Decían unas voces en mi cabeza

Capítulo nueve.

Cómo la conozco y cómo le gusta hacerse la dura. Sé que está rota por dentro, sin embargo sé que no lo va a contar fácilmente, y que no va a llorar delante de nadie.

Va a casa de sus padres. Por algún motivo tengo el presentimiento de que ellos aún no saben nada, porque no han pasado por aquí. Pero seguro que se lo cuenta hoy, y seguro que me visitan más que mis padres. Con dos veces que vengan.

Rafa acaba de llegar, y se ha parado frente a mí. Lo sé, porque he podido oír como sus pasos se detenían cerca de mí, y no se ha sentado en la silla. Lleva como cinco minutos mirándome, vete a saber lo que está pensando. Aquí todo el mundo piensa que voy a morir, me da la sensación. Incluso la enfermera, que cada vez que pasa por aquí hace su trabajo como simple rutina.

La puerta se está abriendo despacio, sin decisión... es mi chica. Es verdad amor, ¿me contarás como ha ido la ecografía?

No te quedes callada... necesito escuchar que me hablas de nuevo.

¿Raúl..? Al final me salgo con la mía eh... que pena que haya sido por estas condiciones...

No pequeña, eh, no te derrumbes ahora... en este inmenso silencio puedo oírte aunque intentes no hacer ruido... Eh, princesa, que los tres tenemos que salir adelante, y sin ti ni Damián ni yo podremos. Ahora soy yo quien deja que te salgas con la tuya.

-Decían unas voces en mi cabeza.