaría. Se levantó despacio para no despertarlo, pero cuando caminó hacia el baño, una nueva contracción la hizo detenerse en seco. Esta vez, era diferente. Era más fuerte, más evidente.
Rápidamente, regresó a la habitación, despertando a Jake con un susurro.
—Jake... —dijo, su voz temblorosa—. Creo que es hora.
Jake, instantáneamente alertado, se levantó de un salto. Sus ojos mostraban la mezcla de emoción y miedo que cualquier futuro padre sentiría en ese momento
—¿Estás segura? —preguntó, mientras se acercaba rápidamente para sostenerla.
Mary asintió con firmeza, pero sonrió, intentando tranquilizarlo.
—Sí, es el momento.
La Llegada al Hospital:
En pocos minutos, ambos se encontraron en el auto, con Jake al volante, y Mary respirando profundamente, tratando de calmarse entre las contracciones. Aunque ella intentaba ser fuerte, no podía evitar sentir cómo la ansiedad se acumulaba en su pecho.
Cuando llegaron al hospital, la familia de Mary ya estaba allí, esperando, incluidos Trini y Luke, quienes llegaron rápido al enterarse de que el parto había comenzado. Mientras Jake la acompañaba a la sala de parto, la adrenalina crecía.
—Trini, Luke, todo va a estar bien. —dijo Jake, a pesar de que su rostro también mostraba una mezcla de nervios y emoción.
El parto fue intenso. Las horas pasaban mientras Mary se mantenía firme, con Jake a su lado, sosteniéndola, alentándola. La respiración de Mary era un ritmo constante, y Jake no dejaba de sujetarla, hablándole con palabras de apoyo y amor.
—Todo está bien, Mary, estás increíble. Te amo tanto. —decía Jake, mientras ella hacía su mejor esfuerzo por mantener la calma.
Las contracciones eran fuertes, y aunque Mary estaba cansada, el pensamiento de conocer a sus hijos la mantenía fuerte. Sabía que no importaba cuánto doliera, lo que la esperaba al final lo valdría.
Y, finalmente, el momento llegó. Después de horas de esfuerzo, el primer llanto se escuchó. Primero, una niña, luego, un niño. Mary y Jake, con lágrimas en los ojos, se miraron el uno al otro, sin poder creer lo que acababa de ocurrir.
—Es una niña... y un niño... —dijo Mary entre sollozos, mirando a sus bebés, el amor y la sorpresa reflejada en sus ojos.
Jake, emocionado y con una sonrisa enorme, asintió mientras tomaba la mano de Mary con fuerza.
—Son perfectos, Mary. Te amo tanto.
El doctor le mostró a Mary sus dos hijos, un niño con cabello oscuro y una niña con pequeños rizos. Los dos eran perfectos, pequeños milagros que habían llegado al mundo gracias a su amor.
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💜 Conectar con una mirada 💜
Teen Fictionsinopsis Mary jamás imaginó que un simple fan meeting cambiaría su vida para siempre. Con el corazón lleno de sueños rotos y cicatrices invisibles, conocer a Jake Sanders, el ídolo de su hermanita pequeña stefi, parecía solo un momento fugaz. Pero l...
