𝒙𝒙𝒊𝒊. first meet

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CAPÍTULO VEINTIDÓS


Recordaba el día en que conoció a Mikhail Lomonosov por primera vez a la perfección. 

No tenía más de diecisiete años de edad, y su padre había permitido tanto a ella como a Caesar asistir a una de las juntas de las cabezas de la organización. 

Claro que Paulette se aburrió rápidamente de escuchar discutir a los hombres sentados alrededor de la larga mesa, y con la mentira de que simplemente iría al baño, escapó sin mucho problema de la habitación. 

Se la pasó deambulando por el enorme edificio en el que estaban, era seguro ───según Sascha─── para la organización Sergeyve, ya que a pesar de ser un edificio público, la mayoría de la gente que caminaba por esos pasillos eran de la misma mafia.

Había muchos ojos sobre ella, intentando tal vez intimidarla con una simple mirada de desprecio. Aún así, nadie se atrevía acercarse a ella, hasta que llegó aquel hombre. 

Vistiendo un traje de rojos grisáceos sin una sola arruga, el hombre de mayor edad se sentó a un lado suyo, admirando la enorme pintura que estaba frente a ellos. 

─── Usted es Paulette Sergeyve, ¿cierto? ───preguntó el hombre con una sonrisa.

La menor lo observó con cierta desconfianza. 

─── ¿Y quién es usted? ───contraatacó Paulette con una mirada fría. 

Mikhail suelta una risa por lo bajo───. No hay porque desconfiar. Se podría decir que soy un viejo amigo de tu padre... Sascha. 

─── ¿Y qué es lo que necesita conmigo? 

─── Bueno... He anhelado conocerla desde hace tiempo, señorita Sergeyve. 

Nunca afirmó ser aquella persona que buscaba, pero tampoco negó cuando volvió a repetir su apellido.

La conversación probablemente habría continuado de no ser por Alexandrovich, quien llegó buscándola con los brazos detrás de su espalda. 

No fue la última vez en que vió a Mikhail. En los próximos años se lo continuó encontrando constantemente en distintos lugares a los que iba, hasta que un día se atrevió a invitarla a un restaurante para tomar una tasa de café y charlar.

Ahí, en ese lugar fue cuando le confesó que ella era su sucesora. 

Al inicio pensó que había sido una mala broma, pero al no ver rastro de mentira en las palabras del mayor, simplemente quedó en blanco. 

Nunca aceptó irse con él. Ni supiera pasó por su cabeza. Ya que ahora era una Sergeyve, y no pensaba tirar a la basura dicha lealtad.

Ese día simplemente se levantó de la silla y se fue sin decir una sola palabra hacia Lomonosov. Desde ese momento no lo volvió a ver.


[ . . . ]


Las personas comenzaron a dar aplausos vacíos, todavía intentando digerir la gran sorpresa que Mikhail había revelado de la nada.

Caesar apretó con dos de sus dedos sutilmente la cadera de Paulette, quien mantenía la mirada fija en el abogado. 

Ninguno de los dos le había prestado atención a las palabras de Lomonosov, hasta que esté nombró el apellido de ambos.

─── Y para los sucesores de Sergeyve. Espero y sean rivales dignos para mi hijo. 

Chess game ─── caesar a. sergeyveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora